Y no han sido pocas cosas en este 2022, un año de cambios radicales: su perra, su fiel compañera, murió en febrero pasado; su empleada Ludis, que la acompañó 34 años, se pensionó, y ahora, sin mascota y sin querer establecer un nuevo vínculo con una persona para que le ayude en los oficios de la casa, porque fueron muchos años juntas, la actriz decidió reducirse.
También perdió a un gran amigo, Toto Vega, “que era un ser bueno como pocos, generoso. Su ego estaba puesto al servicio de los otros. En un mundo donde los actores somos vanidosos, él era lo contrario, de esos seres que debían haber durado mucho, por imprescindibles”. En medio de estos dolores, está su Chavela, una obra que se estrenó el año pasado, “que vuelve con otras emociones y más vida todavía, porque a pesar de las pérdidas hay que celebrar”.
Los cambios la llevaron a vender su apartamento de 300 metros y se está terminando de trastear a uno de 130 metros cuadrados, con ascensor y vigilancia 24 horas. Del centro pasó a Teusaquillo. De dos patios con plantas y pájaros cantando permanentemente, a otra forma de ver por las ventanas y a salir de muchas de sus amadas plantas. De dos pisos, a uno. De muchos vecinos y amigos artistas alrededor, como viviendo en una comuna y de los que le duele alejarse, a tener nuevas amistades.
“Lo primero que llevé fue la hamaca, ya está guindada”, sigue Gómez, con su acento cartagenero.
Tuvo que salir de los muebles más grandes. Y también de gran cantidad de libros que ha donado a varias campañas, “como la de Suso, que apoya la lectura en colegios públicos; la de El Águila Descalza, el grupo teatral de Medellín; la de Edwin, un amigo costeño que también apoya a colegios públicos. Les regalé enciclopedias, libros didácticos, de sicología, novelas. Me llevé los imprescindibles”.
Ha ido por partes con su trasteo. “Reconozco que soy acumuladora, pero no de cosas malas, sino de objetos bonitos, cada uno con un gran significado. Mi papá era comerciante y siempre llevaba cosas lindas a la casa. Le heredé eso, tengo platos, tazas, copas y vasos...”, agrega.
En marzo del 2021, cuando se lanzó el musical, Gómez le dijo a EL TIEMPO que Chavela Vargas “transmite un sentimiento que es una experiencia, y uno siente que algo se le revuelve por dentro con su desenfado. Fue alguien sin eufemismos, iba por la vida diciendo las cosas de manera descarnada”.
Así, Carmenza Gómez, que ha hecho personajes inolvidables en la televisión, como Maritza la Candelosa en 'El bazar de los idiotas'; la Negra Sixta Lucumí, de la primera versión de 'Azúcar'; La Turca Zorayda, en 'La vorágine'; Etelvina Jiménez, en 'La casa de las dos palmas'; Juana Arias, en 'Escalona'; la Tía Ceci, de 'El Joe, la leyenda'; Beatriz de Arjona, en 'Diomedes, el Cacique de La Junta'; Marina Montoya, en 'Noticia de un secuestro', y el que se ve actualmente, Remedios Duarte, en 'Leandro Díaz', asumió este personaje en el teatro, donde también tiene muchos éxitos.
Se fue acercando a Chavela como un rito. “No soy muy creyente. Mi relación con Dios es precaria, pero sí tengo mi lado espiritual. Estudié la vida de Chavela, y cuando se hundió en el alcohol se fue a donde los chamanes y se purificó. Ella lo dijo: se curó de ese lastre. Pensando en eso y en mis viajes a la Sierra Nevada, donde los indígenas le enseñan a uno que hay que pedir permiso al río para meterse a él y al árbol para tomar su fruto, con mucho respeto con su espíritu le pedí permiso para representarla”, dijo en el 2021.
Retomar el personaje la trajo de nuevo con el equipo de producción y de actores, con un cambio: el ingreso de Ramsés Ramos, que es Pedro Almodóvar y José Alfredo Jiménez.
Y a ser “más juiciosa, porque no soy de cuidarme tanto la voz, no tengo el rigor, como Adriana Botina (Chavela joven), y debo oír los consejos de Josefina Severino, que me dice que no coma harinas blancas por la noche. Además, hay que evitar la gripa y uno con esa maña costeña de andar bajo la lluvia aquí en Bogotá. Es que el teatro demanda mucha energía y me toca distribuirla con el trasteo, además”, dice.
La abuela Remedios, de Leandro Díaz, la llevó de nuevo a su costa, más exactamente a La Guajira, “a San Juan del Cesar y esos caseríos que hay alrededor; al paisaje, a entender de dónde provienen las canciones, el punto de partida de los juglares conociendo los territorios; a ver los ríos, las flores, el colorido, la luz, oír el canto de los pájaros, con sus conciertos diarios. ¡Los loros, las bandadas de loros!”.
Ahora vuelve a ser Chavela Vargas, “esa mujer que sufrió los embates de la vida, que vivió con gran intensidad emociones de todo tipo, las bellas, las positivas, las dolorosas, las gozosas y sus puntos intermedios. En sus canciones se refleja una gran intensidad: su obra y su trabajo iban de la mano”.
Pedro Almodóvar fue su salvación, y en esa piel se mete Ramsés Ramos en esta ocasión, para ayudar a contar la vida de una mujer que fue muy grande, poderosa y emotiva.
¿Dónde y cuándo?
‘Chavela por siempre Vargas’. 21 de octubre, 8 p. m. 22 de octubre, 4 y 8 p. m. 23 de octubre, 7:30 p. m. Teatro Cafam. Avenida 68 calle 90, Bogotá. Boletas en tuboleta.com.
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