Cada año, millones de personas en todo el mundo deciden abandonar sus hogares en busca de una vida mejor en otro país. Las razones a menudo incluyen factores económicos, políticos y sociales.
Pau Perelló, un joven de Barcelona, España, encontró en Australia lo que en su propio país no podía ganar.
A diferencia de aquellos que viajan a Estados Unidos y cumplir “el sueño americano”, Pau Perello mostró en un video a través de su cuenta de TikTok su experiencia en el continente oceánico y cómo gana dinero trabajando como bartender, es decir, quien se encarga de preparar y servir bebidas.
Además de ser uno de los destinos al que mayor número de migrantes quieren ir, según datos oficiales, Australia elevó los topes de inmigrantes a 195.000 ante escasez de trabajadores, ya que uno de los problemas crecientes es el envejecimiento de la población.
Una de las motivaciones incluso de trabajar horas extras es que se representa en sus ganancias al final de la semana.
Al desenvolverse en un sector social durante los sábados y domingos, los bares y restaurantes suelen estar más concurridos, lo que significa que los bartenders tienen una mayor cantidad de clientes y, por lo tanto, más oportunidades para generar ingresos a través de las propinas.
Perelló contó que en un fin de semana en el que logró trabajar en estos dos días, cada uno entre ocho y diez horas, sumó 667 dólares, es decir, unos dos millones de pesos colombianos.
Aunque que la vida en Australia “paga mejor”, es más cara, eso no impide que pueda “vivir bien” y afirmó que “es un muy buen dinero”.
De acuerdo con el EMSA (Education and Migration Services Australia), ser bartender es uno de los trabajos no cualificados más requeridos, ya que no requiere tener una formación académica específica.
Trabajos como este son ideales para los estudiantes internacionales, ya que la jornada laboral se puede adaptar a los horarios de clase y muchos no requieren inglés avanzado.
En sus redes sociales, Perello suele mostrar su vida en este país, contando sus experiencias personales y dando sugerencias para aquellos que también se quieran aventurar a hacerlo.
El joven lleva más de 6 meses en este país y cuenta que a pesar de ser migrante todo el mundo lo trata como un igual, sin importar su profesión.
Aun así, no descarta que la experiencia para cada persona es diferente y que depende a los propósitos, ya que puede que se prioricen más unas cosas que otras en cada caso.
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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