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'El ñato Óscar' encontró la fama como 'influencer' tras oler un huevo de gallina
¡Dios mío, señor, sálvame! Fue el video que lo volvió viral y ahora tiene 6 millones de seguidores.
Óscar Ramos, el Ñato Óscar, se volvió famoso con su video de huelos que huelen a campo. Foto: Ñato Óscar
“Compre huevos campesinos, apoye al campo. Ummm, huele a campo”. Esa fue la frase que en cuestión de seis horas llevó a Óscar Ramos de ser el ñato al que solían rechazar por su apariencia y forma de hablar, a un influencer solicitado o, como él le llama, “famoso contemporáneo”.
Su primer hit fue en 2016, el cual revivió en 2020, cuando el exministro de Hacienda del gobierno Duque, Alberto Carrasquilla, causó revuelo nacional tras decir que una docena de huevos costaba 1.800 pesos.
Tras el caso de Carrasquilla, Óscar se convirtió en un meme nacional: su cara y su frase no faltaban en casi ningún chat de WhatsApp, ya fuera en gif o sticker.
Ahora, el ñato Óscar es una estrella en la costa Caribe colombiana y en diversos países, como México, donde no puede caminar por la capital nacional sin que lo paren a pedirle fotos. Pero antes de ese video la vida del ñato estaba atormentada por el bullying y el rechazo, incluso por parte de sus familiares más cercanos.
‘Mi papá me escondía’
Óscar nació en Santo Tomás, Atlántico, en una familia humilde pero a la que nunca le faltó un plato de comida en la mesa.
Para su familia fue una impresión aquel febrero de 1986, cuando nació Óscar y se percataron de que tenía dos defectos: labio leporino y paladar hendido.
A los 6 meses de vida le hicieron una cirugía y a los 10 años, otra. Su labio leporino quedó corregido, pero su paladar no, y quedó hablando nasal, o ñato, como le dicen en la Costa y lo apodaron desde muy pequeño.
Mi papá me escondía cuando estaba pequeño, mi mamá era la que me decía que estaba perfecto y que podía hacer de todo como todo el mundo. Por ella fue que empecé el colegio
Al principio su papá no quería ni sacarlo a la calle, pero su mamá siempre fue su trampolín. “Mi papá me escondía cuando estaba pequeño, mi mamá era la que me decía que estaba perfecto y que podía hacer de todo como todo el mundo. Por ella fue que empecé el colegio”, relata Óscar.
En sus clases era el número uno, siempre con las mejores calificaciones, pero le iba mal cuando le tocaba exponer, sobre todo en grupo.
“Todo el mundo me sacaba el cuerpo. ‘Yo no me voy a poner con el ñato’, decían. Y eso me afectaba. Solo un compañero siempre se ponía conmigo. Entonces le cogí cariño y me la pasaba con él, pero después me di cuenta de que no me invitaba a su casa para sus cumpleaños, y dejó de hablarme. Ahí noté que también le daba pena andar conmigo”, dice.
Y entre rechazos y burlas pasó su primaria y secundaria.
Óscar ‘el Ñato’ Ramos, influenciador con más de seis millones de seguidores en TikTok durante una charla contando su historia y cómo salió adelante. Foto:Ñato Óscar
Cuando estaba en undécimo grado llegaba el momento de elegir una carrera universitaria. Él era el mejor estudiante y tenía grandes aspiraciones, pero sentía pena por su físico, por eso evadió el tema durante casi todo el año escolar. Pero un día tomó confianza y habló con un tío que era abogado.
“Le dije que quería estudiar derecho, que qué podía aconsejarme él. Y me dijo: ‘Tú qué vas a estudiar derecho si ningún juez te va a entender na’ cuando le hables’. Eso me hundió”, recuerda con amargura el Ñato Óscar.
Por ese golpe tan duro en su autoestima, Óscar prefirió no estudiar por un tiempo. Hasta que finalmente se decidió por Sociología.
Empezó su carrera en la Universidad del Atlántico en 2010. En su primer semestre le daba pena hablar y participar, y sus notas bajaron. Si bien sus compañeros no le hacían bullying, él no se sentía seguro.
Pero de un día para otro, y por su sentido de la justicia, Óscar se ganó el respeto de todos.
“Había una protesta en la universidad y la cosa estaba tensa entre los estudiantes y las directivas. Al ver que se estaban violando algunos derechos, tomé la vocería y ayudé a mediar entre el rector y los alumnos. Desde ahí todo cambió y pasé a ser de los más respetados de la universidad”, explica.
Ese liderazgo más el respeto y el respaldo de sus compañeros lo llevaron a hacer una de las cosas que más le gustaban. “Comencé a grabar videos denunciando las cosas negativas que sucedían en la universidad de parte y parte. Los subíamos a una página que abrimos en Facebook. Entonces ya pasé a ser muy conocido en todo Santo Tomás”, señala.
Fue así como un día, como ya tenía cierto reconocimiento en el pueblo, un amigo suyo le dijo que le ayudara a promocionar unos huevos que habían puesto sus gallinas, y se los entregó.
Solo tenía 10.000 seguidores en Facebook y realmente no creía que eso ayudara. Su amigo lo llamó enojado una tarde porque pensó que Óscar se había comido los huevos y le estaba ‘bailando el indio’ con la publicidad. Entonces fue que por fin el Ñato grabó el video.
El primer video viral del Ñato ösacr alcanzó lasm 55 millones de p}reproducciones en un día. Foto:Ñato Óscar
Era casi medianoche. Óscar había salido tarde de la universidad. Cogió el celular que tenía, un Samsung Galaxy J7 que terminaría por convertirse en su fiel compañero, y grabó el video en su habitación.
“Los huevos del Billy, los mejores huevos criollos de Santo Tomás. Compre huevo criollo, apoye al campesino. Ummm, huele a campo. Ya saben, huevos del Billy. Llamen al número que les dejo acá abajo. Huele a campo”, dijo Óscar en el video. Lo subió a su página de Facebook de denuncias ciudadanas y se acostó a dormir.
Óscar se levantó al día siguiente a las 9 de la mañana. Fue a ver su celular y no podía y él creyó que, para rematar, ahora se le había dañado. Lo puso a cargar y hasta mediodía encendió.
Se descargó porque toda la noche vibró. Cuando lo prendí, tenía como 5.000 notificaciones. Y no alcancé a revisarlas cuando mi amigo me llama: ‘Hey, estás viral, estás viral’
“Se descargó porque toda la noche vibró. Cuando lo prendí, tenía como 5.000 notificaciones. Y no alcancé a revisarlas cuando mi amigo me llama: ‘Hey, estás viral, estás viral’ ”.
Al principio, él no entendía a lo que se referían, pero vio su Facebook y el video de los huevos del Billy tenía 55 millones de reproducciones y la página pasó a tener más de 100.000 seguidores.
“El amigo mío de los huevos me dice que gracias, pero que ahora tenía era una culebra porque lo llamaron como 200 personas a comprarle huevos y él nada más tenía el cartón que me había dado para que le hiciera la publicidad”, recuerda el Ñato, entre risas.
Esa noche volvió de la universidad y cuando estaba a una cuadra de distancia vio una multitud en su casa.
“Pensé que algo le había pasado a mi familia. Salí corriendo y llorando, y cuando llegué era que toda esa gente me estaba esperando para tomarse fotos conmigo y conocerme”, dice el influenciador, como ya era conocido en ese momento.
Tras el caso de Carrasquilla, Óscar se convirtió en un meme nacional, su cara y su frase no faltaban en casi ningún chat de WhatsApp, ya fuera en GIF, imagen o sticker. Foto:Ñato Óscar
Tristemente, ese video que hoy podría representarle miles de dólares en ganancias, en aquel momento no le dio un peso, pues no monetizaba. Sin embargo, había logrado lo más difícil, se había vuelto popular.
Tras este primer éxito vinieron más videos de denuncias, que ahora tenían más resonancia, pues la cantidad de seguidores se mantuvo en aumento. Sin embargo, su página fue cerrada después y no pudo recuperarla.
“Fue entonces que abrí otra página, que es la que tengo todavía: El Ñato Óscar. Ahí recuperé seguidores rápido y seguí con las denuncias. Ahora lo que hacíamos con unos amigos era recortar algunas partes de las denuncias que daban risa y las subíamos como cortos en las redes”, explica.
Su meta era aumentar los seguidores, poder vivir de las redes sociales y ayudar a Santo Tomás con lo que lograra. Sus videos no monetizaban porque no cumplían las reglas de la plataforma, pero lo empezaron a ar para hacerles publicidad a tiendas y así fue ganando algún dinero.
En tres años, para principios del 2019, llegó a tener los cien mil seguidores de antes y, no menos importante, se graduó de sociólogo, tapándoles la boca a los que lo creyeron incapaz.
Ese 2019 fue un antes y un después en la historia del Ñato Óscar.
Cómo era su esencia, siguió con videos de denuncias y combinaba con los de humor. En una de sus denuncias se topó con el caso de unas viviendas de interés social en su pueblo que llevaban años de retraso y no les habían entregado a las personas beneficiadas.
Llegó al lugar y conoció el caso, grabó varios videos a lo largo de un mes y les estaba ayudando para que la alcaldía les respondiera. Sin embargo, en su última visita pasó algo inesperado, algo que nunca pensó que lo ayudaría, pues casi fue su final.
Le dije a mi papá que me estaba ahogando ahí en la patrulla y él me dijo que le rogara a Dios y que invocara a los ángeles para que me protegieran. Y así nació el video con el que más me conocen
“Llegué al predio y la comunidad se había tomado las casas exigiendo que les dieran solución. Entonces, llegó la Policía y ellos dijeron que yo era el líder de la protesta y los patrulleros me capturaron, me pegaron y me rompieron la camisa. Después me metieron en la patrulla y la gente se sublevó, entonces empezaron a tirar gases lacrimógenos y ese humo se metió a la patrulla y yo me estaba ahogando, por eso comencé a pedirle a Dios que me ayudara”, explica Óscar.
La Policía le decomisó su celular, uno que llevaba en el bolsillo derecho, pero él tenía todavía su J7 guardado en la media izquierda. Lo sacó y llamó a su papá para pedirle ayuda.
“Le dije a mi papá que me estaba ahogando ahí en la patrulla y él me dijo que le rogara a Dios y que invocara a los ángeles para que me protegieran. Y así nació el video con el que más me conocen”, narra.
El video se lo mandó a su papá, quien se lo mostró al coronel, y el oficial llamó a los patrulleros, que minutos después en el metraje, que originalmente dura cuatro minutos, llegan y lo sacan de la patrulla.
Luego del trágico momento que le pudo costar la vida, como él cuenta, al Ñato se le dio por subir ese video a Facebook y explicar lo que pasó, y luego sus amigos que lo ayudaban con los videos cortaron esos 19 segundos de video donde invocaba a los ángeles y lo subieron aparte. Ese día fue tendencia mundial.
En 24 horas su página Facebook reventó. El video tuvo 155 millones de vistas en ese lapso y sus seguidores se quintuplicaron, pasando ya de 500.000 en esa plataforma.
Su paso a la fama mundial estaba sellado y le llovieron ofertas de marcas para negociar publicidades con él.
Incluso, su frase “Dios mío, señor, sálvame” se patentó en la red social donde tiene más seguidores ahora, TikTok, con más de seis millones, un tercio de la población de Chile, para hacerse una idea; y millones de personas en habla hispana en esa red social la utilizan para videos propios, lo cual le genera dinero a Óscar.
Para Óscar, la fama y el ser influenciador es una gran responsabilidad, por eso ha tomado medidas para manejar su carrera.
El Ñato no es solo un influenciador, es sociólogo y abogado, tiene una maestría en Seguridad alimentaria y nutricional, y está buscando hacer un doctorado en Sociología. “A mí no me quedó de otra que estudiar, por eso lo sigo haciendo. Me dediqué a mí y a ayudar a la gente”, narra.
La otra parte del dinero que gana Óscar con las redes sociales, que él explica que es la plata suficiente para vivir sin preocupaciones y ahorrar, la invierte en su comunidad. Su fama llegó durante la pandemia del covid-19, por eso durante las cuarentenas donó mercados, ropa y kits escolares a la gente de su Santo Tomás querido, donde ese cariño ahora es recíproco.
Ahora, Óscar es una de las personas más queridas en su natal Santo Tomás, Atlántico. Foto:Ñato Óscar
Sobre el mito del dinero que tiene como influencer, Óscar señala que la gente debe dejar de creer que el dinero les llueve a ellos como algunos aparentan, porque realmente depende de cada quien, pero que en su caso es el suficiente.
Yo ahora vivo de esto y me gano para la comida. Compré un apartamento que está en construcción y pago a cuotas, pero aún vivo acá con mis papás
“Yo ahora vivo de esto y me gano para la comida. Compré un apartamento que está en construcción y pago a cuotas, pero aún vivo acá con mis papás. Realmente, los influenciadores que se ponen de ostentosos muestran a la gente –por lo general– una mentira, porque limpiamente no se ganan las millonadas que dicen”, expresa.
Óscar mezcla sus videos de humor con las denuncias ciudadanas. “Los primeros me dan el dinero para hacer los segundos, que son más importantes”, precisa.
Sus fuentes de ingresos actuales son por el uso de su audio en videos en TikTok, donde es de los pocos colombianos con cuenta verificada, algunos de los que sube a su Facebook y las publicidades que hace, que son muy selectivas.
El Ñato Óscar utiliza parte de su dinero para estudiar y apoyar a la comunidad donde vive. Foto:Ñato Óscar
“Aunque buena parte del dinero que me llega es por esas publicidades en historias o videos, yo tengo mucho filtro con eso. Nunca he cobrado más de 500.000 pesos por publicidad, pues en su mayoría les hago publicidad a empresas y emprendedores de acá del Caribe, y la idea de esas publicidades más que nada es apoyarlos, no la plata. Otros cobran millones”, explica, y agrega que nunca les hace publicidad a restaurantes de comida chatarra porque es un mal ejemplo para los niños.
Además, tiene una página de Facebook especial en la que les hace publicidad gratis a todos los jóvenes emprendedores que le piden ayuda. Él les brinda el espacio ahí para que muestren su trabajo, y recomienda la página en sus videos y la tiene conectada a su página principal El Ñato Óscar.
“La idea de vivir de esto tiene que ser más que hacer reír a la gente, que no está mal, pero que uno teniendo la oportunidad de realmente ayudarlos tiene que hacerlo. Este trabajo se convierte en un compromiso y a mí eso es lo que más me motiva. Que podamos mostrarles a los niños que hay que estudiar mucho, que sí hay manos amigas que ayudan, que sí pueden emprender, etc”, relata.
Por ese compromiso y esa convicción, hay ciertos influenciadores con los que es muy crítico, pues siente que su empatía con sus seguidores y la comunidad es poca o nula, y eso no debería ser así.
“Yo no me meto en peleas con ellos ni ando haciendo escándalos de nada, pero en privado, cuando ellos me buscan para hacer colaboraciones, que casi siempre les digo que sí para ayudarlos a surgir, les trato de explicar lo valioso de ayudar y que no se queden solo en risas y comer gratis en restaurantes, que pueden ellos enseñarle y ayudarle a la gente a que puedan comer todos los días con su trabajo”, concluye Óscar.