Cuando las ganas se alejan / Sexo con Esther

Tenga cuidado si por su cabeza ronda el Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo, (TDSH).

Las fantasías sexuales pueden ser una parafilia. Foto: iStock

Periodista de SaludActualizado:
Tenga cuidado si por su cabeza ronda el Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo, (TDSH), un desequilibrio químico que inhibe totalmente el deseo sexual, donde se pierde el impulso normal para iniciar una jornada y mucho más para entablar una relación.
Son problemas cada vez más frecuentes que se han vuelto comunes y que pueden desencadenar en la ruptura matrimonial, la infelicidad y la reducción en la calidad de vida.
Lo cierto es que un estudio reciente demostró que los expertos del tema descubrieron que se trata de la insuficiencia de la hormona kisspeptina, lo cual afecta al 10% de las mujeres y al 8% de los hombres, aunque estas cifras pueden ser bajas, señaló el Profesor Stanley Althof, de la Facultad de Psicología de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland Ohio y Director del Centro de Salud Marital y Sexual del Sur de la Florida.

Masaje lingam Foto:iStock

Dijo además Althof, “que a los hombres des da vergüenza ir al médico y se espera que uno sea el macho, porque les resulta difícil decir que tienen un problema con el deseo sexual”.
Un estudio reciente publicado en la Revista Jama en el que participaron 32 hombres, con TDSH comprobado, señala que en realidad puede deberse a la forma como está conectado el cerebro, dijo Waljit Dhillo, profesor de Endocrinología y Metabolismo del Imperial College de Londres.
Los hombres que participaron en este estudio se les colocó un dispositivo, para medir objetivamente su excitación y efectivamente los escáneres cerebrales mostraron un efecto significativo tras una inyección de la hormona kisspeptina.
Así que la actividad en las áreas del cerebro que inhiben el comportamiento se desaceleró, mientras que las relacionadas con el interés sexual se iluminaron. Para Dhillo, los hombres tuvieron una respuesta sexual a las imágenes sexuales un 56% mayor tras la kisspeptina, que con el placebo.
De todas maneras, el deseo sexual es muy complicado y para estos expertos es una combinación de función cerebral, hormonas, amor, vino y rosas. Y lo más importante, nada sustituye la comunicación sana sobre el sexo entre la pareja y con los profesionales del sexo, para poder acceder a una buena encamada sin problemas.
Lo mejor es estar alerta ante cualquier cambio en la pareja, que todas las soluciones ya están investigadas y en especial, requiere de más estudios. Mientras tanto, no hay que agotar todos los intentos para renunciar al catre. Hasta luego.

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