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Cambiará el límite de velocidad en Bogotá: ¿de qué depende que se modifique la norma? Este es el debate

Se aplicará la metodología de la ANSV para determinar las zonas donde podría modificarse la norma.

El objetivo de la Secretaría de Movilidad es reducir los siniestros viales.

La velocidad máxima en Bogotá es de 50 km/h. Foto: Sergio Acero. EL TIEMPO

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Tatiana Moreno Quintero

06.05.2025 18:11 Actualizado: 07.05.2025 09:40

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¿El límite de velocidad en las vías de Bogotá debería ser mayor o menor? Este ha sido un tema que recientemente ha estado en boca de la opinión pública. Algunos han hecho esfuerzos por modificar la medida a 60 kilómetros por hora (km/h), mientras que otros advierten que el estándar establecido es el correcto. Sin embargo, lo cierto es que vienen cambios en la norma.

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Recientemente la secretaria de Movilidad del Distrito, Claudia Díaz, aseguró a medios que actualmente la entidad se encuentra en un proceso de actualización para determinar nuevos límites de velocidad en la ciudad, en caso de ser necesario; esto, basado en una nueva metodología de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV).

Pero la conversación sobre la modificación en la norma ya estaba planteada desde diciembre de 2024. Fue el concejal Humberto Amín quien le solicitó al Distrito revisar los límites máximos de velocidad en los principales corredores viales y aumentarlos.

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Actualmente, los ciudadanos tienen permitido manejar sus vehículos hasta un máximo de 50 km/h. Sin embargo, la medida cambia dependiendo de la zona de la ciudad en la que se encuentren. Por ejemplo, en áreas residenciales, escolares, hospitalarias y lugares con alta concentración de personas o con visibilidad limitada, los automotores solo pueden desplazarse hasta los 30 km/h.

La movilidad en Bogotá funciona de esta forma desde el 20 de mayo de 2020, durante la istración de Claudia López. Esta fue una decisión tomada en el marco del Programa Gestión de la Velocidad, en el que se redujo el límite de 60 km/h a 50 km/h. No obstante, en el caso del transporte público masivo, el límite se mantiene en 60 km/h.

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Con este cambio, las autoridades esperaban salvar cerca de 268 vidas durante el periodo entre 2020 y 2023. “Entonces, para prevenir riesgos, salvar vidas y evitar congestión en el sistema hospitalario, vamos a implementar un límite máximo de velocidad de 50 km/h”, aseguró en su momento la entonces alcaldesa Claudia López.

¿Qué determinara el cambio en la velocidad?

Secretaria de Movilidad — La secretaria de Movilidad Claudia Díaz Acosta. Foto:SDM

Lo que le espera ahora a la ciudad es una posible modificación que bien podría significar una reducción del límite en algunas zonas de la capital, un aumento en otras, o simplemente dejar el mismo estándar, todo basado en el modelo de la ANSV.

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La decisión de la Secretaría de Movilidad se basa en el modelo que la Agencia Nacional de Seguridad Vial desarrolló para definir los límites máximos de velocidad. Este se fundamenta en el Enfoque de Sistema Seguro y responde al Plan Nacional de Seguridad Vial 2022–2031 y a la Ley 2251 de 2022, de acuerdo con voceros de la Agencia Nacional.

La metodología aplica para zonas urbanas, rurales y pasos metropolitanos, teniendo en cuenta el entorno vial, la vulnerabilidad de los s y la funcionalidad de la vía.

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“Se desarrolla en cinco etapas: identificación del tipo de zona; caracterización del sector; estimación del riesgo y definición del límite preliminar; análisis de brechas con comparación de velocidades; establecimiento del límite definitivo y su socialización; y, finalmente, seguimiento y evaluación del cumplimiento”, explicaron desde la ANSV.

La viabilidad de un aumento en el límite de velocidad

El límite de velocidad en las principales vías de la ciudad es de 50 km/h Foto:Héctor Fabio Zamora / EL TIEMPO

A pesar de que años atrás se permitía que los conductores particulares llevaran sus vehículos a una velocidad 10 kilómetros por hora mayor que la actual, la posibilidad de aumentar el estándar no es recomendada por los expertos.

Según Darío Hidalgo, profesor de Transporte y Logística en la Pontificia Universidad Javeriana, incrementar el límite sería un “error”, debido a que se duplicaría el riesgo de siniestros viales fatales.

La Secretaría de Movilidad también alertó que el exceso de velocidad es uno de los factores que más siniestros viales ocasiona en Bogotá.

Además, en el Anuario de Siniestros Viales de 2024 se explica que hay una mayor letalidad relativa, lo que sugiere que los choques pueden estar asociados a altas velocidades o pérdida de control del vehículo. Como ejemplo, se expuso que los impactos contra objetos fijos terminaron en 77 víctimas mortales y 428 lesionados en el año 2024.

Díaz también aseguró a medios que un choque de un vehículo a una velocidad de 50 km/h equivale a arrojar a una persona desde un segundo piso, mientras que a 60 km/h sería como lanzarla desde un cuarto o quinto piso, lo que aumenta considerablemente el riesgo de mortalidad.

Por otro lado, una de las creencias populares es que entre más rápido se transite, menos congestión hay. Sin embargo, Hidalgo explica que esto no es cierto: “Una modificación de la velocidad de 50 km/h a 60 km/h solo significa una mejora de tiempo de viaje de 12 segundos por cada kilómetro. Es decir, 2 minutos en 10 km. Realmente no es significativo. Lo que sí lo es, es el aumento del riesgo vial”, aseveró el experto.

En cuanto a la infraestructura, José Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística y Movilidad de la Universidad Nacional de Colombia, aseguró que Bogotá tiene un modelo de ciudad que combina elementos del modelo estadounidense, que prioriza los carros, y del europeo, que considera más a los peatones.

Por ello, se necesita establecer un límite de velocidad en las autopistas y vías arteriales para evitar que los ciudadanos sean víctimas de accidentes en los tramos donde los vehículos llevan ventaja.

La cultura ciudadana es otro ámbito que hay que tener en cuenta para tratar este tema. Según los expertos, aunque los ciudadanos le han puesto el freno al exceso de velocidad, todavía falta mayor conciencia sobre el tema.

“Desde el punto de vista de la ciudadanía, desafortunadamente el espíritu es vivir de afán. (...) Existe un espacio para que formemos una cultura sobre una Bogotá con buen ritmo, pero sin afán. Y eso tiene que traducirse en quitar el pie del acelerador. De esta manera se contribuye a una pacificación del tránsito”, concluyó Rojas.

TATIANA MORENO QUINTERO

REDACCIÓN BOGOTÁ

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