Para hacer la audición de María Ruiz de Henao, la mamá de Arelys en la telenovela Arelys Henao, canto para no llorar, la actriz Ana María Pérez tuvo cuatro o cinco días de preparación.
“Eso para nosotros es un montón de tiempo, porque casi siempre dicen que es para mañana o pasado mañana, así que pude comprar un vestuario en una tienda vintage cerca de mi casa, aquí en Los Ángeles, y ver el documental El rey la reina, en el que aparecen los papás de Arelys”, dice.
De este modo supo cómo hablaba María y se acercó a esa mujer luchadora, buena y dulce que Arelys Henao tanto quiere y defiende.
La audición fue por una plataforma de Caracol para tal fin, “que es, sin duda, una de las cosas buenas que nos deja la pandemia: no hay que estar viajando para una audición”.
Y se enteró de que el papel era suyo cuando tuvo que presentar audición con varios actores que aspiraban al personaje de Ciro (con el que se quedó Nicolás Rincón). “Fue una gran felicidad, porque esta es una carrera de algunos síes y muchos noes”.
Ana María Pérez no era tan conocida en el país hasta que llegó este personaje. Aunque ha aparecido en producciones como Amor en custodia, Francisco el matemático, A mano limpia y la producción de Teleantioquia La primípara, sin duda está hoy en el radar de los seguidores de esta serie, una de las más vistas de la televisión actualmente.
Influyó también que muy joven viajó a Los Ángeles a estudiar actuación en The Lee Strasberg Theatre and Film Institute, entre otras instituciones, y eso da una gran experiencia.
“Terminé el colegio y me vine a estudiar –cuenta en una llamada–. Es que yo soñaba con estar en Hollywood y luego de muchos años de inmigrante, que es un asunto difícil; ya soy ciudadana americana, pero estoy siempre viajando porque soy actriz donde esté”.
Fue una gran felicidad, porque esta es una carrera de algunos síes y muchos noes
Además, se dio cuenta de que es importante para los latinos que aspiren al mercado estadounidense tener trayectoria en sus países. “Es que la industria también ha cambiado mucho y a la gente le revisan sus trabajos en las plataformas”.
Y no duda en decir que una de las grandes diferencias que hay entre Colombia y Estados Unidos son las audiciones. “Hace poco vino un amigo actor de Colombia a hacer un casting, y le dije que no le podía dar la mano a la gente de la productora, que eso acá no se usaba porque, además, con esta pandemia los que hacen este trabajo, por seguridad, no pueden estar tocando a los demás. Pues me contó, cuando llegó, que lo dejaron con la mano extendida”.
Agrega que las audiciones son rápidas, con un ‘hola, ¿estás listo?’, y adiós. “En Colombia la gente te saluda, te ponen un compañero para trabajar, es más caluroso. Aquí sucede que muchas veces ni siquiera te dan un libreto, te dicen que es para tal compañía, te hacen firmar un documento de confidencialidad, te dicen que hables de algo, y eso es todo”.
Su entrenamiento en los dos mundos le ha permitido aprender a moverse. De hecho, ya con Caracol hizo El cartel de los sapos, el origen, donde representa a una estadounidense “que toma muy malas decisiones” y que le gustó mucho interpretar porque los acentos se le dan muy bien. Esta producción, que no ha salido al aire, se grabó en el 2020 en plena pandemia.
En cine ha participado en Humanpersons, Pasos de héroe, City of Dead Men, Hysteria y Bang!, entre otras.
Con Mariana Gómez, la protagonista de la novela, empezó a ensayar de manera virtual. “Hubo un clic muy importante, hicimos una amistad preciosa que es para toda la vida y hace poco estuvo acá, visitándome”. Igual le pasó con el resto del elenco y con la producción, “generamos una relación muy cercana”.
Pérez, aunque no dice su edad, es muy joven, y la diferencia con sus ‘hijos’ mayores en la serie es muy poca. “He sido mamá en series, pero de bebés o de niños de 3, 4 años, y aquí tuve que trabajar muy duro para que todo estuviera más allá del vestuario, el peinado y el maquillaje. Sin embargo, en los pueblos y en muchos lugares de nuestros países hay mujeres que tienen sus hijos a los 13 años. Eso ha ido cambiando y lo agradecemos”.
Y para encontrar el tono de la voz, recordó sus paseos familiares a Marinilla cuando era niña. “Allí había un señora, Marina, muy paisa, que me hacía trenzas, y nos poníamos a hablar. De ahí tomé el dejo de María, de esas charlas, así como de la gente bonita y trabajadora de esos pueblos”.
A María, la mamá de Arelys, la conocerá pronto. No lo hizo en grabaciones por los tiempos y por cuidar a esta mujer maravillosa.
“Ha sido una adelantada a su tiempo, creció en un contexto machista y la conflictúa la manera de ser de sus hijos hombres. Mi conflicto está en que la vida para las mujeres del campo es más difícil y hay cosas que no están en mi universo, como eso de cambiar la cédula para ponerse el ‘de’ ”.
Su María está en su corazón y en el de millones de televidentes. “Está regida por el amor a su familia, por las ganas de salir adelante, a pesar de lo fuerte que tiene que vivir. Es el espejo de muchas colombianas y fue un honor representarla”.
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