Por la avenida carrera 30 se desplaza un joven que lleva un domicilio en una caja color naranja colgada de sus hombros. En medio de la fuerza que emplean sus piernas para avanzar con los pedales, aparece un sujeto a su lado, que también monta una bici.
Como él, aquel hombre lleva pedidos, pero de otro tipo; es un mensajero. Su mente empieza a confundirse y se pregunta: ‘¿dónde está la maleta de este tipo?’.
No es la primera vez que Jonathan Beltrán causa sensación, y a la vez duda, por la cicla de carga color amarillo opaco que monta. A diferencia de los bicitenderos, cada pedido que lleva transita por las calles de Bogotá en una parrilla delantera.
“Las personas creen que manejarla es difícil, o que incluso se pueden caer en el intento”, afirma.
Jonathan llegó a este instrumento de trabajo gracias a su amigo Camilo Rey Ladino, de 38 años.
Este último ha estado involucrado con este medio de transporte desde 1995. Cuenta que en su casa tiene más de 12 bicis, cada una empleada para usos y lugares diferentes.
Aterrizó en el 2014 la idea de este proyecto social, que hasta la fecha lo ha llevado a entregar ciclas de carga en 10 lugares diferentes de Colombia: Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga, Medellín, Bello (Antioquia), Armenia, Tuluá, Cali, Ipiales y Popayán.
“Encargo Bicilogísticas nació como una plataforma para generar sostenibilidad y poder crear negocios rentables”, señala.
Los proyectos de asesoría que emprenden están dirigidos a las personas que más lo necesitan. También en condición de discapacidad.
Ciclas de carga
Los vehículos están hechos a mano con acero colombiano de tubería redonda y ovalada con calibres 16 y 18. Tienen frenos hidráulicos y se entregan con un sistema de cambios que puede ser de ocho o nueve velocidades.
Cada una soporta 100 kilos en zona de carga y 90 kilos para la persona que la conduzca. En ellas se pueden llevar niños, mascotas, alimentos o cualquier tipo de cargamento.
Una bicicleta de estas cuesta entre 2'099.000 y 2'250.000 pesos. Miguel Vanegas decidió dedicar parte de su diario vivir para apoyar este emprendimiento.
Él destaca cómo las personas deciden poner toda su pasión sobre dos ruedas.
“Cuando se dan cuenta de que tienen la posibilidad de generar un ingreso con lo que aman y con las habilidades que tienen, muchos lloran porque no pueden creer lo que están logrando”, afirma.
Tras casi cuatro años de recorrido, son diversos los casos que recuerdan. Uno de ellos es una bici amarilla que fue solicitada con un cajón con carpa para protegerse del sol. Este padre de familia en Barranquilla no deja de insistirles a sus dos hijos que se bajen del vehículo cada vez que están de vuelta en casa.
Otro es el de un joven que decidió emprender a través del negocio de la orfebrería. Rueda por las calles de Bogotá con un cajón que promociona su negocio de restauración de piezas.
Entre otros servicios que ofrece Encargos Bicilogísticas, además de la fabricación y personalización de estos vehículos, está la publicidad ecológica y paseos ambientales y rurales.
Encargo Bicilogísticas nació como una plataforma para generar sostenibilidad y poder crear negocios rentables
Competir por el mundo
Aunque la iniciativa ha sido llevada hasta foros mundiales y festivales en países como Ecuador y Chile durante los últimos años, la meta más clara es expandir el negocio para salir a competir a nivel internacional.
Miguel sueña con llevar el proyecto a una feria de objetos hechos a mano que se lleva a cabo en Dallas (Estados Unidos) todos los años.
Camilo se ve recorriendo las calles de Praga o Budapest en cicla una vez haya logrado difundir y posicionar su negocio.
Este camino de innovación ha logrado transformar una idea en un sueño, y un sueño en un trabajo.
CATALINA ARANGO BEDOYA
ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO