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Por qué se inunda Bogotá con un aguacero
Aunque ha mejorado el alcantarillado pluvial, las lluvias han causado 43 emergencias.
Bomberos ayudan con motobombas a evacuar el agua del lugar. Foto: Néstor Gómez
En Bogotá ya se volvió normal que cada año, para esta época, se presenten emergencias por cuenta de las inundaciones. Estas se registran aunque la ciudad ha mejorado su infraestructura de alcantarillado pluvial y canales, y a pesar de las acciones de limpieza que todos los días realizan 30 cuadrillas de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) y operarios de Aguas de Bogotá.
Desde septiembre, según la gerenta de la EAAB, Cristina Arango, la empresa ha atendido 43 emergencias por encharcamientos. Y en lo corrido de noviembre, Bomberos Oficiales de Bogotá, 25 por la misma causa, de acuerdo con Diego Moreno, director del organismo de socorro. Y también, 143 situaciones con árboles caídos y 41 deslizamientos.
Cifras del Idiger indican que al 24 de noviembre las zonas más afectadas con las inundaciones han sido La Victoria, San Cristóbal; Prado Veraniego, Suba; San José Sur, Rafael Uribe Uribe; Polo Club, Alcázares, La Merced Norte, de Barrios Unidos; El Espartillal, La Cabrera, Chapinero Central, en Chapinero; La Libertad, Bosa, y Palermo y Armenia, Teusaquillo.
Uno de los días más críticos fue el jueves 19 de noviembre, cuando se vivieron varias emergencias, pero tal vez las más graves ocurrieron en la avenida NQS con Chile, donde se vieron vehículos varados; en el canal de la calle 80, que a la altura de la avenida Boyacá se desbordó y cubrió la zona verde alrededor, y en las calles 71 y 72 con carrera 28, donde se inundaron los sótanos de varios edificios.
Pero ¿por qué se inunda Bogotá con un aguacero? Francisco Castiblanco, director operativo del Acueducto, dice que son varias las causas. Y tal vez una de las más preocupantes es el cambio climático, que ha llevado a que se produzcan lluvias muy intensas en corto tiempo.
“Las lluvias que se podrían presentar de 4 o 5 horas se están registrando en una o menos. Y toda esa cantidad de agua termina anegándose mientras el sistema de alcantarillado la evacúa”, explica el funcionario, quien dice que la red está diseñada para un periodo de retorno de 20 años, en el caso de los colectores, y 100 años, para canales.
A esa situación se ha sumado este año el fenómeno de La Niña, que acentúa las lluvias y que, según la directora del Ideam, Yolanda González, ya superó en un 60 por ciento los promedios históricos de noviembre, irá hasta mayo de 2021 y generará precipitaciones por encima de lo normal en diciembre, enero y febrero.
De hecho, las lluvias registradas este mes ya superaron las reportadas en el mismo periodo de 2011, cuando también se presentó el fenómeno climático y la ciudad vivió graves emergencias. En aquella época se presentaron inundaciones en Chía, en la Universidad de La Sabana, por el desbordamiento del río Bogotá, y en la Ciudadela El Recreo Tercera Etapa y la Alameda del Río, en Bosa, el agua subió hasta un metro, lo que afectó a unos 6.000 predios.
Diego Gutiérrez, director de Ingeniería Especializada de la EAAB, explica que los registros históricos de la empresa, con base en los reportes del Idiger, indican que en noviembre de 2011 la estación de El Codito, Usaquén, reportó un máximo histórico de 220 mm de precipitaciones; Cerro Cazadores, Chapinero, 305 mm, y Vitelma, San Cristóbal, 230 mm. En este 2020, en la primera estación se han registrado 275 mm; en la segunda, 240, y la tercera, 280.
“Eso se traduce en que en toda la franja oriental, las lluvias que han caído en noviembre son superiores a los promedios históricos”, puntualiza.
También es un factor a tener en cuenta que toda el agua que cae en los cerros termina depositándose en la sabana, que al ser una planicie con suelos arcillosos no permite la filtración y se estanca, formando los encharcamientos.
Es por eso que en la ciudad se han construido 20 estaciones elevadoras, de las cuales cinco están cerca del río Bogotá, cuyo cauce se encuentra por encima de muchas urbanizaciones. Hace una década, esa fue una de las causas de las graves inundaciones que vivió la ciudad y que hoy no se presentan por el jarillón que construyó la CAR Cundinamarca.
La comunidad de este sector tuvo que afrontar nuevamente las consecuencias de invierno en Bogotá. Foto:Néstor Gómez
Toda el agua lluvia que cae en Bogotá es captada por el sistema de alcantarillado pluvial –son más de 7.000 km de tubería– y canales, y luego conducida por los ríos Salitre, Fucha y Tunjuelo hasta el río Bogotá, que al llegar a la ciudad tiene un caudal de entre 20 y 30 m³/s, y en el sector de Alicachín, abajo de Soacha, lleva 105 m³/s. Esto contando con los cerca de 15 m³/s que recibe de aguas residuales producidas por los hogares, oficinas y empresas.
Pero acá viene otra situación que sigue siendo crítica: las toneladas de basura (como papeles, plásticos, textiles, envases y desechos de construcción) que son arrojadas a las calles, quebradas y canales que atraviesan la sabana, así como las toallas higiénicas, paños húmedos, preservativos y pañales se vacían en los sanitarios. Pero además, los aceites y grasas que son producidos en las viviendas y vertidos en los sifones.
Estos elementos se convierten en verdaderos tapones de sumideros, tuberías y canales que conforman el sistema de alcantarillado pluvial, que en opinión de la Empresa de Acueducto, tiene la capacidad para evacuar el agua que generan las lluvias, pero que colapsa por esos desechos. En el último año, de acuerdo con la gerenta de la EAAB, la limpieza del sistema le ha costado a la ciudad 26.000 millones de pesos.
En esas labores, se han retirado 160.000 toneladas de residuos del sistema. Eso representa, calcula el ingeniero Castiblanco, la basura que recogen los operadores de aseo durante casi 23 días, y con ese volumen se puede llenar cuatro veces el estadio El Campín.
En conclusión, no es un solo factor el que explica por qué Bogotá se inunda con un aguacero, y más si se encuentra en una de las dos temporadas de lluvias que todos los años enfrenta la ciudad, que se puede agudizar con el fenómeno de La Niña, cuando las precipitaciones arrecian y en pocos días puede caer el agua de todo el mes o mucho más, como está sucediendo en este noviembre.