La entrada de camiones que transportan ayuda humanitaria para la población de Gaza está detenida desde el pasado jueves, tras la apertura del flujo de asistencia que a la tregua entre Israel y Hamás, en vigor desde el pasado 21 de enero, dijo este martes la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
Desde el inicio de la tregua un total de 10.000 camiones entraron en Gaza, indicó la portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiado Palestinos (UNRWA), Juliette Touma.
Actualmente, los empleados de UNRWA dentro del enclave palestino se están encargando de la distribución de esa cuantiosa ayuda humanitaria en todas las áreas donde están asentados los civiles, incluyendo el norte del territorio.
Camiones de ayuda humanitaria en Gaza. Foto:Redes sociales.
Ese personal (5.000 trabajadores, de los que una quinta parte son profesionales sanitarios) está cumpliendo su labor pese a la prohibición del Gobierno israelí que entró en vigor a finales de la semana pasada, aseguró Touma.
También confirmó que el trabajo de la agencia humanitaria continúa en los territorios ocupados de Cisjordania y de Jerusalén Este, donde las escuelas y clínicas que istra están funcionando, con un 85 % de asistencia de alumnos y 400 pacientes atendidos al día, respectivamente.
Sobre Gaza, donde las necesidades de la población son inmensas tras 16 meses de guerra, la portavoz dijo que hay "cientos de camiones esperando entrar", en particular desde Egipto, con asistencia que incluye alimentos, combustibles, colchones, mantas y varios otros tipos de artículos.
El 60 % de toda la ayuda que ha entrado en las últimas dos semanas corresponde a suministros de la UNRWA.
Touma sostuvo que Israel no ha comunicado a la UNRWA la manera en que planea aplicar la prohibición de sus operaciones y que, de manera general, no hay "ninguna interacción" entre ambas partes.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA). Foto:AFP
Y es que, la semana pasada entraron en vigor dos leyes que vetan la continuación de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en territorio israelí, así como cualquier o con el Gobierno hebreo.
Israel acusa a la UNRWA de tener vínculos con Hamás, aunque de momento solo ha presentado pruebas no concluyentes contra una docena de sus alrededor de 13.000 trabajadores en la Franja de Gaza.
Diplomáticos creen que el objetivo final de estas leyes para Israel es buscar deshacerse del estatuto de refugiados del que hoy gozan más de 5 millones de palestinos -contando a los desdencientes de los 700.000 expulsados en 1948-; pese a que su desmantelamiento no lo eliminaría.
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