El Concejo de Bucaramanga está en el ojo del huracán por cuenta de un informe de una auditoría efectuada por la Contraloría municipal donde se evidencia un déficit por 404.756.023 millones de pesos en el cierre del año 2020.
"En desarrollo de la Auditoría Financiera y de Gestión al Concejo Municipal de Bucaramanga, el Equipo Auditor llevó a cabo la revisión del Estado de situación Financiera de la vigencia 2020, donde se evidenció que los pasivos cerraron con un valor de $622,062,853, aumentando en un 238% comparado con la vigencia anterior”, indicaron desde la Contraloría en el informe.
Y agregan “situación que preocupa a este ente de control por su alto nivel de endeudamiento, así mismo si se tiene en cuenta que el total del Pasivos superan el total de los activos, lo que permite entender que la entidad, no cuenta con capital de trabajo suficiente para cumplir con sus obligaciones y compromisos adquiridos”.
El presidente del Concejo para ese año fue el concejal Jorge Rangel, quien indicó que es “falso que haya gastado más de lo que debía porque yo ejecuté el 98% de mi presupuesto. No se perdió la plata ni hubo corrupción. Hubo unos valores que quedaron por pagar porque yo me gasté el presupuesto según se aprobó el año anterior pero ese presupuesto quedó mal proyecto”, indicó el concejal Rangel.
El corporado indica que ese presupuesto no contemplaba “las demandas de la valorización que no se pagaron en el 2020 y luego tuvimos una pandemia que golpeó el presupuesto por lo que en el mes de marzo me hicieron un aplazamiento y me dejaron sin presupuesto para contratar personal” dijo.
Efectivamente, la Contraloría indica que “si bien es cierto se evidenció que se aplazó el rubro de gastos de funcionamiento y en el caso concreto del Concejo en la suma de $840.875.164, también es cierto que la entidad debió realizar gestiones con el propósito de definir la controles para realizar el seguimiento constante en el ingreso y no dejar sin recursos la tesorería para atender los pagos de sus compromisos en la forma programada”, dice el informe.
La deuda más grande la tienen con los contratistas del 2020 que ya supera los 500 millones de pesos. Pese a que desde marzo le anunciaron al concejo el aplazamiento esta entidad siguió contratando.
“Por las razones antes mencionadas, no se desvirtúa la observación y se configura un hallazgo istrativo el cual deberá ser incluido en el Plan de Mejoramiento suscrito por el representante legal de la entidad, con el fin de que se establezcan las acciones correctivas pertinentes”, dijeron desde la Contraloría.
Al cuestionar al concejal sobre el por qué siguieron contratando personal después de conocer el aplazamiento de marzo, el corporado indicó que la Alcaldía dejó de girar los dineros fue en el mes de agosto por lo que se renovaron los contratos.
“La Alcaldía nunca hizo ese aplazamiento entonces a mí en el mes de junio me seguían llegando los recursos y luego fue que sacaron los proyectos para dar descuentos de los impuestos e intereses para que la gente pagara pero no pagó y en junio se nos renovaron los contratos para el funcionamiento del concejo y en agosto la Alcaldía nos dejó de girar recursos”, dice el concejal Jorge Rangel.
Y agregó que “en el mes de diciembre cuando se cierra el tema financiero hallamos que faltaban los recursos que estaban proyectados pero la alcaldía no los giró. Pero acá no se ha perdido plata. Nos tocó dejarlo en déficit para que esta presidencia 2021 pueda pagarlo”, indicó.
A tres meses de que finalice el 2021 aún hay más de 500 millones de pesos que se adeudan a las decenas de contratistas que ya les deben hace más de un año.
NACIÓN