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Gastronomía colombiana: los platos más raros que se comen en el país
Algunas recetas típicas no gustan a todos los paladares, pero hacen parte de la tradición nacional.
A lo largo del territorio nacional es frecuente encontrar diversidad de platos y preparaciones. Foto: iStock - Sebastián Jaramillo. BOCAS - iStock - Jaime Moreno. EL TIEMPO
Colombia es un país con una gastronomía muy variada, cada región tiene sus platos típicos y preparaciones especiales, que dependen, en muchas ocasiones, de la fertilidad de sus suelos y de las tradiciones de cada zona. De hecho, la multiplicidad de alimentos que se pueden cultivar en el país han enriquecido los platos colombianos con diversidad de texturas, colores y sabores.
Lácydes Moreno Blanco, fallecido historiador y chef colombiano, decía que la gastronomía nacional encontraba su encanto en sus matices regionales, donde se podía apreciar la verdadera riqueza de las preparaciones, según la 'BBC'.
Y tenía razón, pues los platos que se descubren a lo largo del territorio nacional son tan diversos como su relieve. Un ejemplo de ello es la comida que le contaremos a continuación, platos típicos de diferentes departamento que, aunque parezcan extraños, son deliciosos y representan la tradición de quienes los consumen con frecuencia.
Esta es una preparación de la tradición Wayuu, en La Guajira, cuya proteína principal es el chivo, un animal que se cría, cultiva, comercializa y consumen en el departamento.
Para este plato se necesita de un chivo no mayor a 4 años. Los trozos de carne se cocinan, con un poco de sal y agua, por un lapso de 20 minutos, y después se fritan hasta lograr un color dorado.
Friche, chivo guisado y asado la comida típica wayuu en la graduación de los estudiantes de la Escuela de Comunicación del Pueblo Wayuu pic.twitter.com/ffellFSRq8
“El friche tiene una presentación muy llamativa a los ojos, es una carne tierna y jugosa, que se puede asar y fritar, según la preferencia de la cocinera. Su acompañamiento varía también, puede ser el llamado bollo de harina, arepa o envueltos de maíz o la yuca, que se puede conseguir con facilidad en los territorios”, explicó Jhosmaira, una mujer de la comunidad indígena a la 'Radio Nacional de Colombia'.
El jute
La papa es un tubérculo versátil que se puede comer en muchas presentaciones, pero es poco común imaginársela en un postre. Pues bien, este cultivo propio del departamento de Boyacá también se puede degustar dulce, gracias al ancestral jute boyacense.
De acuerdo con un artículo de este diario, este plato es "el regalo más preciado entre los antiguos habitantes del oriente de Boyacá, en Aquitania, Tópaga y, sobre todo, en Mongua, a cuyos habitantes llamaban curiosamente los tragajutes".
Las papas es el ingrediente principal del jute boyacense. Foto:iStock
¿Cómo se prepara? El jute es el resultado de la fermentación de la papa riche (pequeña) bajo la tierra, en un hoyo redondo cerca de una corriente de agua y cubierto de fibra de plantas silvestres y piedras. Luego de dos meses, la papa se cocina con a, quedando como una compota, y se sirve con cuajada.
Uno de los platos que distingue la cocina santandereana es la famoso pepitoria, un plato a base de arroz con las vísceras del cabro, que generalmente se consume con acompañado de carne y arepa amarilla.
“La riqueza del cabro santandereano, es que en este cañón (Chicamocha) se cultiva una planta que se llama: oreganillo. Desde que nacen estos animalitos la van consumiendo y se van adobando ellos mismos y, eso hace que el sabor y la delicia sean inigualables a nivel nacional”, relató Carlos Alberto Gómez García, habitante de Santander a la 'Radio Nacional de Colombia'.
Cabe destacar que el cabro y el cordero no eran animales originarios de Colombia, sino que llegaron al país con los españoles. Por ello, este es un plato de tradición mestiza, pues la preparación se fue acomodando al gusto de los campesinos santandereanos, explicó Crhistian Quintero, docente de gastronomía de la Universidad Autónoma de Bucaramanga a 'La Vanguardia'.
Aunque nos sorprendan las comunidades de otros países que consumen insectos y otro tipo de invertebrados, en Colombia, especialmente, en el Amazonas, se come mojojoy, un gusano con un importante valor nutricional que se suele comer sin ninguna preparación, aunque también se puede guisar con vegetales.
El consumo de este animal hace parte de una tradición que le "ha garantizado la pervivencia a los pueblos indígenas durante miles de años en este territorio", explicó Luis Fernando Jaramillo, coordinador de la subsede del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI en el Vaupés al la 'Radio Nacional de Colombia'.
Continuando con los insectos, en el departamento de Santander es muy común el consumo de las hormigas culonas, invertebrados que salen a la superficie entre abril y mayo de cada año.
Aunque generalmente se comen tostadas, con el paso de los años cocineros de la región han adaptado su consumo en otras preparaciones e, incluso, ya se empacan para que sean exportadas a otros países.
Recientemente, dos jóvenes santandereanos crearon un emprendimiento de snacks que incluye hormigas de sabores.
De acuerdo con Marca Colombia, el país cuenta con varias experiencias únicas en el mundo. La Primera de ellas es disfrutar de una tradición santandereana de hace más de 500 años y es comer hormigas culonas. Foto:Jaime Moreno/ EL TIEMPO
La tradición de sus consumo surge de las comunidades indígenas, específicamente de los Guanes, quienes habitaron la región y aprendieron a masticar las hormigas.