Anastasia Young tiene nueve piercings en cada oreja, y le encantaría contar con espacio para más. Porque si hay una pieza de joyería que ella ama son los aretes, en todos los formatos, materiales y diseños imaginables.
A ellos les debe su vocación, y también el haberse ganado un nombre a nivel internacional como joyera; un nombre que le ha permitido exponer sus piezas en las colecciones permanentes del Science Museum y el Central Saint Martins, ambos en Londres, y otros sitios de Europa.
Es autora de varios libros sobre técnicas de joyería (algunos de ellos considerados auténticas biblias de este arte), profesora en el posgrado en Joyería de la Central Saint Martins y una de las figuras más respetadas en el círculo de los maestros de la orfebrería a nivel mundial.
“Mi interés por la joyería comenzó probablemente poco después de que me hice un piercing en las orejas; honestamente no recuerdo qué edad tenía. Disfruté el aire de autoridad que le dio a mi apariencia (...). Sé que es un cliché, pero realmente no me siento totalmente vestida si salgo a la calle sin aretes”, dice.
Aunque tiene algunas piezas hechas por amigos, lo que Young más disfruta es llevar joyas diseñadas por ella misma. “Es algo muy especial el poder hacer exactamente aquello que quieres usar”, afirma sobre su imaginario artístico, usualmente habitado por figuras inspiradas en las arañas, que le parecen fascinantes, pero también en los dientes, las muñecas y maquinarias ambiguas que parecieran hacer algo, pero en realidad no tienen ninguna función.
“Gran parte del proceso de diseñar y hacer joyas gira en torno a la solución creativa de problemas. Lo que más me gusta es que yo puedo plantearme a mí misma estos problemas. Abordo temas ligeramente difíciles o intento hacer piezas complejas, que involucren técnicas o materiales con los que no estoy tan familiarizada, porque disfruto el desafío. Lo narrativo es también una herramienta importante para mí: cuando diseño, uso historias inventadas para ayudarme a decidir qué formas tomarán los elementos de una pieza y cómo interactuarán entre sí”.
Los talleres grupales de joyería para adultos que dirige en Londres gozan de tal fama que se hace difícil llegar a encontrar un cupo. Además de ser docente en el Bachelor of Arts de joyería en la Central Saint Martins, la más afamada escuela de diseño del Reino Unido, da clases en el Morley College, universidad de educación para adultos fundada en 1880. Clases en las que utiliza tres de sus textos más famosos: 'Directorio de materiales y técnicas de joyería' (2009), 'Guía completa del taller de joyería' (2011) y 'Guía completa de engastado en joyería: técnicas, estilos y materiales' (2013).
Anastasia declara con humildad que sus libros se benefician de una galería de imágenes muy inspiradoras, aportadas por muchos joyeros europeos, y que esto explica en buena parte su gran éxito. Pero también se da el crédito que merece: “Los lectores me dicen que mi estilo de escritura es claro y fácil de entender”.
Y su principal mensaje a sus alumnos es que “ traten de encontrar su propia voz, de explorar su lenguaje visual personal”.
Joyas con ideología
Para Anastasia, la joyería contemporánea “es un área muy atractiva en la cual trabajar”, pues “habita el espacio entre las bellas artes y el producto comercial, y permite que tanto el creador como quien usa las piezas explore ideas y se involucre con los ornamentos de manera muy individual. El de joyería contemporánea configura inmediatamente un diálogo entre el creador, el y el observador, y esta comunicación puede ser sutil y privada o agresiva y exuberante”, dice.
El de joyería contemporánea configura inmediatamente un diálogo entre el creador, el y el observador,
y esta comunicación puede ser sutil y privada o agresiva y exuberante
El rango de acción de este tipo de joyería, sostiene, es asombroso: las nuevas generaciones no tienen miedo de experimentar con materiales novedosos como la silicona o, incluso, la cartulina, porque manifiesta “entienden que hoy, el valor de una pieza está cada vez más en el diseño y menos en la materialidad, especialmente a medida que insumos antes altamente valorados –como los diamantes– están dando paso a imitaciones sintéticas de gran calidad”.
“En el Reino Unido –agrega–, el término ‘joyería’ contemporánea es sinónimo de un estilo particular de joyería artística, europeo, pero especialmente holandés y alemán. En este estilo, la estructura es a menudo conceptual, autorreferente, y favorece ampliamente la exploración de materiales no preciosos, a menos que el uso de esos materiales tenga un punto ideológico. Por eso, los joyeros contemporáneos trabajan en joyas-objeto que son en sí mismas un comentario político o una parodia del consumismo”.
¿Qué hace que una joya sea una buena joya?
Me sumo a los postulados sobre un buen diseño que me fueron inculcados cuando era estudiante: hazlo tridimensional, hazlo asimétrico y presta atención a los detalles. Una pieza debiera ser interesante desde atrás tanto como desde el frente. Aplicar estas reglas sobre una pieza hace que el trabajo del diseñador sea mucho más desafiante y produzca objetos fabulosos.
Ahora que las joyas pueden hacerse con cualquier material, ¿cómo se relaciona la joyería con el lujo?
Aún veo el lujo como algo que se amarra con las marcas y etiquetas conocidas; la percepción de los materiales varía efectivamente de cultura en cultura, pero, a veces, una marca puede cobrar lo mismo por joyas plásticas que por piezas elaboradas con metales o piedras preciosas, dependiendo de su reputación. Pienso que aún es difícil que los diseñadores independientes tengan a los clientes del segmento de lujo, pero esto está cambiando.
¿Cómo imagina el futuro de la joyería?
Es improbable que cambien significativamente los aspectos fundamentales de la experiencia humana en torno a la joyería. Si le preguntas a una persona cuál es su pieza de joyería favorita, siempre te hablará de alguna que tenga un profundo valor sentimental para ella. Los joyeros artistas seguirán expresándose en términos personales y políticos, y la industria comercial seguirá absorbiendo ideas tanto de los artistas como del sector tecnológico. Lo que sí cambiará son las maneras como las transacciones se lleven a cabo: internet ya ha hecho muchos aspectos del comercio algo más transparente y accesible. Los consumidores quieren algo especial y único, y cada vez tienen más directo a quienes pueden dárselo.
SOFÍA BEUCHAT
EL MERCURIO (CHILE)
GRUPO DIARIOS DE LAS AMÉRICAS (GDA)