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Así se ven las ruinas de fábrica de Bavaria en Bogotá: cuál será el futuro del lugar
El viejo predio hoy es terreno de escondite de consumidores de drogas. Así va el debate sobre uso.
Se vislumbra el amplio terreno de bosque de Bavaria y cómo el paso de los años se ha tragado la construcción Foto: César Melgarejo. EL TIEMPO
Limitando al norte con la nueva avenida Guayacanes; al sur con la calle 7 A; al oriente con la trasversal 71 B y al occidente con la avenida Boyacá, se levantan las ruinas de lo que alguna vez fue una megafábrica de una de las empresas más notables de Colombia, Bavaria, cuya sede se inauguró el 31 de enero de 1973.
En su momento, camiones entraban y salían, transportando el líquido con olor a cebada que ha sido tan tradicional en nuestro país: la pola.
Ahora, parece que el lugar está dormido, las antiguas paredes —grises y color ladrillo— lucen todo tipo de grafitis, la cerca parece separar el presente del pasado y la columna de árboles imponentes que rodean el predio se levantan en medio de la localidad de Kennedy, recordando lo inevitable que es la convivencia entre las construcciones de la gran ciudad y la importancia de la naturaleza.
Casi cuatro décadas después de haber iniciado sus operaciones en Kennedy, para el 2010, la misma fábrica dejó de operar y Bavaria trasladó todos sus procesos, tanto operativos como istrativos, a Tocancipá, a las afueras de Bogotá.
Fue así como la estructura quedó abandonada, el olor a cebada fue desapareciendo con el paso de los días, las tradicionales luces navideñas que se encendían en la fábrica en diciembre ya no se volvieron a ver. En el lugar empezaron a nacer historias de terror, de fantasmas, brujas y hasta de supuestas "voces del más allá".
Según los vecinos de la fábrica, los delincuentes se pasan la cerca, o hasta la rompen, para usar las ruinas o el bosque como escondite, ocultar caletas con objetos robados o estupefacientes y hasta, aseguran, realizan rituales satánicos.
En el sitio ha avanzado el planteamiento de un proyecto urbanístico que piensa volver a darle uso al predio. Pero el proceso, que ya lleva unos 10 años, no solo ha sido extenso, sino que ha dado pie a todo tipo de discusiones sobre el uso del suelo, el cuidado del medioambiente, la nostalgia de los habitantes y la seguridad de la zona.
En el lugar empezaron a nacer historias de terror, de fantasmas, brujas y voces del más allá. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
¿Cómo se encuentran las ruinas de la fábrica de Bavaria 13 años después?
Las leyendas urbanas no son leyendas, son reales. No hay espantos ni brujas, hay delincuentes, hay jíbaros, hay todo tipo de desequilibrios sociales
Según explicó el Gerente del Plan Parcial Fábrica Bavaria, Leonardo Zuluaga, desde un principio hicieron un estudio del suelo en la zona donde funcionó la fábrica para determinar si había contaminación. Por eso, analizaron las condiciones de 23 puntos, se enviaron a revisión y, bajo los estándares mundiales de categorización de la contaminación del subsuelo, determinaron si había que hacer una remediación o no. Ninguno de los puntos salió afectado, pero en la estructura sí se encontraron algunos elementos peligrosos como el asbesto, el cual fue desmontado a través de un proceso de manejo de residuos peligrosos.
Sin embargo, son varias las leyendas urbanas que la gente se ha inventado alrededor de estas ruinas. Historias indican que han visto espantos y brujas allí. Zuluaga dio un panorama más realista sobre la situación actual del lugar.
“Las leyendas urbanas no son leyendas, son reales. No hay espantos ni brujas, hay delincuentes, hay jíbaros, hay todo tipo de desequilibrios sociales”, afirmó.
Zuluaga denunció que el pasado 31 de diciembre se desalojó del predio a una cantidad importante de personas que entraron a hurtadillas a hacer rituales satánicos. “Encontramos caletas de objetos robados, ahí guardan la droga que después con el microtráfico les venden a los jóvenes a la salida de los colegios”, denunció.
Cuando se atraviesa por la avenida Boyacá, se vislumbra el amplio terreno de bosque de Bavaria y cómo el paso de los años se ha tragado la construcción. Por la entrada donde un día no paraban de salir los camiones para distribuir la cerveza por Colombia lo que se ve hoy son cercas para impedir el paso, maleza que se apoderó de la vía, basura y hasta escombros.
Para Zuluaga, los temas de seguridad se han complicado bastante en la zona: “Nosotros tenemos un esquema de seguridad gigante y casi que a diario sacamos gente de allá. Ha habido hasta tiroteos, porque allá se meten grupos organizados con armas de fuego y han herido a nuestros vigilantes”, lamentó.
Incuso, se refirió a los creadores de contenido que realizan retos de internet, como subirse a la torre más alta de la estructura: “Muchos sin entender que es que no se sube nadie hace 15 años porque las condiciones de seguridad no están dadas; entonces hay filos, hay pullas, hay estructuras oxidadas”, remarcó.
También se refirió a que hay otras personas que se meten al lugar a consumir sustancias como alcohol, marihuana e, incluso, mantienen relaciones sexuales. “Es un espacio que indiscutiblemente genera dificultades de seguridad y de sostenibilidad social para la comunidad”, agregó.
Con el tiempo, el bosque urbano fue creciendo, albergando variedad de árboles, muchos de los cuales son eucaliptos. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
Personas que consumen o venden, camuflan las drogas dentro de los arbustos. Producto del mismo hurto también lo ocultan allí
Por su parte, José Vicente Nieto, quien lleva 19 años habitante el barrio Marsella, contiguo a la vieja fábrica, le indicó a EL TIEMPO que personas ajenas al lugar han aprovechado para tomarlo sin permiso: “Se presta para que construyan cambuches, por lo que los desarrolladores han tenido que poner seguridad. Todos conocemos la situación actual de seguridad en Bogotá, por lo que el privado tienen que incurrir en estos gastos”.
Nieto también comentó que personas han llegado a romper la cerca que limita el predio, roban a los transeúntes y se esconden dentro del bosque. Confirmó que se ha presentado consumo de estupefacientes en el lugar. “Personas que consumen o venden, camuflan las drogas dentro de los arbustos. Producto del mismo hurto también lo ocultan allí”, lamentó.
Y otro vecino, Freddy Rodríguez, quien además es veedor ciudadano, señaló que, como cualquier predio en ese estado, se presta para que lleguen personas y hagan de las suyas. “La inseguridad no se deriva del predio, porque el privado lo ha estado cuidando, han estado reparando la malla que han roto, y han estado resolviendo cuando se han volcado árboles”, aseguró.
Para los vecinos, ya es hora de que se haga algo por este predio, el cual se convirtió en una zona donde la criminalidad encuentra escondites por su basto terreno que está sin aprovechar y daña la cara de un barrio tranquilo; pese a que es propiedad privada y está adecuada para que la gente no pueda ingresar, pues las viejas estructuras podrían colapsar.
El bosque urbano en una de las localidades más contaminadas de Bogotá
Extendían la ropa y esta quedaba llena de hollín
No es nuevo, desde hace más de 10 años, las autoridades han reconocido a la localidad de Kennedy como la más contaminada de Bogotá. En sí, el suroccidente de la ciudad ha sido identificado como la zona más contaminada por material particulado.
Freddy Rodríguez Vargas, quien ha sido veedor ciudadano por 15 años, fue presidente de la Junta de Acción Comunal de Marsella y ha vivido por 52 años en la zona, en entrevista con EL TIEMPO, recordó cómo comenzó el bosque urbano, que ahora ocupa unas 20 hectáreas en el predio de la vieja Fábrica Bavaria.
Indicó que, luego de que la fábrica comenzara a operar en la localidad, se desarrolló un fenómeno de contaminación que comenzó a afectar a los vecinos. “Extendían la ropa y esta quedaba llena de hollín”, dijo. Como medida, comenzaron a sembrar una columna de árboles, con el objetivo de aislar la fábrica de los vecinos y mitigar los efectos de la contaminación.
Con el tiempo, el bosque urbano fue creciendo, albergando variedad de árboles, muchos de los cuales son eucaliptos, y convirtiéndose en hogar de flora y fauna, como variedad de especies de aves: halcón, búho y copetón.
Con el paso de los años, la misma comunidad le tomó afecto al bosque. Por lo que reaccionó cuando, en 2017, el entonces alcalde Enrique Peñalosa ordenó la tala de los árboles. “Peñalosa y el secretario de Ambiente, Francisco Cruz, decían que eran solo 2.000 árboles, que eran viejos y que no servía ni para sembrar lechugas”, comentó a EL TIEMPO Jairo Piraquive, miembro del colectivo Salvemos al Bosque Bavaria.
“No contempló el medioambiente en lo absoluto y eso permitió que nos uniéramos para defender el bosque”, señaló Rodríguez. “Tuvimos que salir a paralizar el tráfico, recibir los gases lacrimógenos, las adversidades de la istración”, agregó.
Desde este momento, la comunidad se empezó a involucrar en el destino que se le daría, no solo a bosque, sino al predio en general.
Este proyecto empezó su proceso de formulación en el año 2015 y obtuvo su adopción en el año 2017 mediante el Decreto Distrital 364. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
¿Cuál es el proyecto urbanístico que se planteó en la vieja fábrica?
Según contó Leonardo Zuluaga, en el año 2013, Bavaria le ofreció el predio a la Alcaldía de Bogotá, cuando Gustavo Petro era alcalde.
No obstante, el Distrito no tenía el dinero para comprar el predio, que según Zuluaga puede costar más o menos un billón de pesos. Sin embargo, se firmó un convenio, Bavaria cedió un 50 por ciento a la ciudad y se empezó a formular un proyecto de transformación urbanística para la zona.
Zuluaga añadió que prácticamente se formularon dos proyectos: uno mientras estaba en curso la istración de Petro, que no alcanzó a quedar aprobado, y otro en el gobierno de Peñalosa. Como principal diferencia entre ambos, el primero contemplaba dos parques en la zona y el segundo, un parque central.
“Este proyecto empezó su proceso de formulación en el año 2015 y obtuvo su adopción en el año 2017 mediante el Decreto Distrital 364. Sin embargo, varios sectores se manifestaron en contra del proyecto por el fuerte impacto ambiental”, explicaron desde Hábitat Bogotá.
Además, un sector de los vecinos se mostró en desacuerdo con los proyectos, dado que, en palabras de Zuluaga, ambos planteaban la tala de prácticamente todos los árboles que están en la zona, que conforman un bosque de 20 hectáreas. La Alcaldía indicó que para 2021 el inventario forestal era de 22.870 árboles.
Buscaron acuerdos para que lo urbano y lo ambiental funcionaran en el mismo lugar
Ante las inquietudes de los habitantes cercanos al predio, en lo que ya se había formulado como el Plan Parcial Fábrica Bavaria de 2017, se entró en un periodo de negociación entre los promotores del proyecto, el Distrito y la comunidad.
“Esta nueva propuesta, que se encuentra en proceso participativo, con su respectiva modificación, fue radicada el pasado 29 de noviembre de 2021 ante la Secretaría Distrital de Planeación. Se trata de un nuevo proyecto urbano que recoge los intereses de todas las partes, materializando mejores condiciones ambientales, económicas y sociales”, señalaron desde Hábitat Bogotá.
Según se indicó, en el proceso se llevaron a cabo cerca de 411 reuniones, durante unos tres años, con comunidades vecinas, Juntas de Acción Comunal, colectivos ambientalistas, líderes defensores del medioambiente, diferentes sectores políticos, instituciones, academia, profesionales con amplia experiencia y la istración Distrital.
A partir de estas discusiones, surgió un nuevo proyecto que precisamente busca mantener el equilibrio entre el desarrollo urbano y el cuidado del medioambiente.
“El proyecto hoy cuenta con un alto grado de aprobación de comunidades vecinas que tienen canales abiertos de comunicación con los desarrolladores del proyecto para solucionar cualquier duda al respecto”, indicaron en su sitio web y el equipo detrás del proyecto lo sostiene.
¿Cómo es realmente el Plan Parcial Fábrica Bavaria?
Es un proyecto urbanístico que a futuro busca cambiar la fábrica en desuso por “un desarrollo de ciudad sostenible en el corazón de Bogotá”. “Este desarrollo inmobiliario se hará en un predio que hoy en día es 100 por ciento privado y pasará a ceder a la ciudad el 70 por ciento de su área, que será destinada a espacio público, entre el cual se encuentra el Bosque Bavaria, una red de parques y alamedas, equipamientos para la comunidad, vías vehiculares y ciclorrutas, entre otros”, explicaron.
Además, gracias a las mesas de diálogo, decidieron poner especial atención en la zona forestal, “el primer bosque urbano público con más de 25 hectáreas dedicadas a servicios ambientales”.
“Nos comprometimos con la comunidad en 2019 a cambiar el proyecto, basados en tres compromisos iniciales: cambiar el proyecto aprobado, el del decreto 364; reconocer el bosque en el nuevo proyecto y construir el mismo en un proceso de trabajo con la comunidad”, indicó Zuluaga en entrevista con EL TIEMPO.
Es un proyecto urbanístico que a futuro busca cambiar la fábrica en desuso por “un desarrollo de ciudad sostenible en el corazón de Bogotá”. Foto:César Melgarejo. EL TIEMPO
Posturas a favor y en contra del proyecto
Aunque se han hecho espacios para escuchar a la comunidad, así como a líderes de las JAC y demás interesados en el tema, el Gerente del proyecto expresó que a pesar de las concertaciones, aún hay quienes están en contra de la realización del Plan Parcial.
Por ejemplo, cuando aún no se había radicado la propuesta de modificación del Plan Parcial de Renovación Urbana, el entonces concejal Antonio Sanguino solicitó a la istración no expedir dicho Plan, sino que ese predio fuera declarado como un área de protección y de servicios ambientales y se construyera un gran parque metropolitano que se convirtiera en un pulmón para el occidente de la ciudad. Sin embargo, la propuesta de Sanguino no evolucionó.
Jairo Piraquive, del colectivo Salvemos al Bosque Bavaria, le comentó a EL TIEMPO que también había planteado la posibilidad de que la Universidad Distrital comprara el predio e hiciera un campus que conservara los árboles, propuesta que radicó ante Planeación en julio de 2020. También, se le hizo la propuesta a los desarrolladores de hacer un Jardín Botánico y comentó que otras personas habían planteado la posibilidad de hacer que el predio fuera un parque metropolitano o que se destinara como escenario para distintos conciertos y eventos culturales.
Sin embargo, aseguró que el colectivo “no pretendía que no se hicieran apartamentos, pero sí era importante que el arbolado y el paisaje se conservaran”.
Por su parte, Zuluaga señaló: “Entonces siempre va a aparecer gente de la comunidad que se oponga, no solo a este proyecto sino a cualquier idea”.
En tanto, Piraquive, como miembro de la comunidad y activista ambiental, indicó que en la última modificación del plan lograron que los árboles se mantuvieran. “Pero la gente se imagina que van a talar los árboles, eso ya no es cierto”, dijo.
De igual modo, aseguró que Bogotá había declarado, entre los 20 bosques urbanos de la ciudad, al de Bavaria como una zona protegida.
Con este proyecto, se mejora el sector y se mantiene un pulmón para todo el occidente (…) Ese arbolado es irremplazable
Por su parte, Nieto le dijo a EL TIEMPO que, aunque la mayoría de los habitantes valoran mucho los árboles, en especial los eucaliptos, esta es una especie que puede afectar negativamente a otras, por lo que “tarde o temprano tendrán que cambiarlos por otras especies”. También, agregó: “Este proyecto será la brújula para otros proyectos sostenibles en Bogotá”.
Zuluaga recalcó que el problema de la tala de árboles ya se había solucionado. También, enfatizó en que, desde su punto de vista, asegurar más viviendas dentro de la ciudad les facilitaría la vida a muchos ciudadanos, dado que la tendencia está siendo que tengan que comprar casa o apartamento en municipios a las afueras de la capital, teniendo que invertir más horas de su tiempo en transporte.
“Estamos diciendo que Bavaria está entregando 70 por ciento del suelo para que haya colegios, para que haya bosque, para salud, generación de empleo, transporte público, etc. Están entregando los recursos para la construcción del puente de la Boyacá con la calzada con la Guayacanes, entonces la pregunta es: ¿Qué queremos como ciudad?”, agregó Zuluaga.
Piraquive también opinó que “con este proyecto, se mejora el sector y se mantiene un pulmón para todo el occidente (…) Ese arbolado es irremplazable”.
Para la transformación definitiva de esta zona, el Gerente Zuluaga insistió en que trabajan a diario por el proyecto, la demolición de la estructura de la fábrica y para que, finalmente, se dé la aprobación de la última versión del Plan Parcial Fábrica Bavaria, radicado en noviembre de 2021, que busca anular el anterior —de 2017—. Estos cambios están en manos de la Secretaría de Planeación de Bogotá.