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Explicativo
La ciencia revela que comer carne muy cocinada no es bueno para la salud: así debe prepararla
En un laboratorio, una bióloga analizó varios cortes de carne que fueron sometidos a varios puntos de cocción y encontró varios datos antes ignorados.
Este estudio se dio en el 2019 y en compañía de un chef, pudieron verificar cuáles tipos de cocción podrían ser perjudiciales para la salud.
"En la carne roja poco hecha no detectamos ningún compuesto tóxico, mientras que en la carne al punto empiezan a aparecer y en niveles muy altos; y si nos vamos a la carne muy hecha, unos valores elevadísimos de tóxicos. Los valores que hemos obtenido están muy por encima de los valores críticos", aseguró la bióloga Milagros Vásquez quien también afirmó que cuando las carnes se someten a temperaturas de 300 a 400 grados empiezan a aparecer los tóxicos.
Así mismo, según el tipo de cocción también aparecen las sustancias perjudiciales, ya que según la bióloga la preparación en barbacoa es la más peligrosa porque se prepara en carbón, si a veces la carne tiene grasa, esta se vuelve líquida y cae en las brasas lo que ocasiona combustión, fuego y humo.
Los tóxicos actuarán en este caso, cuando el consumo de carne de este tipo de carne sea constante, no por haberla consumido una vez al año.
Por otra parte, se acuerdo con el chef que participó en el análisis, al cocinar la carne hay que evitar las rayas oscuras en ella, por lo que ya se ha mencionado, los tóxicos que pueden crearse según el tipo de cocción y cuánto tiempo pase en el calor.
Vásquez señala que estar constantemente expuesto a estos niveles de toxicidad puede traer al organismo afectaciones a la salud como el cáncer, además de que un alto consumo de carnes rojas, según la National Geographic puede aumentar considerablemente el riesgo de padecer diabetes tipo 2, cardiopatías, obesidad y enfermedades hepáticas.
De igual forma, el gobierno de México registra que al consumir constantemente carnes rojas puede asociarse con enfermedades del colon, porque esta, al llegar al intestino, aumenta la formación de compuestos carcinogénicos como las nitrosaminas.
Esto se vuelve más grave, si existe un constante consumo de carnes procesadas como los embutidos, ya que podría aumentar en un 18 por ciento el riesgo de cáncer porque las nitrosaminas dañan las células del sistema digestivo.
La investigadora del CINS, Ciencias Médicas del Centro de investigación en Nutrición y Salud, Tania Aburto Soto, señala que las carnes sometidas a altas temperaturas por tiempos prolongados acumula compuestos cancerígenos de tipo aminas heterociclicas, que también pueden traer enfermedades como el hígado graso no alcohólico.
La profesional sugiere que aunque no hay que dejar de comer carnes rojas, no hay que hacerlo de manera reiterada y puede optar por el consumo de carnes blancas como de pescado o pollo, así como también proteínas de origen vegetal con cereales como maíz, arroz, trigo, cebada y centeno, y leguminosas: frijoles, habas, lentejas y garbanzos; en menor medida los lácteos y huevos. "La combinación de estos alimentos proporciona los niveles de proteína que el organismo necesita", aseguró Aburto.
Recuerde que según su estado de salud es necesario conocer de cerca qué alimentos puede consumir y cuáles no, por ello es importante consultar con su nutricionista o médico para evitar inconvenientes en su salud.