“Hace 27 años llegué a Soacha como desplazado y me ofrecieron un lote en la Ciudadela Sucre a cambio de un televisor, empecé a construir y ya tenía una piecita cuando llegó el alcalde de ese entonces con maquinaria a tumbármela porque era un terreno de invasión”, contó un residente del vecino municipio que pidió reserva del nombre*.
Desde hace más de 30 años Soacha ha sido un escenario de invasiones y estafas con falsas ventas de predios. La estrategia de los llamados ‘tierreros’ o ‘terratenientes’ es apropiarse de los terrenos y luego aprovecharse de personas de escasos recursos, desplazados y migrantes, a través de diferentes modalidades.
Este problema se acentúo durante y después la pandemia. Al día llegan entre 10 y 15 familias a ocupar lotes considerados como zonas verdes, reservas naturales, rondas de caños o con un uso diferente al de vivienda.
Los dueños del negocio
Aquí se sabe y hay personas con nombres propios y que todo el mundo conoce. Ellos lo que hacen es buscar gente vulnerable o nueva en la ciudad para venderles lotes desde 300.000 pesos...
Esta es una situación de hace muchos años que viven varias zonas de la comuna 4 Cazucá, entre ellas El Arroyo, Luis Carlos Galán, La Capilla, Ciudadela Sucre, Mirador de Corinto 3 y El Barreno. En promedio hay 1.500 familias invasoras, según un líder social que dice haber sido víctima de amenazas por denunciar a los promotores de invasiones.
“Aquí se sabe y hay personas con nombres propios y que todo el mundo conoce. Ellos lo que hacen es buscar gente vulnerable o nueva en la ciudad para venderles lotes desde 300.000 pesos con la mentira de que esos predios son para reubicar. Lo más triste es que muchas personas hacen sus ranchitos ahí y cualquier aguacero se los derrumba”, asegura.
EL TIEMPO conoció que son entre 10 y 15 los supuestos ‘tierreros’ que se han apoderado del negocio ilegal en la zona de Cazucá, y que es tanto gente del municipio como de afuera que no solo lleva a cabo esa actividad en Soacha sino otras partes del país. Y quien se atreve a denunciarlos termina amenazado, como le pasó al alcalde, Juan Carlos Saldarriaga.
No obstante, muchos prefieren callar para no exponerse a intimidaciones, según contó el líder, quien asegura que algunos de los que se han atrevido a señalar con nombres propios están hoy bajo tierra o refugiados en otro país.
Otro residente de Soacha que conoce de estos casos estima que el 50 por ciento de los responsables de las invasiones son dueños de dos o más casas y que lo que hacen es pagarles a otros para que vayan a invadir, para así adueñarse y luego venderlos los terrenos o también para construir o incluso para que cuando la istración municipal los expulse, por ser un espacio no permitido, pedir reubicación.
Las viviendas las construyen con madera, latas, poli sombra y lo que se encuentre por ahí, y son entre cuatro y cinco personas las que viven en un solo rancho.
Focos de inseguridad
“Muchas de las personas que llegan a invadir son extranjeros, entre un 30 o 40 por ciento, no todos son malos, pero muchos sí han terminado uniéndose a los grupos delincuenciales que ya había, y se han acentuado más los problemas”, dice el líder social. También hay migrantes que ocupan predios porque los ‘tierreros’ les pagan para que los cuiden.
Lo más grave del asunto de las invasiones es que estás han incrementado la inseguridad, ya que se han convertido en centros de microtráfico, vandalismo, prostitución, violaciones, abuso de menores y trata de personas.
Laura Rincón*, habitante del barrio San Rafael, en Ciudadela Sucre, contó que vivir en zona es de terror y que por allí no se puede caminar tranquilamente, ya que la inseguridad es demasiada y todo el tiempo hay gente consumiendo drogas.
“Mi hija vive en Ciudadela Sucre y para salir o llegar en la noche tiene que conseguir a alguien que la acompañe, porque ese sector es un atracadero bravo, se corre cualquier tipo de peligro, las invasiones se volvieron unas ollas”, dijo una víctima de ‘los tierreros’.
Las situaciones de violencia y de inseguridad no son el único mal de estas invasiones, pues, además, hay conexiones ilegales a las redes de servicios públicos, en especial el de energía.
La istración
La que está detrás de estas invasiones es la misma mafia que durante 40 años ha explotado la Ciudadela Sucre vendiendo todos los lotes..
Residentes del municipio aseguraron que el alcalde Juan Carlos Saldarriaga ha hecho lo que más ha podido y que por eso también ha sido amenazado, incluso ya le hicieron un atentado. “Nadar contra la corriente solo es complicado, para solucionar este problema de raíz que tiene afectado a Soacha, el alcalde necesita apoyo de la Gobernación y del Gobierno Nacional”, dijo un habitante de la comuna 4.
El alcalde Juan Carlos Saldarriaga explicó que las invasiones son realizadas por el crimen organizado y que durante la pandemia él tuvo una lucha fuerte con más de 1.000 familias que llegaron a invadir la parte alta de Ciudadela Sucre -una reserva natural-. El mandatario ordenó la presencia de policías y soldados por aproximadamente 7 meses para sacar a esas personas.
“La que está detrás de estas invasiones es la misma mafia que durante 40 años ha explotado la Ciudadela Sucre vendiendo todos los lotes, yo lo puedo decir con claridad, allá hay una familia que toda la vida se encargó de invadir esa montaña y hoy sigue explotando a esa gente humilde”, aseguró Saldarriaga.
El mandatario además anunció que en esa zona adelanta el proceso de expropiación de un lote de unas 400 hectáreas para construir allí parques y equipamientos públicos para la comunidad.
LOREN VALBUENA
REDACCIÓN BOGOTÁ
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