La hipótesis por aparición de cadáveres en caño del Centro de Barranquilla: ¿qué hay detrás de estos macabros hallazgos?

¿Qué está pasando en el caño de la Ahuyama? Se preguntan moradores, transeúntes y comerciantes cercanos a este lugar, en el Centro de Barranquilla, por la aparición de cadáveres flotando.

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En menos de un mes, la comunidad ha alertado a unidades de la Policía Metropolitana por el hallazgo de tres cuerpos que de pronto aparecen flotando a plena luz del día, generando revuelo en el sector.

El caso más reciente se presentó en horas del mediodía de este domingo 8 de septiembre, cuando los ciudadanos notaron el cadáver de un hombre en el cuerpo de agua. El suceso alarmó a los presentes.

Por lo anterior, dieron aviso de inmediato a uniformados de la institución policial, quienes se acercaron hasta el lugar de los hechos y, al verificar lo sucedido, emprendieron las acciones con los organismos correspondientes.

La víctima vestía un suéter blanco con rayas y tenía un reloj de pulso. Hasta el momento, las autoridades no han dado a conocer la identidad del hombre. Su cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, tras la inspección.

Para los testigos de este suceso, fue inevitable recordar los otros dos hechos que acontecieron en el mismo caño, localizado en la zona céntrica de la capital del Atlántico, por lo que queda un ambiente de preocupación en el sector.

Hay que recordar que el primero de esos tres casos ocurrió el pasado viernes 16 de agosto, cuando se vivieron momentos de pánico, tras la aparición de un cuerpo sin vida flotando en ese canal.

Un transeúnte que se desplazaba en ese momento por el sector de la calle 30, entre carreras 45 y 46, del barrio Barlovento, en la localidad Norte – Centro Histórico, notó la presencia del cadáver y alertó a la comunidad.

Se generó una aglomeración de curiosos, quienes se preguntaban de quién se trataba. Uno de ellos avisó a unidades de la Policía Metropolitana de Barranquilla. Inicialmente se dijo que era una mujer.

Posteriormente, las autoridades confirmaron que era el cuerpo de un hombre en avanzado estado de descomposición. No se ha conocido su nombre, solo que portaba una camisa de color negro.

El segundo caso fue reciente. Ocurrió el pasado martes 3 de septiembre en el caño, donde la comunidad vio el cadáver de un ciudadano con jean y un suéter azul de rayas negras.

Se conoció que la víctima respondía al nombre de José Gregorio Gómez y, al parecer, se desempeñaba como reciclador y residía en el barrio Villanueva. La Sijín se encargó de la inspección del cuerpo.

Ante este preocupante panorama, una fuente de la Policía Nacional dio detalles de cómo avanzan las investigaciones frente a estos tres casos. Con una serie de detalles, se encuentran tras una hipótesis.

Uno de los aspectos que ha llamado la atención de las autoridades es que ninguno de los cuerpos tiene señales de violencia. En todo caso, estos siguen siendo analizados en el Instituto de Medicina Legal de Barranquilla.

Sin embargo, hay una situación que ha complicado las labores forenses y es el estado de descomposición de los mismos por su prolongada exposición al agua. Esta condición hace más difícil la inspección.

Por todas estas condiciones, entre otros detalles, los análisis de los investigadores apuntan a una hipótesis preliminar que, hasta el momento se está manejando, y que fue revelada por la fuente a este medio.

“Se meten a las ollas de vicio y mueren por sobredosis. Para mantener a las autoridades lejos y no levantar sospechas, los individuos ordenan a sus secuaces lanzar los cuerpos al caño, donde finalmente son encontrados los cadáveres”, cuenta.

Agrega que, en el pasado, los encargados de las ollas de vicio hacían lo mismo, pero, en vez de arrojar los cuerpos al caño de la Ahuyama, los abandonaban en inmediaciones del Hospital General de Barranquilla.

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La fuente precisa que Medicina Legal no ha entregado el dictamen. Así las cosas, estos tres casos no han entrado a la estadística como homicidio.

EL TIEMPO también consultó al director del Observatorio de Seguridad Ciudadana, Janiel David Melamed, quien dio su punto de vista en caso de confirmarse que se trata de homicidios.

“Son manifestaciones de violencia de baja intensidad, pero de alta complejidad. Su realización no solo evidencia el uso de la violencia como instrumento de regulación criminal en medio del cruento enfrentamiento que se viene desarrollando entre organizaciones delincuenciales en el departamento del Atlántico y el área metropolitana de Barranquilla. También envía un mensaje de advertencia y disuasión para quien pueda estar considerando combatirlos o traicionarlos”, manifiesta Melamed.

Ante estos casos, la comunidad aledaña al caño de la Ahuyama se mantiene alerta y pide a las autoridades mayor presencia en el sector.

Deivis López Ortega

Corresponsal de EL TIEMPO

Barranquilla