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Muñecos de año viejo, la práctica con diferentes propósitos en Barranquilla
Se trata de una tradición que convoca a comunidades enteras y aflora el jolgorio del barranquillero.
En la localidad Suroriente se inspiraron en la champeta ‘Macta llega’ para hacer un muñeco. Foto: Vanexa Romero /EL TIEMPO
Es el turno para los muñecos de año viejo. No se trata de un disfraz del Carnaval de Barranquilla, pero sí es otra tradición que empiezan a preparar jóvenes y adultos vecinos en las barriadas, apenas llega la última semana del año.
Por décadas, esta práctica se ha visto como una justificación para integrar a estas comunidades, especialmente las de los barrios populares de la capital del Atlántico.
Hay varios motivos para hacer un muñeco de año viejo, pero en algunos casos es para que se vayan las energías malas
Para crearlos, cada vecino se dispone a aportar material de relleno, papel periódico, zapatos desgastados que tenía el esposo de la vecina en el ‘cuarto de San Alejo’, entre otros elementos que sirven para armarlos y quemarlos en la mitad de calle el 31 de diciembre.
“Un 31 de diciembre, para esta región, sin muñeco de año viejo no es 31. Entonces normalmente un habitante de la cuadra es el que se dedica a hacerlo, a veces pueden ser hasta dos personas”, explica un habitante de la localidad Suroriente.
Los muñecos de año viejo de antes eran cargados, incluso, con pólvora. Pero con su prohibición en el Distrito, los hacedores de la tradición se han dado a la tarea de eliminar la pólvora al momento de diseñarlos.
“Hay varios motivos para hacer un muñeco de año viejo, pero en algunos casos es para que se vayan las energías malas, quemar las energías malas y que vengan las energías positivas con el nuevo año. Ese es el sentido de quemar el muñeco”, dice el hombre.
El personaje 'Borrachón' de la localidad Suroriente pone el ejemplo con el tapabocas puesto. Foto:Vanexa Romero /EL TIEMPO
Personajes que fueron tendencia
El barranquillero aprovecha espacios como estos para sacar a flote su creatividad y el jolgorio que lo caracteriza, por lo que también usa los muñecos como un rato de sátiras.
Es en ese instante cuando disfrazan el muñeco con personajes que fueron tendencia durante el año, como políticos, cantantes, modelos y, si el propósito es burlarse de alguna empresa de servicios públicos, también lo decoran con elementos que referencien a la misma.
Este otro personaje que le gusta el trago, al parecer, 'se quedó dormido'. Foto:Vanexa Romero /EL TIEMPO
Es algo colectivo entre la gente del barrio, que funciona como una integración, para darle alegría al sector
No pierden ningún detalle al momento de hacerlo. Como si fuera poco, le ponen pelucas, cachuchas y hasta la ropa interior que done un vecino en medio de la “mamadera de gallo”, según cuentan quienes lo fabrican.
“Lo rellenan con algodón y aserrín. En la cuadra casi todos participan y hacen el muñeco de año viejo para quemarlo a las 12. Es algo colectivo entre la gente del barrio, que funciona como una integración, para darle alegría al sector”, agrega el habitante del suroriente.
Con trapos viejos terminan por rellenar el muñeco. Según el relleno, les queda un personaje con una contextura gruesa o delgada. Tras finalizar el trabajo, le ubican un mensaje en un cartón para seguir con la burla o simplemente con la frase “¡Feliz Año Nuevo!”.
Es así como se preserva la tradición, a través de muñecos, para despedir el año viejo 2021 y darle la bienvenida a 2022, con nuevas energías y en medio de la integración de los barranquilleros.