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El realismo pictórico de Adrián Espinosa
El artista presenta su trabajo más reciente en el Club Naval Antares, en el norte de Bogotá.
Napoleón y la Revolución sa en el pincel de Adrián Espinosa. Foto: Archivo EL TIEMPO
Un rostro de la Gioconda, de Simón Bolívar o de Napoleón alumbrados tan solo por un tenue rayo de luz, como emergiendo de la oscuridad, como ocurre también cuando se está al frente de algunas obras de Caravaggio o Rembrandt, son inspiración directa para activar el pincel del artista plástico Adrián Espinosa.
Así se aprecia en la muestra que está presentando por estos días en el Club Naval Antares, en el norte de Bogotá, en donde Espinosa continúa su fascinación particular por el realismo pictórico, pero en el que se cuela por primera vez un guiño al surrealismo.
“Creo necesario explorar otras técnicas, otras corrientes artísticas para ampliar el espectro del aporte pictórico que pretendo plasmar”, anota el artista, al aludir a una de las obras que están colgadas en esta muestra. Una manzana, que parece salirse del papel, está presenta un corte y en su interior se aprecia un corazón humano latiendo.
Fruto de sus largas conversaciones históricas con su padre, el escritor Germán Espinosa, pero en especial con su madre, la pintora Josefina Torres, Adrián fue incorporando en su paleta no solo esa fascinación por el realismo y los colores, sino por la luz. En particular la técnica del claro-oscuro.
Una característica que atraviesa toda su obra, que puede saltlar desde un atardecer a las 3 de la tarde en Cartagena o una vista área de algún barco de guerra hasta una escena histórica de Napoléon duranta la Revolución sa.
“Por la influencia de la obra de mi padre, es inevitable la presencia del Caribe. En Cartagena hice una exposición sobre ‘La tejedora de coronas’. La influencia del caribe es abrumadora. El manejo de un pintor de la luz en sus obras, es la expresión de su alma, de su sentimiento”, anota espinosa.
Cuenta que ese interés particular por el realismo en su trabajo artístico es una manera que le permite expresar el impacto de los colores y de los sentimientos. Una facultad que fue afinando durante casi 20 años de trabajo en el área de infografía de este diario. “Acudí al realismo y a los detalles para hacer más llamativo mi trabajo”.
Ese amor por la historia, heredado de su padre, es otra de las fuentes indiscutibles de inspiración.
“La historia es una fuente de conocimiento que siempre me ha seducido. Es la mejor manera de entender a la humanidad, la mejor manera para no repetir horrores como las guerras mundiales de la primera mitad del siglo XX”, comenta Espinosa.