La alcaldía de Bogotá, a través del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), tenía previsto adelantar en los próximos días los primeros pilotos para la reapertura de la ciclovía dominical y de al menos siete parques zonales y metropolitanos.
Esta es una solicitud que de tiempo atrás vienen haciendo varias personas y entidades quienes consideran que en espacios abiertos como los parques metropolitanos, tipo Simón Bolívar o Tunal, con capacidad para 100 mil personas, se podrían aplicar estrictos controles para su uso y el disfrute de las familias.
Aunque aún no se conoce bajo qué medidas se habría dado dicha reapertura –que ya se ha implementado en otras partes del mundo–, la poca cultura ciudadana y la violación a los protocolos de bioseguridad en el día sin IVA, habría retrasado el plan piloto que pretendía empezar la Alcaldía desde el próximo 22 de junio.
En Bogotá, según el IDRD, hay alrededor de cinco mil parques entre regionales, metropolitanos, zonales, vecinales y de bolsillo.
Los 17 parques metropolitanos que hay en la ciudad son áreas libres que cubren una superficie superior a 10 hectáreas, destinadas al desarrollo de usos recreativos activos y/o pasivos y a la generación de valores paisajísticos y ambientales.
Además, hay 77 parques zonales que son áreas libres, con una dimensión entre 1 y 10 hectáreas, destinadas a la satisfacción de necesidades de recreación activa de un grupo de barrios, que pueden albergar equipamiento especializado, como polideportivos, piscinas, canchas, pistas de patinaje, entre otros.
EL TIEMPO hizo un sondeo con conocedores del tema para determinar bajo qué condiciones se podría dar una reactivación de las actividades recreativas en estos sitios.
Para el médico salubrista y docente de la universidad de los Andes Luis Jorge Hernández, los protocolos que se podrían implementar están basados en cuatro medidas de bioseguridad: higiene respiratoria, higiene de manos, higiene de superficies y cordón sanitario o distanciamiento social. “Se debe asegurar que la cantidad de personas que asistan no superen un aforo del 35 % de la asistencia normal”. Es decir que si en un día de fin de semana al parque metropolitano Simón Bolívar podían ingresar unas 100.000 personas, en una eventual reapertura hoy solo podrían entrar máximo 35.000.
Para el exdirector del IDRD Orlando Molano, la reapertura de los parques es una necesidad, por lo que considera que lo más importante a la hora de abrir uno de estos escenarios es el distanciamiento físico, que se podría implementar bajo porcentajes de tierra para varios visitantes. “El distanciamiento debería tener un espacio de 10 metros, señalar el parque de tal forma que una familia tenga 100 metros cuadrados para que pueda sentarse, acostarse y desarrollar alguna actividad física sin necesidad de mezclarse con otras familias”.
Esta misma medida fue aplicada en Nueva York (Estados Unidos), donde las personas encontraron una forma de entretenerse sin violar las medidas de bioseguridad, con la implementación de círculos en el césped dentro del Domino Park, en Brooklyn, que marcan el terreno que cada persona debe ocupar. Algunos neoyorquinos llamaron la iniciativa ‘plazas de aparcamiento humano’, ya que estas buscan que cada visitante se quede dentro de un círculo y con ello, evitar el hacinamiento.
Aunque en Bogotá los parques de barrio ya pueden ser usados en lapsos de tiempo específicos, con restricciones en el uso de los juegos infantiles, canchas sintéticas y gimnasios biosaludables, esta medida debería ser implementada también en los grandes parques. Según Molano, “eso debería continuar, la gente utiliza los gimnasios muchas veces y el Distrito no tiene la capacidad de estarlos limpiando”.
El desafío a la hora de reabrir los parques metropolitanos o zonales, según el salubrista Hernández, se puede presentar a la hora de impedir que se formen aglomeraciones, pues aunque en exteriores hay menor riesgo de contagio, evitar actividades y deportes que impliquen mucho o puede serlo todo, “no debe haber deportes de o que impliquen riesgo porque este virus se transmite muy rápido de persona a persona. El riesgo del o es que hay gente que puede llegar a ser asintomática leve o moderada y puede transmitir la infección”.
La cultura ciudadana jugará un papel muy importante, pues la extensión de los parques y la capacidad de control por parte del Distrito llega hasta cierto punto.
En cuanto a un posible plan piloto de las ciclovías, es recomendable que el tapabocas sea utilizado siempre, pues, según Hernández, “cuando una persona está en movimiento se forman microturbulencias y el virus se puede expandir hasta 20 metros, el área de influencia es más grande haciendo ejercicio”.
En las próximas horas se espera un anuncio de la Alcaldía de Bogotá y del IDRD con el nombre de los parques y las medidas y protocolos bajo los cuales estos espacios podrán reabrir sus puertas con mucha vigilancia y autocontrol.
BOGOTÁ
EL TIEMPO
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