En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

CLUB VIVAMOS
Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

‘Selecciones’, la revista de los 1.000 millones de lectores en español

Nacida hace un siglo en Estados Unidos, apareció en Latinoamérica en los años 40.

Desde 1922, la revista sobrevive a las tendencias gracias a una variada agenda de temas.

Desde 1922, la revista sobrevive a las tendencias gracias a una variada agenda de temas. Foto: Archivo particular

Alt thumbnail

Actualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
¿Le suenan ‘Citas citables’, ‘La risa, remedio infalible’ o ‘Enriquezca su vocabulario’?
Han sido por décadas tres de las secciones fijas de la icónica revista Selecciones del Reader’s Digest (es su pomposo nombre para América Latina), que a un siglo de su nacimiento celebra el seguir en estantes de supermercados, droguerías y autoservicios, tan campante como desde febrero de 1922, cuando apareció su primer número.
'Selecciones' fue lo que leía Nelson Mandela en los 27 años que pasó en la cárcel, en la isla de Robben, en Sudáfrica. Los lectores de más de 100 países, en 40 idiomas, la erigieron como la publicación periódica más leída del planeta. En 2020 se estimó en 1.000 millones el número de solo sus lectores hispanohablantes.
Apareció en inglés como el 'Reader’s Digest', nombre que reflejaba uno de los secretos del éxito de un inquieto visionario llamado DeWitt Wallace, su creador: “Editar y condensar artículos de valor permanente”.
La idea era compilar artículos ya publicados en revistas y periódicos estadounidenses, con una variedad de asuntos amplia y sorprendente que incluía best-sellers resumidos, anécdotas, máximas, chistes y consejos útiles, desde cómo se quita una mancha en la ropa hasta los datos más rebuscados sobre viajes al espacio, la bomba atómica o los secretos de cada órgano del cuerpo humano.
'Selecciones' nació en una cama de hospital en Francia, donde Wallace la concibió mientras se reponía de las heridas de metralla sufridas, en octubre de 1918, en la Primera Guerra Mundial.
En su convalecencia se dedicó a leer revistas, cuyos artículos transcribía y condensaba, a mano.
Al regresar a su natal Saint Paul, Minnesota, siguió con su proyecto y a los seis meses tenía ya listos los 31 artículos necesarios, uno por cada día del mes, de dos páginas y media.
Con 300 dólares que le prestó su hermano, imprimió en un formato de bolsillo las 64 páginas del Reader’s Digest, a doble columna, sin color, sin fotografías ni avisos, todo el trabajo que había sido rechazado por las principales editoriales del país.
“Los lectores de hoy están ansiosos de ir al meollo de las cosas”, decía ya en 1920.
Su esposa, Lila Acheson, le sugirió: “¿Por qué no te conviertes en tu propio editor y la vendes por correo?”. Así, implementó un sistema de suscripción, hasta entonces desconocido, gracias al cual por tres dólares podían recibirla todo un año.
Desde el primer número trajo el índice en la portada. Su primer título: ‘Cómo mantenerse joven mentalmente’. Además, un artículo central sobre el inventor Alexander Graham Bell, y otro acerca de la importancia de la educación autodidacta.
Fue acogido con entusiasmo por 1.500 suscriptores.
El 'Digest', como lo llamaban, creció aceleradamente. Era editado en un apartamento alquilado en el Greenwich Village de Nueva York, e impreso en Chicago.
Luego se mudaron, en busca de un espacio más generoso, a Pleasantville, ciudad que con el tiempo se convirtió en la sede oficial de la empresa.
Para 1929, en plena depresión económica, llegó a 200.000 suscriptores, y comenzó a venderse en los quioscos a un cuarto de dólar, según cuenta la periodista argentina María B., de Misiones Online.Net (23/6/2022).

Los años dorados

Fue un crecimiento meteórico. En 1933, luego de las críticas por ser una publicación de refritos, apareció su primer artículo contratado: ‘Locura: la amenaza moderna’, de Henry Morton Robinson. Al año siguiente, pasó de 64 a 128 páginas.
A partir de 1934, su contenido cerraba con el best-seller del momento condensado, una limitación que los escritores terminaron aceptando, pese a que subrayaba la evidencia de cuánto habían “escrito de más”, y sobre todo porque era preferible que sus libros fueran leídos “a través del Reader’s Digest, por 70’000.000 de seres de la mayoría de las naciones”, según anotó años más tarde el francés Pierre Daninos, autor de Los cuadernos de notas del mayor Thompson, publicado en 1954.
Lo demás es historia. La circulación en 1936 fue de 1’800.000 copias y dos años después se lanzó en el Reino Unido la primera edición internacional.
Le siguieron, en el 40 y el 42 en español y portugués. En 1955 circulaba ya en los cinco continentes.
Para los 60 y 70, su época de mayor esplendor, el emporio se diversificó con la venta de compilaciones condensadas de los cuatro libros más leídos del semestre, antologías de aniversario, un manual de primeros auxilios y de oficios (Repárelo usted mismo), y de redacción (Sin temor a equivocarse), entre otros, así como Selecciones Musicales, y álbumes de discos de larga duración.
En 1980, el patrimonio de los Wallace se estimó en 500 millones de dólares. Al no tener hijos y no poder formar una dinastía, se dedicaron a las obras filantrópicas. DeWitt falleció el 30 de marzo de 1981, a los 91 años y Lila, tres años, después, a los 94. Sus muertes marcaron el declive de la revista, que agudizó la posterior disolución de la Unión Soviética y la extinción de la Guerra Fría, sus rentables caballitos de batalla.

Llegan los colombianos

Más tarde, los embates de la contracultura y la revolución digital la llevaron, en agosto del 2009, a declararse en bancarrota por la caída en las pautas publicitarias y en las ventas, que arrojaron deudas por más de 1.600 millones de dólares.
Paradójicamente, 1940 no parecía un buen año para su lanzamiento en América Latina, según el investigador argentino Gustavo P. Cresta (en Selecciones: Relaciones laborales y ‘Sueño americano’).
Wallace la consideraba inviable, por sus altos costos, las dificultades de conseguir buenos traductores, y la inexistencia de una clase media, con excepción de Argentina.
Pero el Departamento de Estado intercedió en su favor con el espíritu de frenar el avance del nazismo en esta parte del continente.
Cuando Wallace preguntó quién podría encargarse de dicha edición, le recomendaron a los hermanos payaneses Eduardo y Jorge Cárdenas Nanetti, radicados por entonces en Nueva York.
Eduardo tenía una empresa en la que traducían para los principales periódicos latinoamericanos las aventuras de Benitín y Eneas, El Gato Félix y Rex Morgan.
No es exageración decir que 'Selecciones' en español no habría existido sin los Cárdenas y su selecto grupo de redactores, que encabezó el periodista cartagenero José Luis Betancourt, ‘Dimitri Ivanovich’, a quien el escritor Luis Zalamea Borda (su asistente) retrató como “una especie de enciclopedia ambulante (...) y un hombre renacentista”.
Contra todo pronóstico, el primer número de diciembre de 1940, impreso en Chicago, alcanzó un tiraje de 240.000 ejemplares, la mitad de los cuales fueron vendidos en Argentina.
A España, curiosamente, la revista solo llegó en 1952. Eduardo y Jorge se turnaron la gerencia de 1940 a 1963, hasta su completa consolidación.
Baldomero Sanín Cano, uno de los intelectuales más prominentes de la época, recomendó la revista, en junio de 1942, a “las personas amantes de la lectura”.
Eduardo, en su condición de miembro de la junta directiva de la revista, determinó que no fuera solo una traducción, sino una versión adaptada a la mentalidad y los intereses de los países de habla hispana.
La llamó Selecciones, título que adaptó a las otras ediciones extranjeras, que fueron lanzadas con la asistencia de editores y traductores en cada país.
Cresta sostiene que el estilo de Selecciones introdujo un cambio en el modelo informativo de Estados Unidos: “Se pasó de un estilo editorial en el que estas (informaciones) eran puestas a disposición del lector tal cual como fueron escritas y concebidas, propias del siglo XIX, a otra donde se ofrecían en términos sencillos (…). De manera que el lector no solo accedía a los hechos, sino que estos se le brindaban debidamente analizados e interpretados para ‘facilitar’ la toma de decisiones”.
A la usanza de la época, Selecciones era una publicación abierta y decididamente anticomunista, por lo que no era bien vista en algunos círculos; sin embargo, todos la leían gracias a su mérito literario.
En los hogares colombianos fue apetecida por su bajo precio y sus artículos de factura fácil y amena.
“Se chequeaba el uso de cada palabra porque había que conseguir un español que fuera familiar, pero sin caer en lo coloquial, con los términos de cada país”, puntualizaba el escritor argentino Sergio Sinay, jefe de redacción de la casa matriz en México en 1977.
Sus ediciones seguían los lineamientos del manual Normas generales de redacción, creado en 1959 por Jorge —su director—. Desde entonces, ya contaba con especialistas dedicados a chequear la veracidad de cada dato. Por eso se le consideró una ‘universidad’ del buen periodismo.
Para fortuna de sus incontables lectores, los fondos de inversión vinieron en su rescate y salió a flote, pero ya no fue la misma.
Hoy goza de cabal salud y sus partidarios la seguimos echando al carrito a la hora de hacer mercado.

Los payaneses que contrató DeWitt Wallace, el fundador

El reconocido artista plástico colombiano Juan Cárdenas cuenta, con base en las memorias de su padre, Jorge Cárdenas Nanetti, cómo él y su tío Eduardo se vincularon a los inicios de la edición en español de Selecciones.
“El Gobierno estadounidense —dice— había convencido a DeWitt Wallace, creador de la revista, de la necesidad de contrarrestar la propaganda nazi en esta zona del continente y Wallace le consultó a un experto en asuntos latinoamericanos que había trabajado en la agencia United Press International (UPI), quién podría ser el candidato para dirigir la edición en español de la revista. Fue él quien le recomendó a mi tío Eduardo”.

¿Qué había estudiado su padre?

Mi padre estudió economía en Columbia University, en Nueva York, y luego ingeniería civil en el Worcester Polytechnic Institute. Él estaba en Colombia al frente de la Escuela de Economía de la Universidad de Antioquia y había publicado el libro 'Teoría de la economía colombiana', muy elogiado en su tiempo por los expresidentes López, Eduardo Santos y Carlos Lleras Restrepo, cuando fue llamado para desempeñar el cargo de subdirector de la revista, pues aparte de ser periodista y escritor, tenía experiencia como traductor al inglés de artículos que fueron publicados en 'The New York Times y en The Herald Tribune'. Ante el avance descomunal de la revista, fue necesario fabricar una prensa especial y gigantesca que se instaló en Cuba, para empezar a imprimirla, a partir de 1944, prensa que se perdió con la revolución castrista.

Y se trasladaron a México...

Las oficinas se fueron a México, en 1960, y mi padre asumió la dirección. Pero tres años después renunció por diferencias con el departamento comercial, que le dio un giro a la publicación. Regresó a Colombia a dirigir Editorial Norma y, al cabo de cierto tiempo, volvió con su familia a Estados Unidos, donde falleció en Newton, Massachusetts, el 11 de enero del 2008, a los 102 años. Eduardo, Jorge y Antonio José fundaron además la agencia de noticias Editors Press Service.

¿Fue cuando aparecieron El Almanaque Mundial y otras publicaciones?

Simultáneamente con su trabajo en 'Selecciones', Jorge y Eduardo fundaron la empresa Editora Moderna, dedicada a crear y producir un diccionario en español que acogiera la terminología científica, tecnológica y, en general, moderna que el diccionario de la Real Academia no había tenido en cuenta. Al mismo tiempo produjeron el Diccionario Enciclopédico, El 'Almanaque Mundial', el Diccionario biográfico y Veinte mil biografías breves.
HUMBERTO VÉLEZ CORONADO
PARA EL TIEMPO

Más noticias

Sigue toda la información de Cultura en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.

Mis portales