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‘La gente está comiendo solo dos veces al día’: director Banco de Alimentos de Bogotá
En sus 22 años de servicio, el BAB ha repartido cerca de 260.000 toneladas de productos.
El Banco de Alimentos de Bogotá ha logrado distribuir 230 millones de kilos de comida, en 20 años. Foto: Banco de Alimentos de Bogotá
El Banco de Alimentos de Bogotá cumplió ayer 22 años. Durante todo ese tiempo se ha concentrado en apoyar a la población vulnerable de la ciudad y Cundinamarca. Los cálculos es que ha entregado 260.000 toneladas de productos.
Esta fundación de la Arquidiócesis de Bogotá articula esfuerzos del sector privado, la academia y, como dice su director, el padre Daniel Saldarriaga: "la gente de buena voluntad".
No queremos que la gente se mantenga en una cultura de mendicidad
"Queremos alimentar a las personas de la forma más sana posible, pero no queremos que la gente se mantenga en una cultura de mendicidad, sino que sientan que la ayuda es u paso para ascender", afirma el religioso.
¿Cómo trabaja el Banco de Alimentos de Bogotá (BAB)?
Un día normal inicia a las 6 de la mañana. Uno de nuestros equipos empieza a cargar los pedidos que han hecho las organizaciones de toda la ciudad. Son 14 vehículos que distribuyen alrededor de 30 paquetes diarios. Al mismo tiempo, otro grupo selecciona y clasifica los alimentos que llegaron el día anterior y un tercer grupo organiza nuevos pedidos.
Así opera el Banco de Alimentos de Bogotá Foto:Cesar Melgarejo
¿De dónde vienen los productos?
Compramos algunos alimentos no perecederos (lentejas, arroz, frijoles, harina, pasta, chocolate, sal, a, aceite) y frutas y verduras de cosecha. Otros nos llegan de donaciones de los campesinos del occidente de Bogotá o de municipios de Cundinamarca y, finalmente, otro paquete proviene de Corabastos. En estos 22 años hemos recuperado 90 millones de kilos de frutas y verduras que no pudieron ser comercializadas.
¿Cuál ha sido el impacto del BAB en estos 22 años?
Con el apoyo de más de 44.000 voluntarios hemos entregado cerca de 260 millones de kilos de productos. Si los cargáramos en tractomulas de 28 toneladas, podrían ser alrededor de 9.300 vehículos que puestos en fila sumarían la distancia que hay entre Bogotá en Ibagué.
¿Y el reto más difícil que ha afrontado el BAB en estos 22 años?
Seguir apoyando a las personas con hambre, hoy tenemos una infraestructura que nos hace capaces de hacer mucho más por la población que lo necesita, con 5.700 m2 de bodega, pero sentimos que nos quedamos cortos y solo podremos aumentar nuestra capacidad sí más personas solidarias hacen parte.
El Banco de Alimentos en ningún caso atiende a las personas directamente, lo que hacemos es vincularnos con organizaciones sociales. En 2022 llegamos a 993 y por medio de ellas atendimos a 574.000 personas, el 71 % en Bogotá, un 15 % en Cundinamarca y 14 % en el resto del país.
¿Qué deben hacer las organizaciones sociales que el Banco articula?
Padre Daniel Saldarriaga, Director ejecutivo del Banco de Alimentos de Bogotá Foto:Cesar Melgarejo
No solamente deben dar de comer a las personas, también nos tienen que demostrar que están en la legalidad ante la Cámara de Comercio y que tienen un espacio físico en el que están en o con la comunidad.
¿Cuáles son los grupos poblacionales que tienen prioridad?
El grupo más grande que tenemos hoy son familias a las que les entregamos paquetes alimentarios. El siguiente son niños, niñas y adolescentes en etapa escolar. También atendemos a adultos mayores, a farmacodependientes, a población desplazada y población indígena y afrodescendiente en situación de vulnerabilidad.
¿Cómo fue el desafío de la pandemia?
Durante los años anteriores a la pandemia, de 2016 a 2019, logramos mover cada año cerca de 14.000 toneladas de producto. Mientras que en 2020, alcanzamos 30.000 toneladas. Esta fue una experiencia muy bonita, mucha gente donó recursos. Con estos compramos productos básicos para la seguridad alimentaria.
Queremos alimentar a las personas de la forma más sana posible, pero no queremos que la gente se mantenga en una cultura de mendicidad, sino que sientan que la ayuda es u paso para ascender.
¿Ha aumentado el hambre en Bogotá?
Los pobres de nuestra ciudad están en silencio, es una crueldad que haya gente que no tiene qué comer en Bogotá
Sí, mucho. La gente está comiendo solo dos comidas al día que no son nutritivas. Puede que la situación se haya agravado por la incertidumbre económica, la situación de orden público y el cambio climático. El programa ‘Bogotá sin Hambre’ pensó en hacer más eficientes las plazas de mercado, eso fue una idea interesante. Pero hoy los pobres de nuestra ciudad están en silencio, es una crueldad que haya gente que no tiene qué comer en Bogotá. Necesitamos sumar más personas solidarias.
¿Cómo la articulación entre sectores fortalece al BAB?
La academia ha sido un aliado importante porque ayuda a entender la dimensión del problema. Muchos de nuestros voluntarios son universitarios o jóvenes de las fuerzas militares. En nuestra junta directiva tenemos un grupo de empresarios que nos asesoran, además del apoyo de la Andi. También contamos con el arzobispo de Bogotá y con personas de las organizaciones.
¿De dónde nace la idea del Banco de Alimentos de Bogotá?
En el 2000, San Juan Pablo II dijo que era hora de una nueva imaginación de la caridad, mejorando en la capacidad de hacernos fraternos con el que sufre para que la voluntad de Dios no sea una limosna humillante, sino un compartir fraterno. El cardenal Pedro Rubiano dijo 'es hora de que nazca en Bogotá el Banco de Alimentos', ya estaba en Medellín y en Cali. Ellos, junto con un grupo de empresarios, nos ayudaron a moldear el ejercicio que hoy tenemos.
¿Cómo se puede apoyar al Banco de Alimentos?
Entrando a www.bancodealimentos.org.co. Son 11.000 colombianos, especialmente de la capital, que están donando, pero es un grupo muy pequeño con respecto a lo que sería si más personas conocieran nuestro impacto.