Petro y López pactan que discusión sobre el metro sea técnica y no política

El presidente Gustavo Petro y la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se sentaron este jueves, durante el vuelo a San José del Guaviare para asistir a la XXI Cumbre de Ciudades Capitales (Asocapitales), a hablar sobre el fuerte debate que hay por la primera línea del metro y acordaron zanjar las diferencias políticas de las últimas semanas y concentrarse en la discusión técnica del metro.

Este es un segundo encuentro entre Petro y López después del que sostuvieron el 25 de enero para conocer las cinco alternativas analizadas por el consorcio chino y en el cual el jefe de Estado insistió en que se contemplara la posibilidad de soterrar un tramo del metro, comprendido entre la avenida Primero de Mayo con carrera 50 hasta la calle 72 con avenida Caracas.

“El Pacto de la Orinoquía, por el Metro de Bogotá. Se reinstalan las mesas técnicas y jurídicas”, señaló el mandatario en su Twitter.

En efecto, el lunes pasado ya se instaló la mesa jurídica, a la que asistió el exconsejero de estado Enrique Gil Botero, quien explicó por qué en su concepto dice que se puede modificar el contrato de la primera línea del metro de Bogotá. A esta reunión asistieron los jurídicos de Presidencia, Vladimir Fernández, y de la alcaldía, William Mendieta, así como delegados de la Procuraduría. La misma mesa deberá tener una segunda reunión, cuya fecha aún no se ha establecido.

El encuentro entre el Presidente y la Alcaldesa se dio horas después de que López cuestionó que los proyectos de las líneas 1 y 2 no estuvieran incluidos en el proyecto del Plan de Desarrollo.

Esto no evitó que de dicho encuentro salieran varias conclusiones y acuerdos entre ambas partes. “Que cesemos la controversia pública, mediática, por redes, que no es la más conveniente alrededor del metro de Bogotá y que retomemos nuestra mesas técnica y jurídica que están analizando el tema con mucho rigor”, señaló López.

La mandataria también manifestó que la idea es “aceptar las recomendaciones” de las mesas de trabajo. “Si uno le pide a expertos jurídicos que le den unas recomendaciones, pues es para acatarlas cuando nos las den”, agregó.

López también señaló que le había planteado que Petro el componente político del debate y que ella siente que tanto en el tema del metro como en otros “hay un trasfondo político, de ciertas tensiones entre sectores del verde, en particular de mi equipo político, pero también del Pacto Histórico”.

Por su parte, el presidente Petro explicó en un comunicado que el pacto “implica unas profundidades jurídicas y técnicas que quiero que el Estado en su conjunto respeten, porque se trata de entregar el mejor metro posible hoy con los recursos que tenemos a la sociedad bogotana que ha esperado casi un siglo”.

La mandataria de la capital confirmó que el presidente accedió a convocar a los representantes de ambas esferas políticos para que manejen sus “diferencias y coincidencias de una manera más amable”.

Si bien estos acercamientos parecen poner punto final al peligroso giro que había tomado el debate en torno al metro -que para algunos analistas pasó de la órbita técnica a la político-electoral-, para expertos en el tema esto podría convertirse en un saludo a la bandera y no trascender a acuerdos más profundos.

Omar Oróstegui, director de Futuros Urbanos, es excéptico respecto de que la discusión sobre el metro se vuelva técnica. “La historia bogotana con el metro nos demuestra lo contrario. Este tire y afloje entre el Gobierno y la istración distrital se mueve entre argumentos técnicos e intereses políticos”, dijo Oróstegui.

Al respecto, Dario Hidalgo, experto en movilidad, opinó que "está bien que discutan conceptos jurídicos y técnicos y que de allí salgan acuerdos y recomendaciones. Que las recomendaciones sean atendidas y que la discusión sea allí y no en redes ni en medios de comunicación".

Desde el Concejo, lugar en donde la discusión alrededor del metro aterrizó ayer, gracias a un debate de control político citado por todas las bancadas (ver recuadro), hubo voces de apoyo hacia el acuerdo. “Hubo un sentido de realidad de la alcaldesa. Entendió que no era posible construir sola, en medio de la soledad, divorciándose de lo que tiene que ser un matrimonio indisoluble entre Bogotá y la Nación para construir el mejor metro para la ciudad, que sin duda será el subterráneo”, dijo José Cuesta, de la Colombia Humana y partidario del metro soterrado.

En la otra orilla, el concejal verde Julián Rodriguez, también celebró el encuentro y destacó que este tipo de discusiones se den cara a cara y no por Twitter. “Si es una reunión que sirve para bajar los ánimos políticos y ojalá que podamos encontrar unos mínimos de conversación política alrededor del metro que se fundamenten en lo técnico y no en la campaña electoral”, afirmó.

Un día antes la alcaldesa había criticado que en el proyecto del Plan Nacional de Desarrollo no estuviera ni la primera línea ni la segunda. “¡Insólito! Es la primera vez que el Gobierno Nacional no incluye el metro de Bogotá como proyecto estratégico en su Plan De Desarrollo. ¿Concretando el chantaje Ministro? ¿Van a parar el metro? ¿A seguir dilatando las autorizaciones de crédito del metro subterráneo a Suba y Engativá?”, escribió la mandataria en su Twitter.

Este mensaje provocó la respuesta inmediata por parte de Guillermo Reyes, ministro de Transporte, quien usó la primera parte de su intervención para referirse al tema.

“Aquí, quien está hablando de chantaje y quien está incitando a este tipo de situaciones, no soy yo ni es el gobierno, es la alcaldesa”, dijo durante un debate de control político en la Comisión Primera del Senado de la República, y agregó: “las líneas 1 y 2 no sé incluyeron en los proyecto estratégicos porque los dos están financiados con vigencias futuras y no es necesario incluirlos en el Plan de Desarrollo. (...) Ya tienen Conpes y Confis, entonces para qué. Entonces tendríamos que haber incluido los 27 proyectos de 4G que están en ejecución”.

El debate alrededor de la primera línea del metro llegó al Concejo de Bogotá. Este jueves, en sesión plenaria, se adelantó un debate de control político sobre el metro de Bogotá citado por las bancada de los partidos Colombia Humana-UP, Liberal, Colombia Justas Libres, Dignidad, Polo, Cambio Radical, de la U, Mais, Mira, Nuevo Liberalismo y Conservador, y cuyo tema central será comprobar el estado de ejecución obras del proyecto y sobre una posible modificación del objeto del contrato.

Al debate estaban citados José Leónidas Narváez, Gerente Empresa Metro de Bogotá y los secretarios Deyanira Ávila (Movilidad), Juan Mauricio Ramírez (Hacienda) y Carolina Urrutia Vásquez (Ambiente). Además, también estuvieron presentes el contralor Julián Mauricio Ruiz, el personero Julián Pinilla y Viviana Barberena Nisimblat, veedora distrital.

Heidy Sánchez, del partido Colombia Humana-UP, argumentó que con el cambio en la tipología de subterráneo a elevado, el metro pasó de tener capacidad para transportar 80.000 pasajeros hora-sentido a poder mover entre 46.300 y 58.600 pasajeros hora-sentido. “Las estimaciones de carga y demanda son erróneas porque las que hicieron para la segunda línea no coinciden con las que se hicieron para contratar la primera línea”, dijo.

“Se cambió un metro pesado, por un metro auxiliar de TransMilenio. Es un metro que no está acorde con las necesidades de la ciudad”, señaló Sánchez, quien agregó que el proyecto subterráneo sí tenía los estudios de ingeniería de detalle completos.

Otro de los cuestionamientos al proyecto que actualmente se ejecuta, llegó por parte del concejal José Cuesta, quien señaló que no era cierto que la obra tuviera un avance del 18 por ciento.

“La obra no tiene un avance superior al 15 por ciento. No se está ejecutando el 18 por ciento del conjunto de la obra. La interventoría de la ejecución de la primera línea dice que en este momento el desarrollo de la obra con relación al juicio técnico es del 7,73 por ciento”, agregó el cabildante.

Durante el debate también hubo voces a favor de la continuación del proyecto tal y como está firmado con el consorcio Metro Línea 1 S.A.S.

Luis Colmenares, del Centro Democrático, advirtió que cualquier modificación obligaría a la nulidad del contrato, lo que, según él, traería graves implicaciones para la ciudad y para futuros proyectos de movilidad.

“Los riesgos se están presentando. Esperamos que la alcaldesa se mantenga firme en no permitir que los egos del presidente Petro sean los que primen en la ciudad, de no permitir riesgos jurídicos que son totalmente latentes. No juguemos más con las ilusiones de los bogotanos”, dijo el cabildante.

En esa misma línea opinó Javier Ospina, del mismo partido, quien insistió en la necesidad de no parar la megaobra, pero hizo un llamado a la alcaldía para mitigar los posibles impactos negativos de los predios comprados por el Distrito y que hoy se encuentran desocupados.

“Qué se va a hacer para mitigar impactos negativos de predios desocupados. Es cierto que avanzan las entregas, pero mientras tanto hay anarquía, contaminación visual, desorden y caos”, manifestó.

El momento tensionante de la jornada ocurrió cuando una de las defensoras del proyecto elevado, la concejal Lucia Bastidas, subió al estrado. Mientras hacía su intervención y señalaba que con “mentiras” quieren modificar el contrato, fue interrumpida por el concejal Carlos Carrillo.

“Le pido respeto, estoy hablando. Nos anuncia que vamos a terminar en La Picota por defender este proyecto, eso es lo que usted quisiera y eso es lo que le sirve para la campaña, pero eso no le sirve para la ciudad”, dijo.

La cabildante señaló que, pese a no estar de acuerdo en muchos aspectos con la alcaldesa Claudia López, apoya los proyectos de movilidad que le sirven a la ciudad. “Por eso vote la línea 2. Ella le cumplió a Petro porque la hizo subterránea”, agregó.

REDACCIÓN BOGOTÁ