Para Pierre Lapaque, representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en Colombia, la sostenibilidad de los programas es fundamental para acabar con la problemática de los cultivos de uso ilícito.
¿Cuál es la solución para frenar los cultivos ilegales?
No es una respuesta fácil y no hay una solución mágica frente a este tema. La producción de coca nunca va a desaparecer de un día para el otro en Colombia. Se necesita un enfoque integral: trabajar el tema de la educación de los campesinos, la aplicación de justicia, la cooperación internacional y las herramientas para enfrentar estos cultivos.
¿A qué herramientas se refiere?
Al tema de la erradicación, ya sea forzosa o voluntaria, porque eso es fundamental. La gente tiene que pasar de una cultura de la ilegalidad a una cultura de legalidad. Por eso es muy importante trabajar sobre el tema de las tierras porque un campesino que tiene algo que perder nunca va a resembrar.
¿Funciona mejor la erradicación forzada o la voluntaria?
Para mí es mejor la erradicación voluntaria porque cuando hay erradicación forzosa la resiembra es del 40 por ciento. Con la voluntaria es menos del 6 por ciento. Este es un trabajo que empezó hace muchos años atrás, con éxitos y con dificultades pero que tiene que seguir. Por eso, es fundamental la sostenibilidad. No sirve erradicar y que tres meses o seis meses después se tenga que pasar de nuevo con el avión o con un grupo de erradicación manual.
Es mejor la erradicación voluntaria porque cuando hay erradicación forzosa la resiembra es del 40 por ciento. Con la voluntaria es menos del 6 por ciento
¿Qué opina de volver a asperjar con glifosato?
Esa es una decisión de Estado. Colombia es un país soberano, entonces, la Corte Constitucional esta trabajando con el Gobierno sobre ese tema. Nosotros no podemos meternos en ese caso y decir si se necesita o no. El glifosato es una herramienta que técnicamente funciona, pero no hay sostenibilidad. Esto se traduce en que tres o seis meses después el avión tiene que pasar de nuevo sobre el cultivo. Eso cuesta una fortuna y lo que se necesita, reitero, es sostenibilidad.
¿Hay que sancionar al campesino o a las redes de narcotráfico?
Cuando me refiero a la justicia digo que aquí hay que perseguir a los jefes de las redes criminales, no a los campesinos. Ellos están haciendo muchísimo dinero con en el tráfico de cocaína, por eso es importante mejorar la cooperación internacional para enfrentarlos.
Colombia produce el 70 % de la cocaína del mundo, dice la ONU
La producción global de cocaína se duplicó entre 2013 y 2017, y solo entre 2016 y 2017 creció un 25 por ciento, llegando a un récord histórico de 1.976 toneladas ese año.
Esos niveles récord alcanzados fueron principalmente un resultado del aumento en la producción de coca en Colombia, aunque también hubo incrementos en la producción de esta droga en países como Perú y Bolivia.
Esa es una de las conclusiones del último informe mundial de drogas publicado esta semana por la ONU, que agrega que en Colombia la producción de cocaína se cuadruplicó entre el 2013 y el 2017.
En ese último año, resaltó la ONU, hubo un incremento del 31 % en la producción de cocaína en el país, llegando a 1.379 toneladas, el equivalente a un 70 % de la producción global de cocaína.
JUSTICIA