Desde 2019, las finales de la Copa Libertadores, el torneo más importante de clubes de la Conmebol, y la Copa Sudamericana, el segundo en el orden de la entidad, se juegan a partido único en sede neutral.
La decisión de la Conmebol era copiar lo que se hace en Europa, donde la Champions y la Europa League definen la sede de la final con anticipación.
Hasta ahora, las finales de la Libertadores se han jugado en el estadio Monumental de Lima (2019), en el Maracaná (2020), en el Centenario de Montevideo (2021) y en el Monumental Isidro Romero Carbo, de Guayaquil (2022).
Por su parte, las últimas ediciones de la Sudamericana se han definido en el estadio General Pablo Rojas, de Asunción (2019), el Mario Alberto Kempes, de Córdoba (2020), el Centenario de Montevideo (2021) y el Mané Garrincha, de Brasilia (2022).
Dos estadios colombianos aspiraban a recibir la final
Para este año, dos estadios colombianos estaban, en teoría, con buenas opciones de recibir la final de la Libertadores este año: el Atanasio Girardot, de Medellín, y el Roberto Meléndez, de Barranquilla.
Sin embargo, el Consejo de la Conmebol decidió jugársela por opciones conocidas y se repetirá sede tanto en la Libertadores como en la Sudamericana.
Alejandro Domínguez, presidente de la entidad, anunció en sus redes sociales la decisión: la final de la Libertadores volverá al Maracaná este año. Ese partido será el 11 de noviembre.
Estadio Maracaná Foto:EFE
Además, la final de la Sudamericana volverá al histórico Centenario, de Montevideo. El encuentro será el 28 de octubre.
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