Muchas veces se ha escuchado que es un feo hábito el comerse los mocos y sobre todo, esto se observa en los niños.
Los mocos son el producto de la secreción de varios tejidos presentes en la cavidad nasal.
Para que el moco se forme, varias glándulas submucosas actúan para evitar que partículas de polvo, polen o gérmenes entren en la cavidad.
No solo los mocos evitan que entre suciedad a la nariz, también lo evitan los cilios o vellos que se encuentran en esta.
¿Por qué es bueno tener mocos?
Los mocos son beneficiosos para el cuerpo humano, puesto que mantienen la nariz hidratada, evitando que la nariz se lesione y previenen que sustancias peligrosas ingresen al cuerpo.
De acuerdo con una investigación publicada por el National Center for Biotechnology Information de Canadá, a pesar de que es un hábito molesto ver a alguien comiéndose los mocos, esto no representa ningún riesgo para la salud de quien lo hace. Según la publicación, los mocos se constituyen por 95 por ciento de agua, tres por ciento de elementos orgánicos y dos % de minerales.
Según el neumólogo austríaco Friedrich Bischinger comerse los mocos puede ser saludable porque estos contienen virus y bacterias atrapadas en ellos, por lo que al llegar al estómago este puede crear nuevos ejemplares que ayudarán al nacimiento de anticuerpos que enriquecen la flora intestinal.
Sin embargo, esta afirmación no tiene sustento científico, puesto que otros manifiestan que al pasar la barrera estomacal, las bacterias y virus ya no están presentes.
Así mismo, señalan que los mocos contienen algunas proteínas benéficas como la albúmina, mucina, aminoácidos y encimas que pueden ayudarle a los dientes a evitar que se formen caries.
LUZ ANGELA DOMÍNGUEZ CORAL
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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