‘La Reina del Sur’ es una serie de televisión que ha ido ganando fanáticos a lo largo y ancho del mundo. Sus atrapantes escenas de acción, la increíble interpretación de Kate del Castillo y el crudo retrato del oscuro mundo del narcotráfico han sido factores que sin duda, han precedido su camino hacia el éxito.
Con dos temporadas a sus espaldas, los fanáticos se encuentran ansiosos por la llegada de una tercera entrega de esta producción que se ha puesto a la tarea de inmortalizar la historia de una leyenda del tráfico ilegal de drogas. Sangre, lágrimas, traición y venganza es lo que los seguidores de esta serie esperan encontrar en la nueva temporada que llegaría en octubre, de acuerdo con ‘Telemundo’.
En la ficción a veces la realidad se asoma, y ese es justamente el caso de 'La Reina del Sur’. La historia de ‘Teresa Mendoza’, que ha cautivado a los televidentes por su impactante relato, no solamente se ha quedado en la pantalla chica, sino que aparentemente ha estado inspirada en hechos reales.
En un mundo gobernado por la muerte, Sandra Ávila ha venido a reclamar su trono para decirle al mundo que ella es la única e inigualable ‘Reina del Sur’.
“Sí soy yo, para todas las personas que preguntan si soy la verdadera, la real”, anunció recientemente en su cuenta de TikTok la ‘femme fatal’ del narcotráfico en la que se dice está inspirada la serie estadounidense.
Tanto el cine como la televisión se han encargado de retratar las historias de los más temidos narcotraficantes. Desde ‘El Chapo Guzmán’ hasta Pablo Escobar, los televidentes se han ido adentrando en un intrigante universo criminal.
Sin embargo, poco se ha hablado de aquellas mujeres que se han abierto paso en un mundo hostil, en donde las balas, el dinero sucio y la muerte se encuentran a la vuelta de la esquina. Esta vez le llegó el turno a Sandra Ávila, la autoproclamada ‘Reina del Pacífico’.
¿Quién es Sandra Ávila?
Nacida en Baja California, Mexicali, Sandra Ávila es una exnarcotraficante apodada como ‘La Reina del Pacífico’, cuya historia de vida ha servido de inspiración para escribir libros, grabar series e incluso iniciar investigaciones periodísticas. Aunque su nombre no es muy conocido, su seudónimo le ha dado la vuelta al globo, pero no precisamente por su compromiso con la legalidad.
Pese a que fueron sus padres, María Luisa Beltrán Félix y Alfonso Ávila, una pareja de contrabandistas sinaloenses, quienes le abrieron las puertas del tráfico de drogas, los deseos iniciales de Sandra no eran posicionarse como una de las narcotraficantes más poderosas de México.
A la edad de 18 años, y con el objetivo de convertirse en una exitosa periodista se inscribió en la escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), que en ese entonces tenía poco de inaugurada.
Aun cuando es recordada por sus compañeros como una joven callada, Sandra nunca dejó de robarse las miradas en su paso por la universidad. ¿La razón? Los ostentosos lujos que se daba no podían pasar desapercibidos entre sus futuros colegas. Joyas y autos de alta gama eran tan solo el comienzo de la fortuna que lograría amasar unos cuantos años después.
A todos les parecía sospechoso. Tenía una imagen de ser parienta de narcos o novia de uno de ellos, pues era demasiada ostentación
“Bajaba superemperifollada con muchas joyas. Usaba collares gruesos de oro que estaban de moda en esa época", declaró uno de sus excompañeros de clase para el portal de noticias ‘BBC Mundo’, al tiempo que afirmaba que su relación con la criminalidad ya era latente cuando se encontraba cursando su carrera profesional.
“A todos les parecía sospechoso. Tenía una imagen de ser parienta de narcos o novia de uno de ellos, pues era demasiada ostentación”, agregó el sujeto anónimo en entrevista.
Las sospechas no tardarían en confirmarse e incluso llegarían a materializarse en acusaciones judiciales que terminarían en la captura de la ‘Reina del Pacífico’ en el año 2007. Sin embargo, la pregunta que surge en este punto es, ¿cómo llegó una promesa del periodismo a hacer parte de la realeza criminal?
El ascenso a la realeza criminal
A su belleza y astucia se les atribuye el rápido ascenso que tuvo en las sombras de la ilegalidad. Aunque en repetidas ocasiones se especuló respecto a su posible relación de consanguinidad con Miguel Ángel Félix Gallardo, el ‘Jefe de Jefes’ y quien fuera uno de los líderes más poderosos del narcotráfico en la década de los años 70 y 80, estos rumores fueron desmentidos por Sandra en diálogo con el periodista mexicano Julio Scherer García.
Si bien los medios han insistido en relacionarla con algunos grandes exponentes de la criminalidad como ‘El Chapo Guzmán’, el ‘Mayo Zambada’, y hasta ‘El Señor de los Cielos’, Sandra ha trabajado arduamente en desmantelar la fachada de mujer peligrosa que en repetidas ocasiones se le ha impuesto.
“He defendido mi independencia como he podido. Las consecuencias se han hecho sentir: sin pertenencia a cártel alguno, no hay uno que dé la cara por mí”, expresó la exconvicta en su libro ‘La Reina del Pacífico: es la hora de contar’.
Tan glamorosa como intocable, ‘La Reina del Pacífico’ subió rápidamente a la cima del crimen para convertirse en una de las más conocidas narcoleyendas. En medio del caótico y siempre demandante mundo del tráfico de drogas encontró espacio para el amor en tres ocasiones.
En la primera oportunidad contrajo matrimonio con quien fue comandante de la Policía Judicial Federal de Sinaloa, Luis Fuentes Jiménez. Mientras que su segunda unión marital se dio con Rodolfo ‘El Zurdo’ López, comandante del Instituto Nacional para el Combate a las Drogas. Estas dos relaciones amorosas tuvieron un trágico desenlace en común: ambos hombres fueron asesinados y las investigaciones de sus muertes arrojaron nexos con el tráfico de estupefacientes.
Aunque su tercer romance no terminó como los anteriores, si trajo consigo consecuencias que hasta el día de hoy reposan sobre su conciencia. De hecho, en entrevista con el medio británico ‘The Guardian’, Ávila no dudó en mostrar su arrepentimiento al haber entablado una relación amorosa con el colombiano Juan Diego Espinoza Ramírez, alias ‘El Tigre’, a quien se le adjudica la responsabilidad de transportar al menos 500 toneladas de cocaína entre 1990 y 2004.
Un comando de hombres encapuchados, armados y vestidos de negro, irrumpió en el gimnasio de Puerta de Hierro y se llevó a su único hijo
De los frutos del amor entre Sandra y Juan Diego nació su único hijo, José Luis Fuentes, quien a la edad de 15 años fue secuestrado. Fue justo en ese momento cuando su prosperidad en el narcotráfico se ensombreció y comenzó una pesadilla de la cual, dos décadas después, aún no ha encontrado escapatoria.
De acuerdo con ‘El Sol de Mazatlán’, “un comando de hombres encapuchados, armados y vestidos de negro, irrumpió en el gimnasio de Puerta de Hierro y se llevó a su único hijo. En su desesperación, Sandra acudió de inmediato a presentar una denuncia ante la Procuraduría de Justicia de Jalisco”.
Con una preocupación latente y un instinto de madre protectora, Sandra pagó un millonario rescate para que su hijo fuese liberado. Lo que no sabía era que desde ese momento la justicia pondría los ojos sobre ella para investigar más a fondo su fortuna.
El descenso de ‘La Reina del Pacífico’
No fue hasta el año 2007 que el imperio de la ‘Reina’ se derrumbó completamente. El 28 de febrero fue detenida junto a su pareja, ‘El Tigre’, mientras salían de un lujoso restaurante en Ciudad de México. Las razones de su captura estuvieron asociadas a la incautación de nueve toneladas de cocaína en un barco en el puerto de Manzanillo.
Aunque los cargos no pudieron probarse en el país centroamericano, la mujer se declaró culpable ante una corte de Miami por asistencia económica a un narcotraficante. Tras pasar siete años en prisión, Sandra fue liberada en 2015.
Reinas como ella, muy pocas. A sus 61 años se ha convertido en todo un fenómeno en redes sociales al mostrarse aparentemente tranquila disfrutando de su libertad. A pesar de su pasado criminal, ha dejado en claro que en un mundo dominado por hombres, solamente queda una alternativa: consagrarse como ‘Reina’.
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