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¿Desechos de crustáceos en ortopedia? Innovadora propuesta daría un giro a la industria
Joven proyecta que estos residuos que van a los cuerpos de agua sean reutilizados y no contaminen.
Los desechos del cangrejo son un aporte al proyecto. Foto: Archivo / EL TIEMPO
Sacarle provecho a los desechos pesqueros en la medicina o en el sector de la construcción con recursos netamente de la región Caribe es el reto que se ha planteado Alejandra Tapia Sierra desde una sala de laboratorio de Barranquilla.
Ella tiene 31 años y es oriunda de Sincelejo (Sucre). Tras estudiar Ingeniería Química en la Universidad de Cartagena, veía con preocupación la cantidad de residuos que van a parar a los cuerpos de agua de Ciénaga (Magdalena).
“Diariamente, una empresa puede estar generando aproximadamente entre dos o tres toneladas. Ahora, hay otras empresas. Si calculamos lo generado en un mes o una semana… Y hay que tener en cuenta el tiempo de vida del relleno sanitario de Ciénaga y el impacto que todo esto podría implicar en un futuro”, cuenta la ingeniera.
Dicha inquietud por la suerte que corren no solo las fuentes hídricas de esta población, sino las demás que presentan una situación similar en la región, la llevaron a desarrollar su tesis doctoral en Ingeniería Mecánica, en la Universidad del Norte, buscando qué hacer con estos desechos.
El trabajo con exoesqueletos de crustáceos
La aplicación específica en la que estoy trabajando es para implantes que nos sirvan en la recuperación de lesiones óseas
De acuerdo con Alejandra, para recolectar el material necesario, ha tocado puertas de negocios con actividades industriales que generan desechos a gran escala, específicamente exoesqueletos de crustáceos, al haber una industria de jaiba en la región.
“El impacto de poder reutilizarlos o de poder canalizarlos a otra aplicación es importante. La aplicación específica en la que estoy trabajando es para implantes que nos sirvan en la recuperación de lesiones óseas”, plantea la estudiante.
No obstante, reconoce que esta es tan solo una de las múltiples aplicaciones que se pueden estudiar dentro de un “camino largo por recorrer”, incluyendo análisis celulares, entre otras fases de la investigación.
Alejandra Tapia tiene 31 años. Foto:Alejandra Tapia
“En la medida en que diseñamos materiales, estos dependen mucho de la materia prima donde se obtienen. Y estamos obteniendo este material a partir de las características propias de nuestros recursos. No es lo mismo la característica de los crustáceos en la Costa Atlántica que en la Costa Pacífica, por las propiedades del material”, dice.
Para emprender el estudio con los desechos de crustáceos, Alejandra se ha dado a la tarea de ir a los locales para recolectar los desechos, antes de que terminen en los rellenos sanitarios, pues conforme pase el tiempo, sus propiedades se van desmejorando, además de la generación de olores y lixiviados indeseables.
La extracción de biomoléculas valiosas
La joven es oriunda de Sincelejo. Foto:Alejandra Tapia
Ya en el laboratorio, continúa la extracción de biomoléculas valiosas de esos desechos pesqueros y su posterior purificación. Además, debe perfeccionar y estandarizar la materia prima para pasar a los análisis celulares, verificar así el grado de toxicidad y su utilidad en la regeneración celular.
“Cuando hay una lesión ósea, las células en realidad necesitan trabajar para poder enmendar lo que sucedió. Entonces necesitan proteínas, necesitan minerales, que es lo que queremos proporcionar de alguna manera con estas biomoléculas que nos brindan los desechos de los crustáceos”, explica Alejandra Tapia.
Sin embargo, la estudiante del Doctorado en Ingeniería Mecánica va más allá y también tiene la idea de aplicar posiblemente este material en lo que tiene que ver con los sectores de la construcción y del embalaje.
“Se quiere buscar sustitutos dentro de la construcción que de alguna manera puedan hacer el trabajo de lo que hacemos a través de minerales que son obtenidos de la tierra. Eso que le da esa estructura dura al exoesqueleto de los crustáceos puede ser utilizado como material de relleno para mejorar las propiedades mecánicas de ciertas estructuras que son usadas en la ingeniería civil”, señala Alejandra.
También como sustituto del estuco
Asimismo, cuenta que el elemento se podría utilizar, adicionalmente, como sustituto del estuco, siempre y cuando se haga una mezcla con otros componentes.
Si bien Alejandra Tapia reconoce que falta camino por recorrer, apunta que en la actualidad se encuentra extrayendo algunos de estos componentes, basados en el material propio de la región. Tras superar esta fase, se concentrará en la caracterización y las pruebas celulares.
De lograrlo, la estudiante sincelejana estaría consiguiendo un proyecto sostenible e innovador a favor de los cuerpos de agua y de la población en general. Al menos ya consiguió el compromiso de integrantes de la industria pesquera en la región.