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¿Qué es mejor: tener un carro con mayor aceleración o gran velocidad final? Tenga esto en cuenta
Puede depender de múltiples factores relacionados con el rendimiento del motor.
Elegir entre un vehículo con gran capacidad de aceleración o uno con alta velocidad final puede depender de múltiples factores relacionados con el rendimiento del motor y las necesidades específicas del conductor.
Sin embargo, los principios de física aplicados a la mecánica automotriz, como el torque y la potencia, ofrecen una base para comprender estas diferencias y tomar una decisión informada.
El torque y la potencia son conceptos distintos que afectan el desempeño de un motor. Mientras el torque se relaciona con la fuerza que permite mover el vehículo desde su estado de reposo y durante sus progresiones, la potencia se traduce en la velocidad final que puede alcanzar el automóvil.
En términos prácticos, el torque mide la aceleración, expresada en Newtons por metro (Nm) o libras/pie, mientras que la potencia, que se expresa en caballos de fuerza (HP) o kilovatios (kW), determina la distancia que el vehículo puede recorrer en un tiempo determinado.
El torque se destaca por su consistencia en diferentes motores y es una medida crucial para el desempeño en condiciones reales de manejo.
Por su parte, la potencia varía considerablemente dependiendo de cómo se mida. Los estándares europeos DIN consideran los caballos de fuerza del motor con todos los rios instalados, mientras que el método estadounidense SAE evalúa el rendimiento sin alternadores ni compresores, ofreciendo cifras más altas.
¿Por qué es más importante el torque para el día a día?
El torque tiene un impacto directo en la facilidad de arranque, la capacidad de respuesta y el consumo de combustible. En motores pequeños con turbocargadores, el torque está disponible desde que se pisa el acelerador, permitiendo avanzar con menor uso del mismo, lo que reduce tanto el consumo como las emisiones.
Esto es particularmente útil en entornos urbanos o en terrenos montañosos como los de Colombia, donde las velocidades máximas rara vez se aprovechan debido a las restricciones viales.
Un motor con buen torque puede operar de manera eficiente a bajas revoluciones, minimizando el desgaste prematuro y mejorando la experiencia de manejo. Por ejemplo, un vehículo con un motor de 1.400 c.c. alcanza su mejor torque a 4.400 revoluciones por minuto (rpm) y su máxima potencia a 6.300 rpm. Esto significa que, para obtener el rendimiento óptimo en una subida, el motor debe operar al menos en el rango de torque, pues trabajar fuera de esta gama podría provocar un desgaste innecesario.
La importancia del torque también se observa en situaciones como cambios largos de marcha. Por ejemplo, en la tercera marcha de un vehículo que opera entre 3.000 y 4.000 rpm, un pequeño toque del acelerador genera una respuesta significativa. Sin embargo, si el motor está a 6.000 rpm, la reacción es mucho menor, demostrando que el manejo eficiente depende de mantener el motor dentro del rango de torque máximo.
Dependiendo del uso previsto para el vehículo, las curvas de torque y potencia deben analizarse cuidadosamente. Si se busca un automóvil rápido con gran potencia, el torque deberá estar cerca del máximo de revoluciones, sacrificando la capacidad de arranque y la flexibilidad. Por otro lado, un motor diseñado para partir fácilmente, avanzar con poco esfuerzo y adaptarse a distintas condiciones será más útil en la geografía colombiana.
En el contexto de Colombia, donde las carreteras son variadas y el tráfico es constante, un vehículo con alta capacidad de aceleración es más práctico que uno con gran velocidad final. Como señala el análisis, "es preferible tener en el país un carro que acelere pronto y sea ágil en el tráfico, que uno que tenga una gran velocidad final".
*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de Motor, y contó con la revisión de la periodista y un editor.