¿Vuelven los ‘chupas’ a Bogotá? Se posesionaron 41 agentes de tránsito

Regresaron los agentes civiles de tránsito, una figura que ya había existido en Bogotá, pero que fue desmontada en 1997 por el alcalde Antanas Mockus por problemas relacionados con corrupción.

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Aunque el nombre oficial es agentes civiles, la ciudadanía los conoce como ‘chupas’, apodo que vendría justamente de aquellas prácticas antiéticas.

“La tendencia del chupa, antes que a hacer pedagogía y a las acciones preventivas, era a la acechanza, a esperar que la gente violara las normas para caerle encima (...). Al parecer, la gente decía chupas porque se pegaban al conductor y le sacaban la sangre”, dice el agente José Gerardo Guerrero, conocido por sus informes sobre el tránsito en 6AM-9AM de Caracol”, dice la crónica ‘Réquiem por el chupa’, publicada en EL TIEMPO en 1997.

Pese a ese pasado, hoy regresan por mandato de la Política de Convivencia y Seguridad Ciudadana presentada por el presidente Iván Duque y cumplirán, en esencia, las mismas funciones que un policía de Tránsito.

“Tienen que hacer cumplir el Código Nacional de Tránsito: pueden imponer sanciones, comparendos, inmovilizar vehículos, pero sobre todo facilitar y regular el tránsito en el día a día”, explicó el secretario de Movilidad, Nicolás Estupiñán, pero aclaró que hay funciones que no podrán hacer: “Hay funciones de policía judicial –cuando hay siniestros graves, por ejemplo– que solo tendrá la Policía de Tránsito”.

De todas formas, estos agentes, para postularse al cargo, tuvieron que certificar formación en normatividad de tránsito, ejercicio de la autoridad de tránsito, ética, seguridad vial, criminalística, resolución de conflictos, pedagogía y primeros auxilios.

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Según datos de la Secretaría Distrital de Movilidad (SDM), este 2 de noviembre se posesionaron los primeros 41 agentes y, a mediados de noviembre, entrarán otros 109 para completar el grupo de 150 que ingresará en 2021. Esta semana, el secretario anotó que para 2022 se espera tener 300 agentes que estarán a cargo y bajo vigilancia de la SDM.

Por ahora, no serán el reemplazo de la Policía de Tránsito, como se llegó a plantear hace un año, sino un apoyo. “El convenio se mantendrá. Los agentes civiles llegan a complementar el equipo de la SDM en calle”, le indicó la entidad a este diario. De acuerdo a la SDM, el convenio vigente, que le permite a la ciudad tener más de mil policías de Tránsito, se prorrogará por seis meses y luego se firmará uno nuevo: “Nuestra política actual es que en los próximos años se aumente, si es posible, el número de uniformados en la ciudad. De acuerdo con una comunicación enviada al Ministerio de Defensa, se espera continuar con el apoyo de la Policía indefinidamente en Bogotá”.

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Por el momento, los agentes civiles ya posesionados se concentrarán en las zonas de parqueo pago, de las cuales una ya se implementó en Chicó Norte, pero a medida que se vaya sumando personal, irán cubriendo otras tareas.

Para Ómar Oróstegui, director de Futuros Urbanos, la coexistencia de ambas figuras –agentes civiles y policía– hará importante que “se especifique las competencias de cada uno; que se garanticen mecanismos de articulación y que se analice el impacto fiscal en los recursos del Distrito”.

Sin embargo, reconoce que la llegada de los agentes “alivia de cierto modo, por ahora, la carga que tiene hoy la policía para colocar comparendos por mal parqueo en vía en la zona de Chapinero”.

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Por otra parte, para Adriana Márquez, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional (Unal) y autora de la columna ‘Transición de policías de tránsito con labores de vigilancia, ¿útil para la convivencia?’, publicada en el periódico de la Unal, estos agentes podrían jugar un papel más allá de la imposición de comparendos. “Los agentes están encaminados a advertir la comisión de las infracciones de tránsito a través de la orden de comparendo. El Código Nacional de Tránsito no contempla acciones preventivas, pero, en el marco de la misionalidad, podrían generarse acciones preventivas y no solo acciones correctivas”, detalla.

Una de las causas del fin de los agentes fue la corrupción. La llamada ‘mordida’ –un soborno– y otras malas prácticas fueron, desafortunadamente, un sello que afectó su imagen.

La transparencia será, precisamente, uno de los retos para que esta figura funcione. “Se debe garantizar un buen proceso de selección y capacitación del recurso humano. Además, se podría contemplar la posibilidad de apoyarse en tecnologías para ejercer control y vigilancia en sus procedimientos”, opina Oróstegui.

A su vez, Márquez asegura que, a diferencia del pasado, ahora se cuenta con la ley de transparencia: “Esta deberá ser un eje importante en la formación de los agentes de tránsito. De igual forma, serán claves el fortalecimiento de las oficinas de control y una línea de atención de denuncias ciudadanas por presuntos abusos”.

Parte de estas recomendaciones coinciden, de hecho, con las estrategias que implementará la SDM para evitar repetir la historia: se usarán cámaras corporales que grabarán en audio y video la interacción entre el agente y los ciudadanos; se creará un Comité de Ética para “medir el desempeño, conducta y comportamiento de agentes de tránsito civiles” y la Comisión de Tránsito y Participación Ciudadana, “integrada por de diferentes entidades del sector movilidad”; y se adoptará Política Antisoborno y el Código de Integridad de la Entidad.

ANA PUENTES 

En Twitter: @soypuentes