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Estaciones de recarga: el gran desafío de la movilidad eléctrica en Bogotá
Los puntos de recarga rápida son el principal desafío, pues solo hay cinco en la capital.
Una de las estaciones de recarga en el sector de Salitre. Foto: Sergio Acero. EL TIEMPO
¿Los vehículos eléctricos serán mayoría en la capital para 2035? Esta es la pregunta que probablemente se hayan hecho muchos ciudadanos durante los últimos días, después de que el Distrito anunció que está trabajando en una política pública de movilidad motorizada de cero y bajas emisiones.
De acuerdo con la Secretaría de Movilidad, se trata de una hoja de ruta desde 2023 hasta 2040 que busca que los capitalinos se acerquen a nuevas tecnologías más limpias en la industria automotriz, incentivando también la infraestructura de abastecimiento de electricidad para estos vehículos.
Dicha norma, adoptada mediante el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), plantea que para 2032 solo puedan registrarse en la ciudad carros de cero y bajas emisiones, y que para 2035 los vehículos que más contaminan no puedan circular por las zonas que tengan alta congestión o altos niveles de contaminación.
A pesar de que no es un portazo directo a los automóviles de combustión, y podrán seguir circulando, aunque con más restricciones, sí será un gran cambio para la compra y venta de carros en los próximos años. ¿Está la ciudad preparada?
Según expertos consultados por EL TIEMPO, aún hay muchos retos que superar antes de poder hablar de una flota masiva cero emisiones en la ciudad, y uno de ellos (quizá el mayor) es la cantidad de puntos de recarga eléctrica o electrolineras.
Foto:iStock
“La red de cargadores es absolutamente primaria, y eso es bastante decir. En muchos conjuntos residenciales los copropietarios no avalan la instalación de cargadores particulares. Los carros que existen son de personas que tienen la forma de organizar la carga doméstica en las noches porque los sitios públicos son poquísimos”, afirmó José Clopatofsky, director de la revista Motor.
En Bogotá, según la Secretaría de Movilidad, hay 70 electrolineras, de recarga lenta, semirrápida y rápida. Enel y otras empresas privadas han aumentado el número de estaciones durante los últimos años, tanto en lugares públicos como en conjuntos residenciales o edificios.
Necesitamos cargadores semirrápidos o rápidos para adaptarnos a esa cultura taxista, que permitan que mientras ellos descansan puedan cargar la batería en cuestión de minutos
Incluso, ya hay aplicaciones como Electromaps, en la que los ciudadanos pueden informar cuántos puntos de recarga hay habilitados en Bogotá, el tipo de conexión que tienen y para qué marcas funcionan.
“La mayoría de nuestras estaciones están concentradas en el norte de la ciudad, que es donde hay más vehículos eléctricos. También hemos visto un crecimiento muy interesante en la zona central”, afirmó Ricardo Cardona, CEO de Oasis Group, empresa que tiene 45 puntos de recarga en Colombia, de los cuales 20 están en la capital.
Pero, para muchos expertos, el verdadero desafío está en las electrolineras de carga rápida, que se vuelven fundamentales para los taxis y los vehículos de carga eléctricos, pues pasan de cargar las baterías en 4 o 6 horas a necesitar incluso menos de una hora.
Una de las estaciones públicas de recarga para vehículos eléctricos en Bogotá. Foto:Sergio Acero. EL TIEMPO
“Necesitamos cargadores semirrápidos o rápidos para adaptarnos a esa cultura taxista o de conductor de vehículo de carga, que permitan que mientras ellos descansan o comen algo puedan cargar la batería en cuestión de minutos”, dijo Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos).
García también mencionó que el país y la capital está “en deuda” con la Ley 1964 de 2019, la cual determinaba que para 2021 Bogotá debía tener como mínimo 20 estaciones de carga rápida en óptimas condiciones. Sin embargo, hasta la fecha hay cinco.
La Secretaría de Movilidad resaltó que hace poco se firmó un contrato para instalar 15 cargadores rápidos de potencia superior a 50 kW en seis predios de la ciudad. Se prevé que para diciembre de 2023 estén instalados y operativos 10 cargadores eléctricos rápidos en los predios de Alhambra, Modelia, calle 97 y Nicolás de Federmán.
Los cinco restantes se espera que estén instalados y operativos en abril de 2024, ubicados en el sanandresito de la carrera 38 y en un parqueadero de la Terminal del Salitre.
La flota va en aumento
El factor antes descrito no ha detenido la venta de vehículos eléctricos en Bogotá y la Región Metropolitana. Según cifras recopiladas por Andemos, hubo un gran repunte de matrículas registradas el año pasado, al pasar de 331 en 2019 a 2.285 en 2022.
Este año, hasta septiembre, también se ha evidenciado un buen comportamiento, pues se han registrado 1.392 matrículas, de las cuales 810 han sido de tipo utilitario, 503 particulares, 59 comerciales de carga, 10 pick-up o camionetas, 6 comerciales de pasajeros y 4 taxis.
Se espera que al día sean 1.500 los s que viajen en
este bus eléctrico de TransMilenio. Foto:Carlos Ortega / EL TIEMPO
“La oferta de vehículos eléctricos ha aumentado de tal manera que ya no solamente encontramos en el mercado automóviles, sino que hay muchos vehículos eléctricos estilo camioneta que están tomando fuerza entre los compradores”, afirmó García.
Añadió que también se debe destacar el aumento de buses eléctricos de transporte público, que en los últimos años ha convertido a Bogotá, junto con Santiago de Chile, en un referente de movilidad sostenible en América Latina y en el mundo.
“Hasta septiembre tenemos 1.486 buses, una flota muy importante”, agregó.
Desafíos a largo plazo
El objetivo de incentivar la movilidad cero emisiones está presente en muchas ciudades del mundo. Y aunque hay urbes europeas o estadounidenses que están muy avanzadas en esta materia, aún estarían lejos de desaparecer del todo el vehículo de combustión.
“La Unión Europea acaba de derogar la norma que obligaba a cancelar la producción de todos los carros de combustión en 2035 por inviable. No hay forma de tener una flota 100 % eléctrica, salvo en transporte público”, explicó Clopatofsky.
El director de la revista Motor agregó que “deben ser los gobiernos los que provean el suministro de energía, no el sector automotor”, lo cual, para él, aún es muy difícil incluso en países desarrollados.
“En Estados Unidos están buscando técnicos para reparar cargadores públicos porque son muy vulnerables y hay más de 4.000 dañados, que son como el 6 % de la red nacional", concluyó.