Tomar agua se ha vuelto, para beneficio de todos, una costumbre cada vez más arraigada en la sociedad occidental. La hidratación es crucial para el buen funcionamiento del organismo humano.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que algunas culturas orientales, como la japonesa o la china, recomiendan beber el agua siempre tibia o caliente. Aquí le contamos por qué.
El agua caliente en culturas orientales
En Japón, al agua tibia se le dice ‘Sayu’ o ‘Shirayu’, y se refiere específicamente al agua hervida que se ha enfriado hasta los 50 °C. La tradición indica que se deben tomar 650 mL de ‘Sayu’ en ayunas, para mitigar dolores, prevenir enfermedades cardiovasculares, la artritis, los trastornos menstruales, el estreñimiento, entre otras enfermedades.
Además, expertos dicen que calentar al cuerpo desde adentro promueve la circulación de la sangre, lo que previene todo tipo de malestares, y la circulación linfática, lo que expulsa toxinas y fluidos indeseados del cuerpo.
Parte de la costumbre sugiere hervir el agua en teteras de hierro, pues se dice que este material le da al agua un sabor característico que hace que la experiencia sea mucho más especial.
En China también es costumbre beber agua caliente. De hecho, según el portal especializado ‘Shanghai Mama’, en muchos restaurantes populares no se sirve agua fría, sino solamente a altas temperaturas.
Para la medicina tradicional china, el cuerpo tiene dos fuentes de energía: el yin y el yang, y para estar saludable, debe haber un equilibrio entre las dos. Muchas veces, la fiebre y el malestar se relaciona con un exceso de yang, y el agua caliente, al ser una bebida del yin, ayuda a equilibrar las energías. Incluso algunos doctores recomiendan consumir esta bebida para tratar enfermedades.
Otros beneficios del agua caliente
Más allá de la tradición, hay pruebas de los beneficios de beber agua tibia o caliente. Uno de los beneficios de los que hablan los expertos es del balanceo del pH corporal, para controlar la acidez.
Otro beneficio es el favorecimiento de la expulsión de la mucosidad, pues el vapor que emana el agua caliente ablanda los residuos de la nariz y de las fosas paranasales. Además, el agua a altas temperaturas ayuda al intestino, pues el calor ablanda las grasas ingeridas y facilita el proceso digestivo. Esto, no obstante, no significa que beber agua caliente ‘adelgace’, como dicen algunos mitos.
También es importante recordar que existe siempre el riesgo de quemaduras, y que se debe tener precaución en caso de sufrir problemas bucales, como sensibilidad dental o boca seca, pues el choque de temperaturas puede resultar, en ocasiones, muy fuerte.
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ALEJANDRO VICTORIA TOBÓN
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
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