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Entrevista
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‘La propuesta de Trump sobre Gaza es un crimen contra la humanidad', Paula Gaviria
La colombiana habló de la coyuntura en Oriente Medio y de otras graves crisis de desplazamiento.
Desplazados internos palestinos llegan desde el sur de Gaza a través de la carretera de Al Rashid a la ciudad de Gaza. Foto: MOHAMMED SABER / EFE
Tras 15 meses de una ofensiva militar israelí en Gaza en la que han sido asesinados más de 47.000 palestinos y que expertos, juristas y académicos, han calificado por su intencionalidad aniquiladora de “genocidio”, la noticia de un cese al fuego y de un intercambio de rehenes y prisioneros entre Israel y Hamás fue recibida con alivio por las víctimas y con esperanza por quienes han pedido repetidamente a las partes respetar el derecho internacional.
La deportación masiva de civiles es un crimen de guerra según los Convenios de Ginebra y, además, un crimen contra la humanidad según el estatuto de la Corte Penal Internacional.
Uno de esos llamados lo hizo la jurista colombiana Paula Gaviria, relatora especial de la ONU sobre los desplazados internos, quien, el 13 de octubre de 2023, menos de una semana después de que Israel declaró la guerra contra Gaza como respuesta a los ataques indiscriminados de Hamás, pidió a Israel suspender la orden de evacuación que había dado a más de un millón de palestinos en el norte de Gaza.
Pero la cosa empezó a complicarse cuando el presidente estadounidense Donald Trump aseguró que tomaría el control de la franja,expulsaría a los más de 2 millones de palestinos que allí sobreviven y desarrollaría un proyecto inmobiliario a lo ‘Riviera’ de Oriente Medio. EL TIEMPO habló con ella.
Paula Gaviria, relatora de la ONU Foto:Oficina del Alto Comisionado de la ONU para ddhh
¿Qué opina de la intención de Donald Trump de expulsar definitivamente a los palestinos de Gaza y de encargar a EE. UU. del futuro de este territorio palestino?
Los anuncios de Trump han ido matizándose con el tiempo, pero sigue siendo pertinente la alerta porque, primero, es ilegal invadir un territorio a la fuerza, deportar a su población y violar el derecho, en este caso de los palestinos, a la autodeterminación. La deportación masiva de civiles es un crimen de guerra según los Convenios de Ginebra y, además, un crimen contra la humanidad según el estatuto de la Corte Penal Internacional.
De materializarse, esta propuesta violaría también los fundamentos de la Carta de Naciones Unidas, que EE. UU. ayudó a crear luego de la Segunda Guerra Mundial.
Por otra parte, a pesar de la destrucción física y económica de Gaza, causada por los ataques indiscriminados y constantes del ejército de Israel, lo que vimos en estos 16 meses es que los habitantes de la Franja no trataron de salir a pesar de todos los intentos por expulsarlos masivamente: es evidente que los palestinos de Gaza han vivido por décadas el temor de cruzar las fronteras pues implicaba siempre el riesgo de no poder regresar. Esa no es una opción para ellos, un pueblo étnico con una relación muy fuerte con su tierra. Por ejemplo, varios relatores de la ONU publicamos un comunicado sobre la cosecha de los olivos y la relación que tiene con la vida, la cultura palestina y la relación con sus antepasados.
Es inaplazable llevar a cabo una labor de reconstrucción con visión de largo plazo que permita terminar la ocupación, devolver las tierras y permitir el retorno de los palestinos, recuperar la economía, reparar los daños causados, hacer justicia por las violaciones cometidas y prevenir que vuelvan a ocurrir. Se ha conocido que hay un plan de reconstrucción propuesto por países de la región que no implica el traslado forzoso de la población.
Si EE. UU. quiere apoyar al pueblo palestino creo que esa es la forma de apoyarlo: un plan que tenga en cuenta además la voz y el sentir de los palestinos que están en el territorio, pero también de los refugiados en diferentes partes. Mi mensaje es que el mundo no puede seguir decidiendo por ellos.
¿Cómo recibió el anuncio del acuerdo para el cese al fuego en Gaza y el intercambio de rehenes?
Franja de Gaza Foto:EFE
Es una noticia que estábamos esperando hace mucho tiempo. Es importante recibir con optimismo cualquier mensaje de una salida negociada a una crisis tan devastadora para las personas en Gaza, para las familias de los rehenes y los prisioneros y para toda la gente que está sufriendo las consecuencias de lo ocurrido en estos 15 meses.
La gravedad de la situación en Palestina requiere una respuesta de la comunidad internacional en términos de rendición de cuentas. Es necesario mantener la presión para que se establezcan responsabilidades y para que Israel permita que se desarrollen las investigaciones requeridas por la Corte Penal Internacional, así como el trabajo de la Comisión de Investigación de la ONU sobre los Territorios Palestinos Ocupados y de los relatores especiales de Naciones Unidas.
¿Qué cree que es fundamental para la reconstrucción de Gaza?
La reconstrucción debe venir acompañada del restablecimiento del orden y de los objetivos fundantes de lo que debe ser el Estado de Palestina y me alegra ver que, desde que se supo de la noticia, se habla de esto como un paso previo hacia ese propósito.
Se trata de solucionar una situación que no empezó en octubre de 2023, sino en 1948, cuando ocurrió lo que se conoce como la Nakba (el desplazamiento forzado de unos 750.000 palestinos de su tierra, en lo que ahora es Israel).
Israel estuvo en guerra con Hamás por 15 meses. Foto:
La de Sudán es, efectivamente, la cifra total de personas desplazadas más alta jamás registrada: a la fecha son más de 12 millones de personas que han huido
En el acuerdo se establece que los palestinos desplazados en Gaza van a poder “retornar a sus barrios”. Sin embargo, Israel destruyó casi la totalidad.
La destrucción masiva de Gaza no tiene antecedentes ni comparación con ningún país en tiempos recientes. Estamos hablando de la destrucción de aproximadamente el 70 por ciento de la infraestructura civil y el 87 por ciento de los hogares. Estimamos que dos millones de personas, es decir el 90 por ciento de la población de Gaza hoy está desplazada.
Entonces, cuando se habla de que un primer millón de personas podrían retornar, aunque todavía falta ver los términos precisos del acuerdo, la pregunta es esa: a dónde y a qué van a regresar ante la destrucción de sus hogares, de los servicios públicos, hospitales, centros educativos, colegios, y universidades.
También está destruida la provisión de servicios básicos para alimentarse: como lo detectamos expertos de la ONU, hay niños que han muerto de hambre e indicios de hambruna, mientras que otros expertos han reportado la destrucción del alcantarillado y del saneamiento básico.
Palestinos desplazados internos caminan por la carretera Al Rashid, en el centro de Gaza Foto:EFE/EPA/Mohammed Saber
Ese es el tema fuerte: cómo va a ser el retorno y esa vuelta a sus hogares y no diría a la “normalidad”, porque lo que había antes no era normal.
Creo que lo que sigue es realmente cumplir con las órdenes de las diferentes instancias que se han pronunciado en estos meses sobre la oportunidad de resolver la situación de Palestina.
Como se dijo en las decisiones de la Corte Internacional de Justicia, es necesario terminar la ocupación en Gaza y empezar una apuesta decidida, integral y sostenida por el futuro de los palestinos como no lo han podido hacer. Creo que se lo deben.
¿Cómo lograr el ingreso efectivo de ayuda humanitaria a Gaza , especialmente, ante la prohibición de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa)?
Desplazados gazatíes cerca de un control de carretera en Nuseirat. Foto:Eyad BABA / AFP
La Unrwa es la columna vertebral de la garantía y el restablecimiento del alivio humanitario en Gaza: tiene no solo la experiencia, sino la capacidad, como lo ha hecho desde su establecimiento en 1949.
A pesar de la sanción moral que se le quiso imponer y que, de hecho, tuvo el impacto que tuvo porque disminuyó sus recursos y operaciones y, de alguna manera, su legitimidad por toda la propaganda que se hizo en su contra, la Unrwa sigue firme y sólida. Pero, claramente, sola tampoco puede.
El 13 de octubre de 2023 su relatoría publicó un comunicado en el que pedía rescindir la orden de evacuación de más de un millón de palestinos del norte de Gaza, emitida por el ejército israelí, por considerarla una transferencia forzada de población. ¿Cómo debería ser una orden de evacuación coherente con el derecho internacional?
La destrucción masiva de Gaza no tiene antecedentes ni comparación con ningún país en tiempos recientes.
Los relatores reaccionamos inmediatamente después del 7 de octubre. Un primer comunicado fue de la relatora sobre los territorios palestinos ocupados, al que nos unimos muchos, y el segundo fue el mío.
A partir de ahí seguimos sistemáticamente y ya tenemos casi 70 pronunciamientos de los relatores, expertos y grupos de trabajo, además de los informes. Mi relatoría obedeció a que nos impactó ver que esta orden de evacuación daba a las personas 24 horas para salir.
Corroborando y comprobando con expertos y con la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en los territorios ocupados cómo habían sido dadas estas órdenes, vimos que no cumplían con los mínimos que se requería según la Cuarta Convención de Ginebra, que prohíbe los traslados forzosos salvo por razones imperativas y temporales, es decir, que garantice que las personas puedan retornar cuando cese la situación que generó la evacuación. Pero, el ejército de Israel seguía manteniendo la inseguridad que ellos mismos generaron.
En ese momento, vimos que no había garantías suficientes de protección a la población civil para hacer los trayectos y que el lugar de llegada no tenía condiciones de a ayuda humanitaria ni de seguridad.
Como lo dije en mi comunicado del 30 de diciembre de 2024: tenemos evidencia de que no hay una intención de proteger a la población civil.
Esto parece contrastar con las evacuaciones que tuvieron lugar en Israel. ¿Estas personas también son desplazadas internas?
Personas huyen del conflicto en Sudán. Foto:AFP
Hay un interés, por parte de otros expertos y de académicos en Jerusalén, por revisar el estado de la población desplazada en Israel. Efectivamente, después del 7 de octubre se habla de entre 100.000 y 200.000 personas. La cifra no está clara porque no se ha hecho el ejercicio de identificar a las personas desplazadas que permanecen en esta condición. Desconozco si hubo órdenes de evacuación, cómo fueron o si cumplieron con todas las características de precaución. Pero, claramente hay mucho dolor y sufrimiento en el pueblo de Israel también, no solamente en las familias de los rehenes, y creo que eso también merece ser acompañado, estudiado y atendido.
Sudán terminó el 2023 con el mayor número de desplazados internos jamás registrado. ¿Cómo fue la situación en 2024 y cuál es la tendencia para 2025?
Claramente hay mucho dolor y sufrimiento en el pueblo de Israel también, no solamente en las familias de los rehenes, y creo que eso también merece ser acompañado, estudiado y atendido.
La de Sudán es, efectivamente, la cifra total de personas desplazadas más alta jamás registrada: a la fecha son más de 12 millones de personas que han huido de sus hogares, nueve de las cuales son desplazados internos. En esos enfrentamientos, la violencia sexual ha sido un arma de guerra muy utilizada por los grupos, hoy también es una de las peores crisis de hambruna en el mundo y con una de las mayores necesidades de ayuda humanitaria: 17 millones de personas que habitan Sudán la requieren. Pero, a pesar de toda la destrucción, y de los últimos desarrollos de la guerra, la mayoría de las personas desplazadas internas se han alojado en las comunidades de acogida, con conocidos o familiares. Me conmovió mucho ver que una sociedad tan adolorida tiene la capacidad de trabajar unida.
Un estadio en Damasco, la capital siria Foto:Nicole Tung para The New York Times
¿Qué otras crisis de desplazamiento interno hay que tener en el radar?
África en general, que, con 35 millones, es el continente con mayor número de desplazados. Particularmente, tengo mucho interés en la República Democrática del Congo, donde estuve en noviembre. Está Yemen, que sigue con apuestas de paz, pero también con grandes desafíos que le impactan por la crisis de Medio Oriente. El Líbano, con la invasión de Israel en septiembre y su crisis ya anterior de refugiados y desplazados, es un país que también tiene desafíos en reconstrucción y casi 800.000 personas desplazadas solo por estos últimos hechos. Y me preocupa mucho Haití, en donde ya hay más de 700.000 desplazados como consecuencia de las actividades de organizaciones criminales.