Ahora que está tan de moda ser antisemita y acusar a Israel de genocidio, sería bueno recordar que en ese país viven bajo constantes ataques que no cesan. En los últimos 30 días, desde Yemen –el último enemigo en unirse a Irán para exterminar a los 10 millones de personas que viven en Israel, incluyendo 2 millones de árabes– se han lanzado 27 misiles balísticos y docenas de drones con explosivos. Misiles, no papas bomba.
Este domingo, a las 9:30 de la mañana, un misil impactó al lado de la terminal 3 del David Ben Gurion, el principal aeropuerto del país, que queda entre Tel Aviv y la capital, Jerusalén. Minutos antes, en los dispositivos celulares de los ciudadanos, la aplicación de alerta nacional marcaba puntos rojos en todo Israel, ante la inminente amenaza de ataques con proyectiles. En esta ocasión, la Cúpula de Hierro (el sistema de defensa tierra-aire) no logró interceptar el misil de los hutíes, la organización terrorista yemení que financia generosamente Teherán.
Uno de los mayores interrogantes que se hace cualquier persona que sigue las noticias del Medio Oriente es cómo hace Israel para vivir bajo esta amenaza latente. En Colombia, un país ya de por sí violento y en guerra, no convivimos con el temor de que las naciones vecinas nos quieran aniquilar. Tampoco tenemos la amenaza de que un misil caiga en El Dorado o en el centro de Barranquilla. Pues bien, la defensa israelí recae en el poder de su desarrollo tecnológico.
Desde que el ex primer ministro Shimon Peres lideró el desarrollo nuclear de su país en la década de los 60, Israel le apostó a la tecnología más avanzada para articular el sistema de defensa más poderoso de todo el mundo. No en vano ha defendido su Estado en guerras en las que hasta cuatro países lo atacaron al tiempo.
En los últimos 30 días, desde Yemen –el último enemigo en unirse a Irán para exterminar a los 10 millones de personas que viven en Israel, incluyendo 2 millones de árabes– se han lanzado 27 misiles balísticos y docenas de drones con explosivos
Previo a los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023, la Cúpula de Hierro era el principal sistema de defensa antimisiles del país, usado principalmente para repeler cohetes de corto alcance y proyectiles de artillería lanzados desde Gaza y el sur del Líbano. Pero después de lo que aquí ya llaman el segundo holocausto (7/10), el sistema Arrow es el que más han tenido que usar para neutralizar los misiles balísticos. En los últimos cinco años, miles de misiles han sido lanzados sobre Israel, suficientes como para haberlo acabado.
Además de lo anterior, Israel viene aplicando desde hace unos años el uso de la inteligencia artificial junto con la recopilación de datos para identificar objetivos, analizar grandes volúmenes de datos de inteligencia y realizar vigilancia predictiva. Esto lo complementa con una estrategia agresiva de ciberdefensa y ciberataques, ‘start-ups’ y cooperación civil-militar.
¿Cómo se produjo entonces el 7/10? Pasará un buen tiempo antes de que se sepa qué sucedió, de tener la respuesta a cómo un país que ha sorteado todo tipo de agresiones, día a día, sufriera una brecha de seguridad tan grande que le costó la vida de más de 1.200 personas en apenas unas horas y más de 250 secuestrados, de los cuales 59 permanecen en poder de los terroristas de Hamás.
Pero, pese al 7/10, Israel sigue siendo un país donde la vida transcurre con normalidad. Las obras de construcción se ven por todas partes, los emprendimientos siguen floreciendo en distintos campos y el israelí sigue viviendo como siempre, con alegría, como si estuvieran viviendo el último día de sus vidas, pero con la mirada puesta en el futuro para los que les siguen.
Luego de haber pasado un tiempo largo en Israel, escuchando las sirenas en la madrugada, de haber visto un misil interceptado en el aire, de haber escuchado el misil que cayó en el Ben Gurion, con tranquilidad puedo decir: criticamos a Israel sin tener ni las más remota idea de quiénes son y cuál es su diario vivir. Larga vida, Israel.
DIEGO SANTOS
Analista digital
En X: @DiegoASantos