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Noticia
Antonio Nariño: recorrido por su historia poco conocida como científico y médico
Entre sus profesiones, también fue periodista, humanista, político, militar, contador y políglota.
Su historia de vida tuvo momentos importantes. Foto: Archivo particular/ iStock
Antonio Amador José de Nariño nació en el seno en una de las familias más importantes del virreinato, el 9 de abril de 1765 en Santafé de Bogotá. Durante su vida, ocupó varios cargo. Entre ellos, alcalde mayor provincial y tesorero de diezmos del Arzobispado, según la Universidad Nacional de Colombia.
Uno de los hechos que cambió su vida y la historia del país fue cuando imprimó la Declaración de los Derechos del Hombre, hecha por la Asamblea Nacional Constituyente de Francia, el 26 de agosto de 1789. Según la institución, esto provocó la perdida de todos sus bienes y una condena a 16 años de prisión.
A pesar de la reclusión, se convirtió en presidente de Cundinamarca entre 1813 y 1815. También, entre sus logros, se destaca ser vicepresidente interino de la República de Colombia en 1821 y fundador del periódico ‘La Bagatela’. A los 58 años murió, el 13 de diciembre de 1823, producto de una tuberculosis que adquirió.
Una de sus facetas poco conocidas es la de ser médico y científico. La Academia Nacional de Medicina y Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina compartió que, entre sus muchas profesiones, como periodista, humanista, político, militar, contador, políglota, comerciante, actor dramático, su paso por el campo de la salud fue una de las más significativas.
José Celestino Mutis fue su maestro y junto a él Nariño se interesó por la medicina y la botánica. En ese tiempo, era ejercida por médicos empíricos.
Antonio Nariño nació en Bogotá el 9 de abril de 1765. Foto:Archivo particular
“Era de dominio público que Nariño, dada su cercanía a Mutis, conocía del uso de hierbas y emplastos, por lo que atendía y recetaba pacientes: ejercía la medicina”, compartió la Academia Nacional de Medicina.
Sus conocimientos en estos campos fueron comprobados por libros encontrados en su biblioteca, cuando las autoridades realizaron el embargo de sus cosas en 1794.
Según la institución, entre las pertenencias, estaban: “39 libros, 6 sobre viruela, 5 sobre enfermedades de las mujeres, 4 sobre cirugía, 2 sobre enfermedades del ejército, 2 sobre ejercicio, 1 sobre disertación medicinal, 1 sobre hospitales”, entre otros.
El médico historiador Antonio Martínez Zulaica compartió: “De Nariño se puede decir sin temor a equivocarse que sabía tanto de medicina como la mayoría de los médicos autorizados para ejercer o los empíricos de su tiempo".
A pesar de su recorrido en la medicina, su salud se deterioró por su estadía en diversas cárceles de la Nueva Granada y de España. Cuando enfrentaba su juicio por la traducción de los Derechos del Hombre, en 1794, fue valorado en prisión por del doctor Honorato Vila, compartió La Academia Nacional de Medicina y Sociedad Colombiana.
En la revisión, se diagnosticó que tenía “pulso decaído, abatimiento de ánimo y temores compulsivos”. En 1797, se identificó como tuberculosis y se le atribuyó a sus dolencias.
Se conoce que Juan Gualberto Gutiérrez Arenales fue la última persona en atenderlo. Él estuvo en aquel diciembre de 1823, en Villa de Leyva, cuando su vida terminó.
La academia compartió un fragmento de su diario en el que detalló su estado de salud: “En este fatal día amaneció casi exánime; sin hallársele absolutamente el pulso. A las diez y media tuvo paroxismos mortales, se le prolongó la vida hasta las cinco de la tarde”.