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Noticia
Las nuevas pistas de la extraña muerte de ciclista bogotano que salió a ruta en Sasaima; video y llamada son claves
La familia de Carlos Mesa le reveló a EL TIEMPO los datos que lograron recopilar para esclarecer su muerte.
El cuerpo de Carlos Mesa fue hallado el 2 de mayo en Sasaima. Foto: Cortesía familia Mesa
En la madrugada del pasado 26 de abril, Carlos Emilio Mesa se puso su uniforme de ciclismo, alistó sus pertenencias y —como lo había hecho por casi 40 años— se montó en su bicicleta y salió de su casa en el barrio Casandra, en Fontibón, para una ruta de esas que tanto le apasionaban.
El plan era el mismo desde hace décadas: pedalear hasta algún pueblo cercano, desayunar y luego regresar a Bogotá a cumplir lo que ya era prácticamente un ritual: apuntar detalladamente en unas tarjetas la ruta y los kilómetros recorridos para luego guardar esa nota en una especie de colección.
Pero ese día todo fue diferente… Pese a que Mesa debía regresar temprano a casa, pasaron las horas y días sin rastro alguno de su paradero. Aunque su familia lo buscó en hospitales, estaciones de Policía y decenas de calles de pueblos en Cundinamarca, su cuerpo sin vida fue hallado casi una semana después —el 2 de mayo— en un matorral del municipio de Sasaima.
Carlos Mesa desapareció el 26 de abril y su cuerpo fue hallado el 2 de mayo. Foto:Cortesía familia Mesa
Una última llamada y una serie de videos fueron pistas clave para ubicarlo, pero la manera en que murió y los posibles autores del crimen del hombre de 59 años son todavía un misterio para su familia, quienes hoy piden que se haga justicia.
La última comunicación que sostuvo Carlos Emilio Mesa con su familia
Mesa, un trabajador independiente dedicado al negocio de las cortinas, salía de su casa todos los domingos a recorrer rutas nuevas en su bicicleta. No obstante, el fin de semana que desapareció decidió hacer su ‘rodada’ el sábado debido a que tenía un compromiso familiar en horas de la noche.
Como pocos le seguían el ritmo a su “habilidad” para madrugar, normalmente hacía sus recorridos solo y, luego de unas horas montado en su ‘caballo de acero’, regresaba a casa sin mayor dificultad. En concreto, salía a las 4 de la madrugada y volvía sobre el medio día o pasadas las 2 de la tarde si había eventualidades o si el punto elegido era más lejano a la capital.
Mesa también acostumbraba a decirle a su esposa e hijas cuál era el nombre del pueblo al que se dirigía, junto con la ruta que haría para llegar hasta allí, pero ese 26 de abril no sucedió lo mismo.
La última comunicación de Mesa antes de su desaparición fue con su esposa. Foto:Cortesía Familia Mesa
Tatiana Mesa, hija del ciclista, le contó a EL TIEMPO que la última conversación que Carlos sostuvo con su familia fue poco antes de las 7 de la mañana de aquel sábado, cuando llamó a su esposa para avisarle que había completado la ruta. Aunque sin dejar una sola pista de su paradero exacto, más allá de que se trataba de un lugar de clima cálido.
“Por cosas de la vida, en esta ocasión no nos dijo (a dónde iba o dónde estaba) o mi mami no recuerda que le haya contado. En la llamada que le hizo solamente le dijo: ‘Ya llegué, voy a desayunar’. Mi mamá le preguntó si estaba haciendo frío y él dijo: ‘No, aquí realmente hace como calorcito, pero se quiere poner a llover’. Y le dijo que iba a empezar a subir. Mi papá era muy conciso con lo que decía, él no se extendía. Fue una llamada de 80 segundos”, narró la joven.
Comenzaron a pasar las horas y Mesa no regresó a casa en la hora habitual. Creyeron que había tenido alguna emergencia —que se había pinchado o se había visto obligado a tomar un bus para regresar— y que podía tardar un rato, pero no fue así.
Mesa era un trabajador independiente dedicado al negocio de las cortinas. Foto:Cortesía familia Mesa
Intentaron comunicarse con él varias veces, pero su celular timbraba y se iba a buzón o se quedaba mudo como si fuese imposible hallar señal en el sitio en el que se encontraba. Los mensajes por WhatsApp tampoco eran una alternativa: Carlos era un hombre que usaba poco la tecnología y que tampoco utilizaba datos para comunicarse en carretera.
“En vista de que sobre las 5 o 5:30 p. m. no obtuvimos ninguna comunicación, empezamos a acudir a personas que de pronto pudieran saber algo del recorrido, pero nada. Ese mismo día empezamos la búsqueda de mi papi (...) Fuimos de Fontibón hasta la Mesa. Fuimos a Mesitas, nos devolvimos por el Salto del Tequendama. Empezamos a preguntar en hospitales, en estaciones de Policía, a ver si de pronto habían tenido algún reporte de accidentes, pero nada”, narró Tatiana.
Empezamos a preguntar en hospitales, en estaciones de Policía, a ver si de pronto habían tenido algún reporte de accidentes, pero nada
tatiana mesaHija de Carlos Mesa
La ubicación de una llamada, el registro de unas cámaras y una frenética búsqueda
Lo siguiente fueron días de una intensa búsqueda sin un horizonte claro. Como solo sabían que Carlos había ido a un lugar caliente, descartaron una serie de municipios y se guiaron sobre todo por las tarjetas de anotaciones que él mismo llevaba desde hace años y en las que reposaban las rutas que había hecho.
Por grupos, la familia recorrió Villeta, Albán, La Vega, el Alto del Vino, Fusa, San Miguel, el Rosal, entre otros lugares sin respuesta alguna.
No fue sino hasta varios días después, concretamente el miércoles 30 de abril, cuando llegó la primera pista clave para encontrar al ciclista desaparecido: la ubicación desde donde se hizo la última llamada aquel 26 de abril antes de las 7 a. m.
Carlos Emilio Mesa tenía 59 años y era ciclista aficionado. Foto:Cortesía familia Mesa
“Pasado el domingo el celular dejó de sonar y ya aparecía apagado. Como él no andaba con datos, él recargaba su celular para tener minutos prepago, entonces no podíamos rastrear el celular por Google o algo similar. Quedaba la única opción que era registrar o pedir la última llamada a Claro que era su operador. A través de la Sijín se hizo una orden judicial y hasta el miércoles a las 5 de la tarde fue que la persona nos dijo que la última llamada de él fue en Sasaima”, dijo Tatiana a este diario.
Con un punto de búsqueda más concreto, la familia se enfocó en las vías por las que se podía ingresar a dicho municipio, así como en las calles principales y en los restaurantes ubicados al borde de la carretera tratando de hallar respuestas.
“Empezamos a movernos por las cámaras y sí. En los videos pudimos detallar cuando él ingresó al pueblo sobre las 6:30 a. m. o antes. Pudimos identificar el restaurante donde él desayunó. Hablamos con las personas del restaurante y nos dijeron que sí ingresó. Logramos recolectar cinco o seis vídeos donde él pasaba por diferentes calles”, expresó la hija de la víctima.
La última cámara que captó a Carlos Mesa muestra que el ciclista se disponía a regresar a Bogotá en su bicicleta GW de color blanco cuando algo le ocurrió.
Las imágenes evidenciaron que el hombre cruzó hacia el lado derecho de la carretera y tomó la ruta Sasaima-Albán. No obstante, en la siguiente cámara del sector—ubicada a 1.1 kilómetros de la que lo registró por última vez— ya no hubo rastro del ciclista bogotano.
Uno de los últimos videos que captó el recorrido de Carlos Mesa en Sasaima. Foto:Cortesía familia Mesa
“En la siguiente cámara, que es de un restaurante, nos permitieron ver y él no pasó más. O sea él no volvió a pasar por ahí. Nos devolvimos nuevamente a la cámara de la salida del pueblo a ver si de pronto había cambiado de ruta pero él jamás se devolvió. Con eso identificamos que algo había pasado en ese kilómetro porque ya no teníamos más información”, narró la hija de Mesa.
Con esas pistas, el cuadrante de Sasaima enfocó la búsqueda en ese kilómetro en el que el rastro de Mesa se perdía por completo y, a las 8 de la mañana del viernes 2 de mayo, la familia Mesa recibió la noticia que tanto temían: el hallazgo de un cuerpo justo en dicho perímetro.
El hombre regresaba a Bogotá cuando ocurrió el crimen. Foto:Cortesía familia Mesa
Las hipótesis y las dudas sobre el crimen del ciclista Carlos Mesa en Sasaima
El cuerpo de Mesa, según le contó Tatiana a este diario, fue hallado en la vía Sasaima-Albán, aunque no propiamente sobre la carretera. El cadáver, que estaba muy golpeado, fue encontrado en una maleza ubicada en una especie de bajada y muy cerca a una quebrada de la zona. “Él iba por su lado derecho regresando a Bogotá y lo encontraron al lado izquierdo de la carretera”, dijo.
Al momento del hallazgo, Mesa tenía un golpe en su cara y la cabeza caída como si hubiese recibido otro fuerte golpe en el cuello. Su cuerpo, no obstante, no tenía raspones evidentes que pudieran indicar una caída.
Dentro de los bolsillos de su uniforme ubicados en la espalda se hallaron todas sus pertenencias —su celular con la pantalla rota como si algo lo hubiese golpeado directamente, la fotocopia de la cédula que siempre cargaba con los números de emergencia y sus implementos para despinchar—, pero no había rastro alguno de la bicicleta.
Aunque por la ausencia del vehículo la principal hipótesis apunta a que Mesa pudo ser víctima de un robo, la familia tiene más dudas que respuestas sobre lo que ocurrió esa mañana y sus teorías van desde un atropello, una caída y hasta un crimen que no ocurrió en el lugar en el que fue hallado el cuerpo.
“Otra teoría es que de pronto se cayó, pero por qué se iba a caer si él iba por su lado derecho y cómo llegó al lado izquierdo. Aparte si se cayó uno rueda y él visiblemente no tenía raspones muy evidentes”, expresó Tatiana.
“También está la hipótesis de que de pronto él no haya muerto ese mismo día o que haya recibido un impacto muy fuerte de algún vehículo, de un carro muy grande, y que de pronto lo hayan atropellado y hayan decidido botar su cuerpo allá”, dijo la joven.
La principal incógnita de la familia es cómo durante varios días nadie pudo divisar el cuerpo del ciclista en dicha vía si se trata de un lugar bastante transitado por personas y vehículos.
Otro de los videos que registró el camino de Carlos Mesa antes de su muerte. Foto:Captura Citytv
“Es como un lugar donde la gente pasa y se sienta, entonces no entendemos cómo pudieron haber pasado 6 días y que nadie lo viera (...) Lo otro es que nunca se generó un olor. Un cuerpo en descomposición genera olor o atrae aves, pero nada, entonces es bastante extraño”, agregó.
El informe de necropsia todavía está en proceso, por lo que la causa de la muerte del ciclista aún es una incógnita. Sin embargo, el caso ya es investigado bajo el delito de homicidio y su familia espera que las investigaciones permitan determinar si Mesa fue asesinado allí o si quienes acabaron con su vida lo movieron hasta el lugar en el que fue hallado.
El informe de necropsia todavía está en proceso. Foto:Cortesía familia Mesa
También hacen un llamado a los habitantes de Sasaima para que, en caso de haber visto o escuchado algo que permita esclarecer el crimen, se comuniquen con las autoridades para determinar la manera en la que falleció y dar con el paradero de los responsables.
“Entendemos que en algún momento tenemos que partir, ahorita o más adelante, pero son las circunstancias: que tuviéramos que pasar por un tema de desaparición y luego encontrarlo (...) Es muy desesperante cuando uno vive eso que piensa que jamás va a vivir y luego darse con esa noticia de que no va a volver a casa nunca más”, concluyó la joven.