Un barrio lleno de talleres mecánicos será el centro cultural de Medellín

Un 28 de noviembre de 2020, el alcalde Daniel Quintero y el Ministerio de Cultura nombraron, con una placa, oficialmente al barrio Perpetuo Socorro como un Área de Desarrollo Naranja (ADN), para que fuera el epicentro de progreso y renovación cultural de Medellín.

Hoy, casi un año después, el lugar que ya estaba constituido como un Distrito Creativo, avanza de a poco con este propósito pues la pandemia detuvo los planes a corto plazo.

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En medio de los talleres mecánicos y los concesionarios que hay en el lugar se están instalando creadores y gestores culturales, emprendedores y artistas en lo que para muchos, en algunos años, sería el barrio cultural de la ciudad ubicado en las inmediaciones del Hospital General, la iglesia Perpetuo Socorro y el centro comercial Almacentro.

El distrito no nació de la noche a la mañana. Todo comenzó en 2016 con la llegada de Mattelsa, luego de Comfama y la Universidad Pontificia Bolivariana, con las cuales se creó la Corporación Perpetuo Socorro, que hoy impulsa el desarrollo del sector y une a los empresarios, vecinos actuales y futuros.

“Esto es un distrito inducido, se crea un distrito creativo en un barrio de talleres y estos comienzan a coexistir con los creadores y esto es una simbiosis que empezamos, esperamos que se puedan fusionar de una manera amorosa, asertiva y respetuosamente para ambos lados”, explicó Erika Jaramillo, directora de la Corporación Perpetuo Socorro.

Allí hasta la propia parroquia parece una empresa cultural porque ha sido epicentro de festivales y hasta el padre se ha sumado. 

El barrio, ubicado en la comuna 10 (La Candelaria, centro de Medellín) tiene 62 hectáreas, de las cuales 15 constituyen un polígono para este distrito que ya alberga 40 proyectos creativos y marcas.

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La Bodega Comfama es uno de estos. Anteriormente era una empresa de confecciones y ahora es un lugar de encuentros para los festivales anuales. También ha sido testigo de conciertos, exposiciones de arte y encuentro de emprendimientos.

“Es la casa del emprendimiento con mayor énfasis en el emprendimiento cultural y creativo. Tenemos una marca o un programa de aceleración empresarial, creativo, que se llama ElPauer, que es una alianza que tenemos con Ruta N, entonces la Bodega se volvió la casa de los emprendedores culturales y creativos con unos objetivos muy claros”, contó Paola Andrea Mejía, responsable de empleo y emprendimiento en Comfama.

En este lugar también se realizan charlas para emprendedores en las llamdas Charlas Perpetuas y se apoya a la industria musical en eventos como la Bodega Records o Circulart. En este último es como una rueda de negocios del sector.

“Todos los creadores de la ciudad nos buscan y encuentran aquí un espacio en donde visibilizar su creación y aquí nosotros no trabajamos solos, todo es con aliados y lo que buscamos es que este sea más espacio de los creadores que de nosotros”, comentó Mejía, quien agregó que el próximo año este lugar cambiará de lugar, será a un costado del actual y detrás de sus socios, Mattelsa. Las obras durarán alrededor de dos años, por etapas, pues allí se contempla un auditorio, laboratorios de creación y hasta un restaurante.

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A una cuadra de la Bodega, en medio del paso de los vehículos y del trajinar de los talleres de mecánica está el Distrito Cafetero, uno de los negocios que llegó en mayo de 2019 en donde cualquier visitante puede vivir una experiencia con el café colombiano y comer a cualquier hora del día con los distintos platos que allí se ofrecen.

“Viene cada vez más público y tenemos alianzas con empresas turísticas y el Turibus hace paradas acá y estamos muy ligados a todo el proceso del barrio bajo la Corporación del Perpetuo socorro, muchas empresas privadas y grandes del país vienen aquí, a visitar, hacen sus reuniones mientras viven una experiencia con el café”, comentó Sebastián Ortiz, gerente de este negocio.

El distrito es también un lugar que se concibió para que llegue el sector a trabajar allí en los ‘coworking’ que, poco a poco, se están asentando. Uno de ellos es Ruta Naranja, que pertenece a Ruta N y que llegó al barrio en octubre de 2019.

Como lo contó Jorge Ruiz, encargado de comunicaciones y mercadeo de Ruta N, allí se brinda asesoría para que los negocios relacionados también con la cultura logren la sostenibilidad.

“Si es músico no le decimos: ‘esta es la mejor forma de hacer música’ sino que evaluamos cuál es su modelo de negocio, cuál su propuesta de valor, cómo se pueden fortalecer sus productos y servicios, estamos más desde el negocio y desde esa sostenibilidad”, explicó Ruiz.

Allí hay un laboratorio de innovación en donde cualquier empresario o emprendedor, tras una cita previa y sin costo, puede desarrollar sus productos o servicios con la ayuda de profesionales de Ruta N, incluso con el uso de impresoras 3D y hasta máquinas de coser que les ayudará a aterrizar esas ideas.

En el lugar también hay 106 puestos de trabajo pero que hoy lucen vacíos. La pandemia, que golpeó seriamente al sector cultural, ha hecho que no sean ocupados. Solo la Filarmónica de Medellín llegó a instalarse temporalmente, pero ya se fue también.

“A un creador le queda muy difícil pagar un puesto de trabajo y estamos trabajando en una tiquetera para que pueda llegar por días”, comentó Ruiz, quien espera que pronto esta sede que llevó Ruta N al Perpetuo Socorro se inunde de creadores que aprovechen los demás servicios gratuitos a los que pueden acceder con el alquiler de sus espacios.

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El Distrito y el ADN Perpetuo Socorro fueron decretados en noviembre de 2019 y desde entonces no para el trabajo. Poco a poco va cambiando sus calles, sus fachadas y sus negocios. Las bodegas grises y pálidas que se aprecian en las fachadas están cambiando. De acuerdo con el secretario de Cultura de Medellín, Álvaro Narváez, hay una proyección para que lleguen allí 300 empresas del sector que concentrará la nueva vocación del barrio.

“Tenemos un atraso por causa de las pandemia, es uno de los sectores más afectados pero sabemos de empresas nacionales e internacionales en invertir en el sector”, agregó.

Para Narváez el crecimiento de los Distrito Creativo Naranja es clave el trabajo de las empresas privadas y las cajas de compensación que han encontrado en la istración municipal acompañamiento para la consolidación del proyecto, como también ocurre con los Distritos San Ignacio y Prado Centro, que son los otros dos que tiene la capital antioqueña.

Erika Jaramillo se sueña el distrito y el barrio de sus amores como un ecosistema urbano-sostenible, con respeto al medio ambiente y con oferta de comida saludable. Al barrio llegarán proyectos de viviendas y más niños pues Comfama avanza con su proyecto de colegio que ya cuenta con varios alumnos que le están cambiando la connotación al sector de ser solo para adultos y gente trabajadora.

“Además de crear nuevas formas de habitar un territorio, nos soñamos tener un distrito verde habitado por creadores, hay un sueño grande que estamos muy cerca poderlo realizar y es conectar el cerro de La Asomadera con el cerro Nutibara, en un gran corredor ecológico para especies”, concluyó.

DAVID CALLE

EL TIEMPO MEDELLÍN

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