Graceland, la icónica mansión de Elvis Presley en Memphis, Tennessee, ha sido un símbolo histórico y cultural a lo largo de los años. Sin embargo, el viernes 16 de agosto, la casa volvió a ser noticia tras un intento fraudulento de venta, llevado a cabo por una mujer de 53 años que buscaba apropiarse de la legendaria propiedad del “Rey del Rock and Roll”.
Lisa Jeanine Findley, residente de Misuri, fue arrestada y acusada de fraude después de elaborar un astuto plan para vender Graceland de manera ilícita.
Según los Fiscales Federales, Findley intentó manipular la situación alegando que Lisa Marie Presley, hija del famoso cantante y fallecida en 2023, había comprometido la mansión como garantía para un préstamo que no pagó.
El fraude y la intervención de la familia Presley
El Departamento de Justicia, en voz de su jefa de la División Penal, Nicole Argentieri, explicó que Findley falsificó documentos y trató de extorsionar a la familia Presley con el fin de concretar la venta de la propiedad.
Según su versión, Lisa Marie había solicitado un préstamo de US$3,8 millones a la empresa Naussany Investments en 2018. Para sustentar su historia, Findley falsificó las firmas de Lisa Marie y un notario de Florida.
La nieta de Elvis, Riley Keough, fue quien detectó la farsa y presentó una demanda que evitó la subasta de la propiedad, prevista para mayo. Gracias a esta intervención, Findley ahora enfrenta cargos de fraude postal y usurpación de identidad, lo que podría llevarla a pasar más de 20 años en prisión.
Graceland: un legado histórico y familiar
Graceland no solo ha sido objeto de deseo por su valor financiero, sino también por su significado personal y cultural. Elvis Presley compró la mansión cuando tenía apenas 22 años, en 1957, por un precio de US$100.000. A lo largo de los años, la propiedad se expandió hasta convertirse en una residencia de 28 habitaciones, con ocho dormitorios, asegurando la privacidad del cantante.
En esta misma mansión, Elvis falleció el 16 de agosto de 1977, y fue enterrado allí junto a su hija Lisa Marie y su nieto Benjamin, quien falleció en 2020. El lugar sigue siendo un santuario para los iradores del cantante, quienes lo visitan como un símbolo del legado de Presley.
Graceland se construyó sobre una antigua propiedad de una familia adinerada de Memphis, cuyo propietario original fue S.E. Toof. La casa fue bautizada en honor a su hija Grace, y su estilo renacentista colonial fue mantenido y renovado a lo largo de los años. La decoración actual de Graceland refleja el gusto de Priscilla Presley, exesposa de Elvis, con alfombras, espejos y lámparas que evocan la época en que ambos vivían allí.
Un hogar lleno de recuerdos
Entre las salas más destacadas de Graceland se encuentra la “Jungle Room”, que fue transformada en el estudio de grabación de Elvis y donde grabó su último álbum, “Moody Blue”. Esta habitación, con su cascada y abundancia de plantas, es un reflejo del estilo excéntrico del cantante. Otras áreas de la casa incluyen la cocina, que aún conserva artículos de Tiffany’s, y la sala de televisión.
Aunque muchas partes de la mansión están abiertas al público, algunas áreas, como la habitación de Elvis y el despacho de Lisa Marie, permanecen cerradas. Estas zonas privadas conservan la intimidad de la familia Presley.
Graceland también cuenta con un salón de la fama, que en los años 70 fue convertido en una cancha de raquetball. Allí, los visitantes pueden ver los tres premios Grammy que Elvis ganó durante su carrera, así como algunos de sus autos más icónicos, incluyendo su famoso Stutz Blackhawk negro.
Hoy en día, Graceland sigue siendo un importante destino turístico, pero también un lugar marcado por el amor y la tragedia de la familia Presley, resistiendo incluso los intentos más audaces de quienes buscan apropiarse de su historia.
Jaqueline Tello / EL UNIVERSAL (GDA)
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial basada en información de El Universal (GDA) y contó con la revisión de una periodista y un editor.