Su habilidad para bailar puede estar influenciada por la genética, según estudio

Investigadores indagaron sobre la arquitectura genética relacionada con los movimiento al compás.

El entorno, las habilidades rítmicas individuales y la genética pueden influir en su habilidad para bailar. Foto: Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO / iStock

PeriodistaActualizado:
Según un estudio publicado en la revista científica Nature Human Behaviour sobre a genética del ritmo musical, esta puede influir en su relación con la música y el movimiento de su cuerpo al compás.
Un grupo de científicos, dirigidos por el Instituto de Genética de Vanderbilt y con el apoyo de la empresa 23andMe, especializada en el tema, llevaron a cabo “un estudio de asociación de todo el genoma para identificar variantes genéticas comunes asociadas con la sincronización de latidos en 606.825 personas”, según indicaron en el documento.
“Reunimos a un equipo internacional de colaboradores con experiencia en genética humana, cognición musical, biología evolutiva, neurociencia y musicología para integrar nuestro conocimiento en este espacio”, comentó en Twitter Reyna L Gordon, coautora de la investigación.
También precisaron en dicho estudio, el cual es de los primeros en su clase, que a las personas se les preguntó sobre su ritmo musical a través de un cuestionario autoistrado. “Los participantes informaron sobre su capacidad para aplaudir al compás de un ritmo musical”, explicó Gordon.
“Las correlaciones genéticas con la función respiratoria, la función motora, la velocidad de procesamiento y el cronotipo sugieren una arquitectura genética compartida con sincronización de latidos y brindan vías para nuevas exploraciones genéticas y fenotípicas”, describen en el artículo científico.
Tras haber recogido y estudiado los datos, se concluyó que “la arquitectura genética de la sincronización de latidos era altamente poligénica (herencia determinada por factores genéticos), por lo tanto, la variación en muchos genes está asociada con la variación fenotípica en el rasgo”, escribió la investigadora.
Eso quiere decir que no hay un único ‘gen del ritmo’, sino que hay varios rasgos genéticos que lo hacen más complejo. “Encontramos esa sincronización de ritmo que comparte una parte de su arquitectura genética con otros ritmos biológicos como caminar o respirar”, enfatizó.
En importante señalar que no solo la genética tiene que ver con la habilidad para bailar, sino que hay otros factores que influyen, como el entorno y las habilidades rítmicas individuales.

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