Uno de los símbolos característicos para saber que una mujer está comprometida es un anillo.
Además,
las alianzas son un elemento principal en las bodas, las cuales llevan en su interior el nombre de cada uno de los novios y en algunas oportunidades la fecha en la que contrajeron
matrimonio. Sin embargo, esto no siempre fue así, por lo tanto, aquí le contamos la historia de las argollas de matrimonio.
De acuerdo con el portal ‘Cope’, las argollas de matrimonio tienen una historia del año 2800 a. C., época en la cual los egipcios relacionaban este círculo con la eternidad, el principio sin fin, teniendo en cuenta que ni la muerte podría acabar con un amor verdadero.
Más adelante, en la época del imperio romano, este anillo se fabricaba en hierro, sólo era llevado por los hombres y también identificaba su linaje y era usado en actos oficiales y elegantes.
Cuando una pareja contraía matrimonio, el esposo le hacía la entrega de un anillo a su esposa señal de confianza, puesto que ella era la encargada de todas las labores relacionadas con el hogar.
En esta época también se estableció en donde iría el anillo, es decir, en el dedo anular izquierdo, porque existe una teoría que manifiesta que este dedo va conectado hasta el corazón.
En el siglo IX, la historia cuenta que el papá Nicolás primero decretó que cuando un hombre le entregaba un anillo a la novia, esto se presumía como una declaración oficial de la intención de casarse, lo que persiste en la actualidad como un sello de compromiso entre una pareja.
En cuanto al significado religioso, las argollas de matrimonio son conocidos como anillos de alianza y significan lo eterno, la unión y la fidelidad entre ambos.
En este aspecto existe una superstición que señala que si se pierde una de las dos argollas, la otra persona también debe botar la suya en el mismo lugar en el que se presume que se perdió la primera, para conservar el compromiso de que nunca se puede separar.
Con relación a la leyenda que se lleva en las argollas, depende de cada pareja lo que quiere que vaya en ellas.
Algunos escogen el nombre de cada uno, la fecha de la boda o en la que se conocieron o también mensajes románticos como “contigo sale el sol”, “me complementas”, “eres mi fuerza”, entre otras.
LUZ ANGELA DOMÍNGUEZ CORAL
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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