La proteína de klotho, la piedra filosofal de la longevidad que, según expertos, interviene en procesos como la protección de la capacidad cognitiva

El klotho es una proteína transmembrana que fue descubierta en 1997 por Makoto Kuro-o, un investigador del Instituto Nacional de Neurociencia de Tokio, quien se percató de que un grupo de ratones envejecían rápidamente.

Luego de realizar varios estudios, el patólogo comprendió que los animales presentaban índices muy bajos de este compuesto orgánico de aminoácidos que se produce de forma natural en el cuerpo para regular algunos procesos.

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A partir de este hallazgo, se comprobó que la proteína klotho es un elemento presente en la membrana celular y los riñones de los seres humanos que si bien es liberada en el torrente sanguíneo, suele desvanecerse con el paso del tiempo y la edad.

Conforme a ello, el Makoto Kuro-o, y algunos avances científicos posteriores, lograron determinar que la aparición de diferentes enfermedades relacionadas con la vejez suele afectar los índices de este compuesto en el organismo.

De acuerdo con la investigación del profesional nipón, los roedores que no presentaban suficiente evidencia de esta proteína en su cuerpo, sufrían un envejecimiento acelerado acompañado de múltiples lesiones vasculares e incluso la muerte prematura.

En ese sentido, tan pronto como se demostró que el klotho también se encuentra en el cuerpo de los seres humanos, la comunidad científica ha estudiado con detenimiento los beneficios de mantener equilibrados los niveles de este compuesto.

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Frente a esto, Miguel Chillón, investigador ICREA del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), ha señalado que esta proteína ayuda a proteger la capacidad cognitiva, se encarga de la regeneración muscular y reduce el estrés de oxidación e inflamación.

Según el profesional, los resultados obtenidos de algunos análisis han demostrado que hay una relación amplia entre una presencia alta de klotho en la sangre y la cantidad de años que vive una persona, así como también las posibilidades de desarrollar una afección propia de la vejez.

Además, se ha logrado evidenciar que las células renales son las encargadas de secretar esta proteína, para que después sea enviada a través de la circulación a los diversos órganos del cuerpo, en los que cumple con su función de antienvejecimiento.

Por su parte, cuatro grupos de investigación de la Red de Investigación Renal del Instituto de Salud Carlos II del Ministerio de Ciencia e Innovación de España, encontraron que la inflamación disminuye la producción de esta proteína en el riñón.

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STEPHANY GUZMÁN AYALA

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL