Santiago Alarcón se metió en la piel de un periodista, pero no fue para ninguna serie o película. El actor colombiano es el conductor del pódcast de Spotify 'Meterse al rancho', un programa de entrevistas en el que Alarcón es protagonista y testigo a la vez.
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Yo quería salir a matarlos a todos", le
confesó Alejandra Azcarate cuando la entrevistó al respecto del caso de la ‘narcoavioneta’, mientras que Andrés Parra le contó al aire la primicia de su reciente divorcio. Como todo un reportero, este intérprete paisa socavó en 'los sótanos del infierno' y en las mayores alegrías de cada uno de los personajes que pasaron por el sillón de 'Meterse al rancho'. Y mostró el lado más vulnerable de cada uno. ¿Cómo lo hizo?
En entrevista con EL TIEMPO, el actor aseguró que la clave estuvo en la naturalidad y el interés genuino por conocer las historias que los invitados tenían por contar.
“‘Meterse al rancho’ es un podcast original de Spotify en el que realmente lo que hacemos es, en un espacio de de 50 a 60 minutos, tratar de encontrarnos con personajes que tengan historias para contar y para conversar. Puede ser porque son famosos o porque su historia de vida es inspiradora. Somos dos personas sentadas en un sofá conversando sobre la vida del otro, eso es”, explicó al respecto del formato.
¿Cómo logró 'meterse al rancho' de los invitados?
En este espacio lo que se busca con el nombre de ‘Meterse al rancho’ es aprovechar el personaje que viene a contarnos una historia y tratar de ir un poquito más allá de lo que conoce el público en general, sin filtro; es decir que el que el personaje se pueda sentir cómodo de decir lo que quiera, lo que piensa y cómo le guste decirlo. La idea es no cuidar lo que se dice o no y cómo se dice, sino que el invitado se sienta libre. Entonces realmente quien termina metiéndose al rancho es el invitado mismo.
Realmente yo lo que hago es simplemente guiar a través de ciertas preguntas, pero es el mismo invitado quien, a través de la confianza que deposita en mí y en el programa, va abriendo paso para hacernos cómplices y testigos de su historia.
¿Qué implicaciones tiene este paso de la actuación a la conducción en un formato de sonido? ¿Qué habilidades de la interpretación pudo aplicar en este proyecto?
Me he enterado también de las historias de vida de muchas personas y eso para el actor es el tremendo insumo
Cuando Spotify me ofreció la posibilidad de hacer este pódcast, yo no tenía ni idea de qué era un pódcast; entonces, entré en este mundo y ha sido fascinante. Ahora soy un un consumidor frecuente y he aprendido mucho. Ha sido muy gratificante para mí, una enseñanza gigante el hecho de poder conversar con tanta gente a la que le he aprendido un montón de cosas. Me he enterado también de las historias de vida de muchas personas y eso para el actor es el tremendo insumo. ¿Qué mejor escena que dos personas sentadas conversando, dialogando, y generando una conexión humana? Solo que en este caso, sí es real.
¿Qué entrevista le marcó o le dejó mayor recordación?
Hay un montón, hay un montón. Una de las primeras entrevistas que salieron al aire fue la de ‘Chichila’ -Cecilia Navia, esposa del actor-. Yo le dije que si quería participar, sin contarle de qué íbamos a hablar, y se animó. Tenemos ‘veintipico’ años de casados y en la entrevista hablamos de cosas que yo no sabía y que todavía le dolían, incluso, que yo no sabía que habían pasado.
Y ha pasado con muchos personajes; me he encontrado con historias de superación increíbles, con las que uno termina realmente preguntándose si está viviendo como debería vivir. También, historias desgarradoras; no es un secreto el país que nos tocó. Entonces, creo que, en esencia, es un pódcast para que dos personas se sienten a conversar y la gente que oye se siente a escuchar, a solidarizarse, a entender y también sirve para hacer una radiografía del país en el que vivimos.
¿Qué diferencia hay entre entrevistar a un actor, a una persona del común o, por ejemplo, a una víctima del conflicto armado? ¿Cómo pasar de una entrevista normal a una que trata temas más profundos, por así decirlo?
Yo creo que, para arrancar, todo lo que sucede es profundo; más algunas cosas que otras, por supuesto, porque algunas situaciones tienen un poco más de repercusión que otras. Yo creo que para algunas personas que vieron el pódcast de Andrés Parra pudo llegar a ser muy profundo, para actores o artistas, por ejemplo. Cada historia, de cada ser humano, es profunda, viviendo en el contexto que sea.
En mi caso, ha habido una necesidad por saber, hay una curiosidad enorme, que además me ha acompañado durante toda mi vida, de conocer la vida de la gente: de cómo han vivido, de en qué creen, de qué aprendieron. Por ejemplo, en el capitulo de Juanpish, que es un activista LGBTI de Medellín que tiene una discapacidad motora, mi curiosidad con él era cómo hace para sobrevivir en una ciudad, incluso en un país, donde no hemos construido un mundo accesible para ellos. También, sobre cómo es su vida sexual, por ejemplo.
En el tercer capítulo, que es el de Alejandra Azcárate, ella es muy abierta sobre lo que sucedió con la avioneta. Entonces, muchas veces, son ellos los que quieren hablar y nosotros no estamos sentados frente al otro para juzgarlo, estamos simplemente para escucharlo.
¿Qué diferencia puede tener el formato de ‘Meterse al rancho’ con otros programas de entrevistas o, inclusive, medios tradicionales?
Ni idea -se ríe-, no sé. En principio, yo diría que no somos un escenario político, tampoco somos uno religioso o cultural; o tal vez somos todo eso, no lo sé. La cuestión es que, en nuestro caso, no hay juicio y, por lo tanto, no hay filtro. Entonces, hay algunos capítulos que son pesados, son difíciles de digerir, porque hay un lenguaje fuerte, pero es la manera en la que se puede abordar ese tema.
En ‘Meterse al rancho’ la gente conversa con libertad. Por ejemplo, tenemos a una webcamer y a una actriz porno que nos cuenta explícitamente de qué se trata y cómo se hace una película para adultos. Seguramente eso a mucha gente le va a gustar y a otra no tanto, pero creo que esa es una característica de este pódcast, que no hay filtro.
Desde esa perspectiva, ¿cómo lograr que un producto explicito, o con esta característica libertad en el lenguaje, logre calar o introducirse en una cultura tan conservadora como la colombiana?
Hay temas que incluso van incomodar, pero es que parte del ejercicio de hablar de temas delicados es incomodarnos
No, es que debemos dejar de pensar: “Es que no podemos hacer esto porque somos una sociedad conservadora”. No, yo creo que hay temas de los que es importante hablar y, sobre todo, hablar como nos gusta. Hace poquito me preguntaban sobre las charlas en familia. Nosotros en mi casa, en Medellín, nos sentamos a conversar sobre un tema particular, pero cada uno desde su esencia entiende que no hay un filtro, no hay un cuidado de cómo decir las cosas.
Eso sucede con ‘Meterse al rancho’, hay temas sensibles, por supuesto. Hay temas que incluso van incomodar, pero es que parte del ejercicio de hablar de temas delicados es incomodarnos y creo que en ese sentido ‘Meterse al rancho’ cumple con su función.
Es decir, como papá, ¿usted dejaría a sus hijos escuchar este pódcast?
A mí hijo, sí. A mi hijo, que tiene 13 años, sí. Mi hija de ochos años, hay cosas que todavía no tiene por qué saber. Todo tiene su momento. Pero, mi hijo sí ha visto algunos capítulos, no tengo problema con eso.
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