¿Y las familias de los héroes?

El país está conmocionado con el vil asesinato de los 7 policías por las disidencias de las Farc. Como ciudadano, me pregunto: ¿cómo será el futuro de las familias de estos policías? ¿El Ministerio de Defensa u otra entidad disponen de seguros que garanticen el futuro económico y educativo de su cónyuge y familia?

El pronunciamiento del presidente Petro, una vez conocido el hecho, abordó el tema, pero no quedó clara la responsabilidad del Estado. La ciudadanía debe hacer un seguimiento estricto y asegurarse de que exista o se legisle sobre una compensación que de alguna forma alivie la pérdida de estos héroes, pues muchos son los sacrificados, permanentemente.

No sé exactamente cuántos médicos han sido ministros de Salud, lo que sí sabemos los representantes del sector es que han sido varios, y de ellos o ellas, ninguno ha hecho algo digno a favor del gremio al que pertenecen. Es más, quienes hemos sobrevivido a las dificultades que representa ejercer libre e independientemente en este país, consideramos que más que ayudar a mitigar los efectos negativos heredados de la Ley 100, han sido estos mismos funcionarios (colegas, dirán algunos) los que han adicionado cada año a la norma más requisitos para poder ejercer.

Hoy se estrena otra médica como ministra y de lo que ha propuesto hasta ahora, como reformas, no se vislumbra una sola línea a favor de los representantes del sector, en donde se muestre la intención de desalienar de la ley, lo que esta logró: transformar miles de sueños en frustraciones.

Los casos de “justicia por mano propia” van en aumento. La vida de un ser humano está por encima de todo y se debe respetar, ante todo, su dignidad.

Muchas veces nos dejamos llevar por la rabia o el frenesí del momento; sin embargo, si una persona ha obrado de manera incorrecta, lo más justo para los afectados es que pueda pagar una condena proporcional a los daños causados.

Una de las falencias en el sistema de seguridad y justicia en muchas partes de Colombia es que los delincuentes son liberados al siguiente día, ya sea por falta de pruebas o denuncias. Pero no por esto los ciudadanos debemos acabar con su vida.

En la mayoría de los peajes y salidas de las ciudades y poblaciones hay un letrero que dice ‘Feliz viaje’. Propongo que, con las mismas palabras y letras, se pueda cambiar a ‘Viaje feliz’, lo que logra un sentido diferente a la motivación, pues “viajar feliz” logra despertar sensaciones y sentimientos que llevan a cambiar la óptica de nuestro viaje, como disfrutar del paisaje, de la música, de la compañía, del diálogo, de los puntos de turismo, gastronomía... hacer más vivencial cada trayecto y llegar a nuestro destino con paz, sosiego y tranquilidad.