Adriana Marmorek expone en España: 'Tejer está conectado con todo lo que hacemos, con nuestros vínculos afectivos'

'Hebras y urdidumbres' es el nombre de la exposición de arte que se presenta en la sala del Rectorado de la Universidad de Málaga, al sur de España, hasta el 14 de junio, y muestra obras de varias artistas de España y América Latina; entre ellas, de la colombiana Adriana Marmorek.

A través de creaciones muy diversas, elaboradas con materiales diferentes, nos hablan del verbo tejer, en todas sus conjugaciones. “El discurso de la exposición busca adentrarse en las dimensiones del tejer: sus espacios metapoéticos, sus relatos ocultos, tramas y urdimbres —explica a EL TIEMPO su curadora, Blanca de la Torre—. El proyecto revela diferentes capas y está atravesado por una mirada ecofeminista, donde resuenan otras formas de relación, producción, transferencia y cuidados. Entre esas capas, está la recuperación de los oficios y labores, las tradiciones vernáculas, y la importancia de la preservación y transmisión de saberes a la hora de abordar la crisis ecológica”.

Una enorme trenza, una cascada de agua, varias banderas… Las creaciones son diversas y llenas de significado. “No se trata de una exposición de arte textil sino que el potencial alegórico del tejer se expande más allá, incorporando vidrio, porcelana, cerámica, crin de caballo, esparto y otras fibras naturales”, aclara De la Torre.

En la exposición hay obras de las artistas Laura Segura, Tania Candiani, Glenda León, Pilar Albarracín, Sonia Navarro, Josefina Guilisasti y Lucía Loren.

Adriana Marmorek (Bogotá, 1969) utiliza porcelana y vidrio para fabricar ropa interior femenina. En palabras de De la Torre, “recuperando labores asociadas a lo delicado y frágil, sus obras contrastan la inmediatez de la producción en masa con la lentitud y el cuidado de la creación manual, estableciendo un paralelismo entre la concepción del amor actual y la desaparición de la artesanía textil debido a la producción industrial”. Sobre esta exposición, otras recientes y sus planes hacia el futuro cercano, habla la artista con EL TIEMPO.

Tejer está conectado con todo lo que hacemos, con nuestra historia y nuestros vínculos afectivos. Ahí radica la importancia para mí. Varias piezas de esta muestra están tejidas con el proyecto “Eros y tánatos en Anolaima” [sobre sus orígenes colombo-austríacos) y son un retorno a mi mito fundacional del amor.

La pieza se llama Brasier y las obras están determinados por la talla y el modelo. Surgen de una pregunta por la palabra frivolidad. En el diccionario de la Academia de la Lengua que yo tenía en mi casa, vi que una de sus acepciones hablaba de las expresiones sensuales de las mujeres. La frivolidad es en realidad un tejido. Lo trabajo inicialmente en vidrio porque estoy haciendo alusión a las estructuras que se han usado para modificar el cuerpo de la mujer y que hoy con las cirugías plásticas buscan ser invisibles para quien mira. Al colgarlo, la sombra me mostró con claridad la fuerza del dibujo que hace la luz y la fragilidad del material. Trabajé el vidrio con Mario Maldonado, que fue nombrado el año pasado Maestro de maestros artesanos con la medalla artesanal de Artesanías de Colombia.

Quiero siempre dejar muchas preguntas en el aire. En este proyecto presento, también, una selección de encajes que ahora son de porcelana. Estas piezas que son una herencia de mi familia austriaca llegaron a mí para no ser usadas. Usarlas las haría perderse. Las quemé en el horno. Y ahora son de porcelana. Son muy frágiles, pero a su vez están producidas con el material más resistente que existe. En estas piezas es muy contundente el contraste de lo frágil y lo resistente, que, entre otros aspectos, genera el diálogo entre los materiales, las formas y las palabras.

Estaríamos encantadas. No hay nada planeado aún.

Fui invitada a mostrar mi trabajo durante el Open Studio de Acdo/ que abrió con el Design Festival y cerró después de la feria de arte ARCO. Álvaro Catalán de Ocón, Premio Nacional de Diseño 2024, escogió una serie de piezas que habitarían su estudio. En total fueron doce y hacen un recorrido sobre mi trabajo que conecta de manera espontánea en su estudio activo. Un poco hacer de su estudio el mío.

Estaban invitados también el artista visual Alberto Baraya y dos grandes íconos del diseño italiano: la firma Moroso y el emblemático diseñador de iluminación Ginno Sarfatti con Astep.

Fue una experiencia increíble habitar un estudio tan espectacular, que además es un referente en Madrid, y cruzar conversaciones con otra práctica artística de la cual me alimento muchísimo, que es el diseño.

En Bogotá, en el Museo Cementerio Alemán con la exposición individual Cementerio del Romanticismo Alemán, que se ganó la beca de creación del Ministerio de Cultura 2024. En Nueva York, en el Museo del Hudson River en la exposición colectiva No Bodies, Clothing as a Disruptor y en la Galería Nohra Haime, Matter and Form. En Madrid, en la galería Lucía Mendoza, en la colectiva “Rutas relacionales”. En Granada, en el Palacio de los Condes de Gabia, con esta misma colectiva “Hebras y urdimbres”, que ahora se presenta en Málaga.

Tengo una invitación del curador John Ángel Rodríguez para exponer en la colectiva “Symbiotic Epidermis” en la galería Casa Hoffman, en Bogotá.

También estoy trabajando en un proyecto enorme, del que por ahora prefiero no hablar. Puedo dar pistas contando que nació en Bogotá en 2009. Fue mi laboratorio de investigación por diez años y está empezando a convertirse en obra. Estoy trabajando aún conceptualmente, y de aquí surgirán las piezas para una exposición individual.

JUANITA SAMPER OSPINA

Corresponsal EL TIEMPO 

Madrid (España)

@samperjuana