Acaba de salir el reporte del Dane sobre la cifra de inflación en el país, una de las más altas en los últimos años. El segundo rubro más afectado es el de los alimentos. Con la intención de escribir recetas para preparar en casa con alimentos al alcance del bolsillo, llena de optimismo llamé a Sofía, mi vendedora de confianza de la plaza de Paloquemao para que me guiara con los precios. Su respuesta fue devastadora: “Lo que está más asequible ahorita son limones y mango de azúcar, de resto todo está carísimo”. Lloramos juntas.
Pero como dicen que al mal tiempo buena cara, mientras me secaba las lágrimas, que no eran precisamente por picar cebolla, recordé un libro que escribió el importante chef italiano Massimo Bottura con amigos cocineros y que tituló El pan es oro, comidas extraordinarias con ingredientes ordinarios. Se trata de recetas en las que utilizan ingredientes que normalmente se tiran a la basura, pero que con imaginación pueden ser útiles y sabrosos. Su objetivo: crear conciencia sobre el creciente desperdicio de alimentos a nivel mundial.
Muchos platos que hoy son servidos en las mesas de restaurantes nacieron de la pobreza, del hambre, del campesino y de las clases trabajadoras y menos favorecidas.
La cruda realidad es que no tenemos cultura ni educación sobre el aprovechamiento del mercado y en el día a día botamos mucha comida a la caneca. Estaría genial que las escuelas de cocina enseñaran y capacitaran sobre esto y que existieran políticas de Estado con campañas ilustrativas y prácticas que incentivaran el no desperdicio y que motivaran el uso de los ‘sobrantes útiles’.
Muchos platos que hoy son servidos en las mesas de restaurantes nacieron de la pobreza, del hambre, del campesino y de las clases trabajadoras y menos favorecidas que se inspiraron gracias a la necesidad. Fueron recursivos con lo poco que tenían, tal es el caso del boeuf bourguignon, la sopa bouillabaisse, los ñoquis y la paella valenciana, entre tantos.
Ante la difícil situación que afrontamos por los altos precios de los alimentos, no hay mejor momento para sacar a relucir el talento y la creatividad inventando y cocinando recetas divertidas, económicas y apetitosas, el palo no está para cucharas. Invito a que compartamos ideas en nuestras redes sociales. Hagamos un recetario que nos ayude a comer mejor y cuidando el bolsillo.
Comienzo yo:
-Hojas marchitas de espinacas: lavar y licuar con agua y/o caldo y con esta preparar un nutritivo y hermoso arroz verde.
-Brócoli amarillo y sus tallos: cocinar en agua con rama de cilantro –ojalá con raíz–, sal y trocito de cebolla. Licuar y hacer una rica sopa.
-Fríjoles o legumbres secas que llevan abiertas buen rato en la despensa: remojar desde la noche anterior. Cocinar en olla a presión durante un par de horas y, como no van a ablandar parejo, licuar y hacer un puré. Condimentar al gusto.
-Frutas muy maduras: mermeladas, salsas o chutneys.
-Trocitos de verduras, perfectos para una sopa o crema.
-Piel de la papa, se lava, se seca y se frita. Crocantes y adictivas para ensaladas, como pasabocas o para servir encima de las sopas en lugar de las fosforito.
¿Cuáles son las suyas?
Buen provecho.
MARGARITA BERNAL
Para EL TIEMPO