En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Exclusivo suscriptores
Dos décadas de resiliencia: así se volvió a levantar el club El Nogal
La sanación afectiva y emocional, y la reconstrucción de la infraestructura, transformaron el lugar.
“Siempre hay un día donde nace la esperanza, donde crecen los sueños, que llenan de ilusión. Siempre hay un día donde florece el amor”, dice una canción que se ha repetido cada 7 de febrero, durante los últimos 20 años, en el interior del club El Nogal, el mismo que fue atacado por las Farc y que dejó 36 muertos y 198 heridos.
Esa composición, llamada Homenaje a la vida, compuesta por Juan Fernando Fonseca Ochoa e interpretada por Sebastián Yepes, María Mulata, Juan Carlos Consuegra, Beatriz Arellano y un grupo de socios y colaboradores del club, se había conocido solo al interior de la comunidad y por primera vez será compartida de forma pública durante la conmemoración de este año. La letra hace un llamado importante: “Vamos a cantarle a la vida, a la alegría y a las ganas de vivir, y al amor que sana las heridas”. Unas heridas que han intentado cicatrizarse y que recuerdan cada una de las vidas perdidas aquella noche.
En medio de ese dolor, habernos unido en común afecto para salir adelante nos ayudó a superar las dificultades
Si se pudiera resumir en una palabra lo que ha logrado el club tras el mortal ataque sería: resiliencia. Como si se tratara de un símbolo implícito de la naturaleza, el árbol al que se le debe el nombre del lugar demuestra su solidez y resistencia, y refleja lo que han vivido.
Minutos después de conocerse la noticia, los del lugar, sus familias y personas cercanas reaccionaron como una comunidad inquebrantable, se acercaron y pusieron todo su empeño. “Después del atentado se inicia un proceso de reconstrucción afectiva y de reconstrucción física; tuvimos que reconstruir la moral y la infraestructura desde cero”, asegura Rafael Blanco Alviar, presidente de la junta directiva del club El Nogal, en diálogo con EL TIEMPO.
El 9 de febrero de 2003, cientos de personas protestaron contra el terrorismo y el atentado al club El Nogal Foto:Archivo EL TIEMPO
Ese espíritu de unión y soporte volvió a ratificar la idea que tuvieron Jorge Enrique González Ulloa y Mario Lega Sicard, en la década de los 80, cuando plantearon la iniciativa de crear el club, y que se solidificó años más tarde, en 1995, cuando se inauguró. Un par de días después del atentado, cientos de personas salieron a las calles de la ciudad con camisetas y pañuelos blancos para recordar a las víctimas y rechazar el terrorismo. Un apoyo simbólico. “El Nogal está herido, pero gracias a todos ustedes lo estamos salvando”, escribió en este diario en ese momento Fernando Ruiz, entonces presidente del club.
Las obras comenzaron tres meses después de la tragedia. La inversión fue de unos 18.000 millones de pesos de la época, incluyendo la remoción de escombros, según se lee en los registros. El 17 de marzo de 2003, a las cinco de la tarde, se reunieron en Corferias los socios y llevaron a cabo la asamblea, donde determinaron cómo iban a recuperarse. “Esa es la principal determinación que se toma: no obstante estar devastados, se decide restaurar el club y empezar a demostrarle a la sociedad colombiana que después de hechos tan graves como ese, se puede salir adelante”, asegura Rafael Blanco.
En julio de ese año se abrieron algunos sitios y servicios del club, y un año después del atentado ya estaba funcionando en más de un 90 por ciento, recuerda Blanco. “Fue una inversión importante y es a los socios que hay que agradecerles por su apoyo material y afectivo cuando más lo necesitamos”.
Rafael Blanco Alviar, presidente de la junta directiva del Club El Nogal. Foto:Cortesía Club El Nogal
Desde entonces, el sitio ha tenido transformaciones y sigue aportando al país en temas empresariales y sociales. En diciembre de 2003 se creó la fundación El Nogal, con la que se creó un fondo educativo para hijos de colaboradores víctimas del atentado y se les dio apoyo psicológico. Además, ha trabajado de cerca con personas que han sido afectadas por la violencia en el país. “Se han extendido las ayudas para las comunidades vulnerables del país en cuanto a apoyos educativos, de vivienda y capacitaciones. Nos unimos a otras fundaciones para ayudar”, señala Rafael Blanco.
El mayor reto ha sido recuperar el afecto y la esperanza, según el presidente de la junta directiva. “En medio de ese dolor, habernos unido en común afecto para salir adelante nos ayudó a superar las dificultades”. Y reafirma la canción con la que recuerdan a las víctimas de esa noche que enlutó a Colombia: “Siempre hay un mañana con un nuevo despertar”.