Este miércoles, familiares denunciaron la muerte de dos menores de edad, quien al parecer habrían sido víctimas de tortura en zona rural del municipio El Patía, en el sur del Cauca.
Los adolescentes son dos hermanos, oriundos del departamento de Caquetá, identificados como Jeison Fajardo Ruiz, de 15 años y Alejandro Fajardo Ruiz, de 16, quienes, según organizaciones sociales, recientemente habrían llegado a esa zona en búsqueda de oportunidades de trabajo. El crimen se habría perpetrado el pasado 12 de agosto.
Testigos reportaron que los hechos ocurrieron luego de un enfrentamiento armado entre paramilitares y disidencias de las Farc.
Jeison, el hermano menor, fue retenido por hombres de una de las organizaciones criminales. Le amarraron las manos y lo torturaron antes de quitarle la vida con arma de fuego. Su hermano intentó intervenir, pero también lo asesinaron.
“Algunos pobladores sí pudieron aportar la información de este caso, a pesar de que los responsables quitaron celulares y dañaron puntos de Wifi de la zona precisamente para evitar que la comunidad denuncie lo que se está viviendo en la cordillera de El Patía”, explicaron líderes comunitarios.
Las imágenes llegaron hasta el Caquetá donde allegados de los menores confirmaron que se trataba de los adolescentes.
La Fundación Paz y Reconciliación exigió explicaciones por este caso. Hasta el momento, las autoridades no se han pronunciado de manera oficial sobre el tema.
El pasado 10 de agosto en límites de los departamentos de Cauca y Nariño, también fueron asesinados dos niños de 12 y 17 años, cuando se dirigían a su escuela. Según personas de la zona, la acción habría sido cometida por paramilitares.
“Condeno este hecho y el mundo entero debería rechazarlo. Colombia está inmersa en la peor de las barbaries”, lamentó Martha Peralta, presidenta del Movimiento Alternativo Indígena y Social (Mais).
Los menores vivían en el municipio caucano de Balboa. Aún no hay avances en esta investigación y las familias piden celeridad.
Violencia que no da tregua
En Cali, en el Valle del Cauca, así como en los departamento de Cauca y en Nariño sigue la conmoción por asesinatos de menores y jóvenes.
El 2 de agosto fueron asesinados dos menores, con edades entre 12 y 17 años, en zona rural de Leiva (Nariño) y vivían en Balboa, en el sur de Cauca. Iban a dejar una tarea en su colegio en el municipio nariñense.
El 11 de agosto, hombres armados dispararon y provocaron heridas con armas cortantes, así como hubo golpes a cinco menores, con edades entre los 14 y los 16 años, en el barrio Llano Verde, en el oriente de Cali.
Dos días después se registró un atentado en Llano Verde con una granada cerca del CAI de la Policía en este barrio de desplazados, reinsertados y reubicados de zonas en riesgo de desastres. Por el hecho murió el conductor de un campero y hubo 14 heridos, entre ellos, un bebé.
El 15 de agosto fueron asesinados ocho jóvenes, siete de universitarios y uno se iba a graduar de bachiller en Samaniego, en Nariño.
En la mañana de ese 15 de agosto, una joven, identificada como Yésica Zúñiga fue asesinada y cuerpo quedó abandonado en la zanja de una vía en Samaniego.
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