En 2024, Crepes & Waffles, empresa familiar 100% colombiana, llegará a los 44 años de tradición. La cadena de restaurantes, que tiene 216 locales en diferentes lugares del mundo, ha logrado mantener el compromiso "de humanizar y espiritualizar la economía”.
De acuerdo con la cofundadora de la empresa, Beatriz Fernández, una crítica constructiva y la posterior generosidad de una cliente llevaron a la cadena a adoptar una receta de waffles que perdura hasta hoy, y esta ha sido clave en su éxito.
La aventura que iniciaron en un garaje en Bogotá Eduardo Macías y Beatriz Fernández tuvo en cuenta la crítica de una clienta, Manuelita Durán, que les dijo que los waffles eran “terribles” y les regaló la receta que hoy se utiliza en todos los puntos de venta.
Durán extrajo la receta de un libro inglés. “Yo la miro (a la señora), ella se mete a la cocina, abre la nevera, abre las ollas, prueba y me dice: 'Chinita, ¡tus waffles son horrorosos! Yo soy experta waffles, les voy a traer mi receta preparada y escrita'. La señora se fue y a la hora volvió con la receta preparada y escrita. Es la receta que tenemos hoy en día”, dijo Fernández.
En estos restaurantes encontrará platos con productos autótonos colombianos. Foto:Archivo EL TIEMPO
A hoy, existen por lo menos 216 restaurantes y 144 heladerías en países como Colombia, Ecuador, Chile, Venezuela, México, España, entre otros.
La empresa tiene inmersa en su filosofía la solidaridad y el aporte positivo en la sociedad.
No solo tienen entre su plan de beneficios dar a sus empleados medicina prepagada, programas de vivienda propia, capacitación constante y un clima laboral donde desterrar el racismo y apoyar a las madres cabeza de familia es filosofía esencial.
Además, con sus alianzas en las comunidades locales, buscan convertir el cacao, la vainilla y otros productos en la nueva moneda de cambio de la paz con apoyo de Cacao Hunters y le compra a las organizaciones locales Cortepaz, Corpoteva y al Consejo Comunitario Bajo Mira.
“La dimensión que tiene una empresa como Crepes, y como todas, es inmensa. Las empresas somos el motor de la vida intelectual, del desarrollo económico (…), absolutamente todo se involucra en este motor que somos las empresas. Este motor jamás puede perder el entusiasmo”, contó la empresaria.
La pandemia de covid-19 fue una época de cambios en la que las empleadas de la compañía ofrecieron trabajar sin remuneración para mantener a flote la empresa.
“Cuando aparece el Covid se paraliza el mundo, expresé esto a toda mi gente: el Covid puede paralizarnos y pararnos en este momento, pero no puede acabar nuestros sueños (…). Y una frase que a mí me hizo llorar y a todos en la organización es cuando ellas (sus colaboradoras) dijeron: ‘Si nos toca trabajar sin recibir ningún peso, lo hacemos para parar nuevamente a Crepes’. Y esto para mí fue la dicha”, rememoró .
En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal,
elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada
con
sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando
esta
utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí