La 'trattoria' escondida, en El Caldero de Sancho

En un lugar en donde jamás habría imaginado encontrar una buena trattoria -una estación de servicio a pocos metros del alto de Patios, sin ningún encanto… tal y como suele suceder con las bombas de gasolina- disfruté de uno de los mejores platos de pasta que he comido en mucho tiempo.

El restaurante, que se llama Da Domenico, no está a la vista. Hay que buscarlo al final de una hilera de locales de comida rápida. Y basta con cruzar la puerta del lugar para olvidarse de los combustibles y sintonizarse con el encanto de las recetas italianas.

Llegué allí por la recomendación de una joven pareja a la que le gusta comer bien, y su descripción fue suficiente para antojarme: “hay que reservar unos trozos de pan para el final, para poder recoger con ellos los restos de salsa que quedan en el plato”.

(Puede leer: Los beneficios de comer tofu, un alimento que puede sustituir a la carne).

Y así lo hice, sin vergüenza alguna, convencido de que se trata de uno de los mejores homenajes que se le puede hacer a un buen cocinero. Así lo hice luego de disfrutar cada bocado de la puttanesca de Domenico, con ligeras variaciones de la receta ortodoxa… porque, a la larga, cada salsa italiana suele adaptarse a los ingredientes de una región, al gusto particular de una comunidad y, sobre todo, a los caprichos de una nonna.

Me fascinó: jugosa, contundente, abundante, con diversas texturas y con un toque picante que le sienta muy bien. Domenico utiliza en la receta variedad de aceitunas pequeñas –poco comunes por estos lados– llenas de sabor.

(Además: Los secretos del que ha sido cuatro veces el mejor ajiaco de Bogotá).

En este capítulo, la carta presenta salsas clásicas como la carbonara, la bolognesa, el pesto, la de frutos de mar, la de salmón… y una amatriciana que disfrutarán muchos los amantes del cerdo, el tomate y el picante, que son los pilares de este plato icónico del Lacio.

Y, como buena trattoria, aparecen infaltables como el ossobuco de ternera y la milanesa, pero antes de llegar a los segundos platos vale la pena detenerse con atención en las entradas, en donde hay verdaderas delicias como la bresaola con stracciatella o la burrata con gnocco frito.

Y si el antojo es de pizza, esta es una de las especialidades de Domenico, que las prepara al estilo italiano, delgadas, aptas para doblar y llevar a la boca… y ofrece más de veinte variedades.

¡Qué buen descubrimiento!

Ristorante Da Domenico

Kilómetro 7 Vía Bogotá - La Calera. Tel: 304-4371661

- Este Mambo suena bien, sobre el resturante Mambo Latin Nikkei, en el Parque de la 93, en Bogotá. 

- La Cocina de Pepina en Bogotá. El legado de una gran cocinera colombiana y su nueva sede fuera de Cartagena.

- Veccina, multiplicar el gozo. Otro gran restaurante italiano. 

SANCHO

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