Las personas están acostumbradas a usar el grano del café solamente en su versión comestible, que sin duda es la opción más deliciosa y placentera. Sin embargo, existen otras formas de sacarle provecho, tanto a la semilla como a sus residuos, de una manera inteligente y hasta sostenible.
Su flexibilidad es tal que se puede desde fabricar carburantes, abonar campos, repeler insectos, hacer frascos e incluso decorar nuestro hogar.
Los granos de café son las semillas de frutos rojos del género coffea. Cuando los frutos están maduros, se recolectan, se procesan y se secan. Luego, se tuestan y se muelen para preparar la deliciosa bebida.
Luego de su preparación quedan algo del polvo, tras colar la preparación, residuo que también se puede aprovechar para el compostaje o regar las plantas, por ejemplo.
Muebles de madera
De acuerdo con el portal de la organización sin ánimo de lucro 'Fórum Cultural del Café', la madera del árbol de café podría ser una alternativa para realizar muebles, como las gavetas y compartimientos de una cocina integral.
"La razón es que su fuste es más grueso que el de los arbustos de la variedad Robusa, y por ende resulta ideal para el propósito de fabricar todo tipo mobiliarios. Aún y así, existen también iniciativas que utilizan indistintamente madera de cafetos de variedad Arábica, pues basan la fabricación de sus maderas en la técnica del machihembrado", señala el portal.
Abono orgánico
Este ingrediente también se puede utilizar como compost orgánico para las plantas y terrenos agrícolas, ya que puede ayudar a enriquecer y nitrogenar la tierra, ayudando al crecimiento y la floración de las mismas.
De acuerdo con portal especializado, 'Frutícola', es suficiente con añadir una vez al mes un poco del residuo del café, tras su preparación, en la tierra, tanto en plantas de interior como de exterior. Se puede aplicar directamente en seco o bien mezclarlo con agua para regarlas.
Otros usos es la fabricación de combustibles, producto de belleza, e incluso tazas para tomar el café, como los envases 'Kaffeeform', un emprendimiento alemán en el que aprovechan las sobras que deja el proceso del café para hacer envases que lleven bebidas calientes o frías.
NATHALIA GÓMEZ PARRA
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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