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Murió el hombre más longevo del mundo y estos fueron los hábitos que tuvo toda la vida
Antes de fallecer, el venezolano de 114 años reveló sus secretos para una vida larga y saludable.
En 2022 Juan Vicente Pérez se convirtió en el hombre más longevo del mundo con 112 años de edad. Foto: Guinness World Records
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Esta semana, una devastadora noticia inundó los diarios nacionales, pues, Juan Vicente Pérez, el hombre que se hizo acreedor al récord Guinness como la persona más longeva del mundo, finalmente murió a los 114 años de edad, dejando un legado de consejos para mantener una existencia prolongada y saludable.
A pesar de que pudo llegar a poner en riesgo su reconocimiento mundial como el hombre del que se tiene registro que más años ha vivido, el venezolano no tenía reparo en revelar, durante sus entrevistas, aquellos hábitos que le permitieron vivir por más de un siglo.
Siendo uno de los consejos más llamativos, aquel que se relaciona con la ingesta de un licor, el cual no es el clásico vino que algunos especialistas recomiendan por su alto contenido de antioxidantes, sino el aguardiente.
Hábitos para tener una vida larga, según el hombre más longevo del mundo
De acuerdo con información compartida por Guinness World Records, el secreto de Juan Vicente Pérez para tener una vida longeva consistía en "trabajar mucho, descansar en vacaciones, acostarse temprano, beber una copita de aguardiente todos los días, amar a Dios y llevarlo siempre en el corazón".|
Al respecto, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) apuntan que, dormir bien ayuda a que el sistema inmunitario funcione mejor, propiciando además que su mente se mantenga alerta. Esto último posiblemente ayudó a que el ahora occiso gozara de una buena memoria de sus recuerdos de infancia y juventud, los cuales solía compartir con sus 11 hijos, 18 nietos, 41 bisnietos y 12 tataranietos.
Por su parte, la religión y la espiritualidad pueden ayudar a que las personas tengan un consuelo "divino" que reduce sus posibilidades de caer en depresión y ansiedad, contribuyendo así a la salud mental de los individuos, quienes por medio de su fe también pueden socializar y crear vínculos con personas de su círculo, según señala un artículo publicado en la revista Psicodebate.
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